El Proyecto Gutenberg, acceso libre a la información



El Proyecto Gutenberg es un ambicioso programa desarrollado por Michael Hart en la Universidad de Illinois en 1971. El propio Hart plantea el uso de sistemas digitales para almacenar la totalidad del conocimiento humano disponible en bibliotecas, archivos, obras literarias y otras producciones culturales e intelectuales. Actualmente, ofrece de forma gratuita y en un formato accesible para cualquier usuario más de 20.000 libros electrónicos a través de un portal Web.

¿Qué es el proyecto Gutenberg?


En los albores de la tecnología informática y de Internet, pocos imaginaban que los ordenadores podrían servir para algo más que para realizar cálculos matemáticos. Toda la complicada ingeniería creada estaba pensada, casi pura y exclusivamente, para el desarrollo y resolución de extensas fórmulas lógicas.

Sin embargo, en 1971, un joven llamado Michael Hart pensó que otro camino era posible, y concibió la idea de utilizar los sistemas digitales para almacenar, en un formato fácilmente accesible y seguro, las mil facetas del inmenso e inabarcable conocimiento humano que puede hallarse en las bibliotecas.

Accediendo a un gran ordenador de la Universidad de Illinois, y después de recibir un fondo de alrededor de 100 millones de dólares para la investigación, comenzó su ardua tarea transcribiendo y convirtiendo a formato digital la Declaración de la Independencia de los Estados Unidos. Compartió ese primer gran logro con los escasos usuarios que, por ese entonces, tenía la red y que rondaban el centenar.

Vale la pena destacar que Hart utilizó para su proyecto el ordenador Xerox Sigma V del Laboratorio de Investigación de Materiales de la mencionada universidad. Ese equipo informático especial resultó ser uno de los 15 nodos de la red inicial de ordenadores que con el tiempo se convertiría en Internet.

De esta humilde manera vio la luz el primer servidor de información de Internet: el "Proyecto Gutenberg". En la actualidad, el proyecto se encuadra en una sociedad sin ánimo de lucro legalmente constituida en Mississippi (EEUU).

Objetivos del proyecto

Desde ese momento, el objetivo de Hart fue poner a disposición de los usuarios de Internet la mayor cantidad de obras literarias, en un formato electrónico gratuito que permitiera su fácil lectura y acceso.
Las obras que pueden encontrarse son todas de dominio público, sin copyright o derechos de autor de ningún tipo. A pesar de esto, el concepto de dominio público para la edición de documentos cambia de país en país.

En Estados Unidos y otros países del llamado "Primer Mundo", existen fuertes presiones desde distintos sectores comerciales para que esta noción, que permite una mayor difusión del conocimiento universal, se desestime en favor del beneficio económico.

Obras disponibles

En el marco del Proyecto Gutenberg es posible acceder a tres grandes grupos de producción literaria: textos clásicos universales, como la Biblia o las obras de Shakespeare, literatura popular y obras de referencia y consulta, como enciclopedias y diccionarios.

Algunos autores modernos que pueden encontrarse en esta biblioteca digital son Charles Dickens, Miguel de Unamuno, Jules Verne, Arthur Conan Doyle, Mark Twain, Leo Tolstoy, Robert L. Stevenson, Herbert G. Wells y Joseph Conrad, entre otros. Además, es posible encontrar obras de áreas tan dispares como matemáticas, filosofía o música.

Por otro lado, cabe recordar que mediante las direcciones http://www.gutenberg.org/wiki/Portada se puede acceder a la Web del proyecto en español.

Como punto negativo encontramos el idioma: la iniciativa está orientada básicamente hacia usuarios anglosajones, ya que el porcentaje de obras en inglés es visiblemente superior al de otras lenguas.

Textos sin formato

Aunque actualmente los libros y textos en línea ofrecen sofisticadas opciones que combinan imágenes, recursos multimedia, enlaces hipertextuales y herramientas de búsqueda, el Proyecto Gutenberg sigue respetando su objetivo inicial de facilitar un acceso rápido y masivo.

Por eso, continúa ofreciendo las obras en formato .txt, lo que significa textos sin formatear que pueden abrirse en el ordenador más anticuado, sin ningún tipo de drivers o necesidad de software complejo.

Evidentemente, la propuesta de Hart resulta totalmente contraria al creciente proceso de comercialización que vive Internet, que desde hace varios años se ha convertido en una producto más dentro del negocio del ocio y el entretenimiento, un sector económico que mueve increíbles cantidades de dinero en todo el mundo.

Lejos han quedado aquellos primeros y utópicos años en los que la red fue pensada como una herramienta para el acceso y difusión de información a nivel global. Ante esta realidad, iniciativas como el Proyecto Gutenberg constituyen verdaderos oasis que sería interesante preservar.

Formatos accesibles

Los libros se ofrecen en dos formatos: modo texto, en extensión .txt, y comprimido, en formato .zip. Este último tipo de archivos se almacenan en formato binario, que es ideal para la transmisión de libros escritos en ASCII extendido.

El mencionado formato, sin entrar en especificaciones técnicas, incluye sólo caracteres de texto, lo que facilita que el archivo pueda utilizarse desde cualquier ordenador, incluso en los más antiguos que no soportan los e-books creados en programas como Adobe Reader, por ejemplo (extensión .pdf).

La simpleza del formato elegido también permite que los archivos tengan un menor peso, pudiendo transportarse incluso en un disquete. Pudiendo almacenarse en un CD o DVD, gran cantidad de obras a muy bajo coste.

Aunque la lectura directamente en la pantalla no es muy aceptada, ya hay muchas personas acostumbradas a descargar libros electrónicos y a leerlos en su PC, Notebook o Palm. En un futuro, la tinta electrónica permitirá utilizar textos en formato digital sobre un soporte semejante al papel en cuanto a su forma de lectura.

Este punto resulta vital para el éxito masivo de este tipo de proyectos, ya que si el usuario, se ve obligado a imprimir el e-book, el carácter gratuito de la lectura y acceso a la información se ve comprometido.

Universalidad de la información

La dificultad para hallar obras cuyos derechos de autor se encuentren extintos es el primer problema contra la ampliación de los títulos disponibles en el catálogo. Para encontrar obras de dominio público, los colaboradores del proyecto deben remontarse a más de 100 años atrás.

Sin embargo, la voluntad de muchos ha permitido que el proyecto crezca, a la par de la expansión de Internet: actualmente están disponibles más de 20.000 libros digitalizados. Se accede a las obras de forma gratuita, desde cualquier lugar del mundo y mediante todo tipo de equipos informáticos.

No sólo libros

El Proyecto Gutenberg esta financiado con colaboraciones ocasionales de empresas e instituciones, pero su mayor capital reside en los miles de internautas que se ofrecen para ayudar en la edición y digitalización de nuevas obras.

La fuerza de ese silencioso voluntariado permite que los líderes del proyecto piensen completar la biblioteca digital con el acceso a obras musicales, artes visuales, objetos 3D, audio-libros y hasta un archivo de diarios y revistas.

Asimismo, la incorporación de obras en otros idiomas, ya que hoy en día un gran porcentaje de los títulos se ofrece sólo en lengua inglesa, aparece como uno de los próximos objetivos a cumplir en el Proyecto Gutenberg.

Colaboradores

Con sólo contar con un PC conectado a Internet, es posible colaborar con el Proyecto Gutenberg. Más de 5.000 voluntarios desarrollan diversas actividades, que han permitido incrementar considerablemente la colección bibliográfica del proyecto.

En primer término, la tarea encomendada es la búsqueda de obras libres de copyright o derechos de autor. Algo para nada fácil, ya que en muchos países la caducidad de los mismos se ha ampliado últimamente de 50 a 70 años. De esta manera, una obra publicada hoy no ingresará a dominio público antes de los próximos 100 años.

Otro paso que realizan los voluntarios es el escaneo o tecleado de los textos, para poder disponer de los mismos en formato digital y colgarlos en la Web. Después de una primera corrección, el trabajo se envía a otro voluntario, que efectuará una segunda revisión.

Por último, y una vez que se considera que el texto está listo, el mismo se envía al equipo de edición, que lo incluye así en la colección.

El papel y las nuevas tecnologías

Resulta evidente que el papel, como soporte de información, posee un coste considerable que puede convertirse en inaccesible para muchos sectores de la población y para distintas organizaciones sociales ligadas a la promoción de la lectura y la educación.

Ante esto, la creación de redes de servidores públicos que distribuyan libros de texto, publicaciones y diversos productos culturales de manera gratuita y accesible para todo el mundo, como en el caso del Proyecto Gutenberg, constituye una salida viable técnicamente en la actualidad y con un objetivo loable: una mayor difusión de la información y la cultura en el marco de la sociedad del conocimiento.

En el mismo sentido, las tecnologías de la información y el avance de Internet, sobretodo en cuanto al abaratamiento de los costes de acceso a la banda ancha (ADSL) y a los sistemas inalámbricos (WI-FI) posibilitan vislumbrar un horizonte optimista en cuanto a una mayor cantidad de posibilidades para el acceso universal a la formación y la lectura.

Sin embargo, los derechos de autor, tanto desde el punto de vista de los creadores como desde la perspectiva de las editoriales, se transforman en un obstáculo muchas veces insalvable.

Estos obstáculos, pueden ser salvados con el reconocimiento de esos derechos, pero mediante un sistema que permita que el peso económico de los mismos no recaiga sobre las organizaciones sociales o de promoción de la lectura, sino que puedan ser costeados mediante el aporte de entidades estatales descentralizadas o empresas patrocinadoras relacionadas con el negocio informático y el propio sector editorial.

Otro punto importante sería lograr que los libros que ya no son rentables, por registrar escasas ventas y comercialización, puedan incorporarse a programas de difusión de la lectura como el Proyecto Gutenberg, optando por licencias Creative Commons.

Otras propuestas similares

El Proyecto Gutenberg no es la única iniciativa que intenta, mediante la libre circulación de textos en Internet, acercar a la mayor cantidad posible de lectores las obras que conforman el acervo cultural de la humanidad.

Algunos ejemplos de proyectos que persiguen propósitos similares son:

- La Public Library of Science (PLoS), es una organización que busca transformar a la literatura científica y médica en un recurso público de libre acceso en la Web. Esta conformada por científicos y médicos comprometidos con esta idea, convencidos además que extendiendo la difusión de los avances científicos, el progreso de la ciencia crecerá en el mismo sentido.

- La Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes es un proyecto editorial digital que busca el acceso libre por Internet al patrimonio bibliográfico español e hispanoamericano.

- Catálogo electrónico de la Universidad de Pennsylvania, que permite acceder a un importante número de e-books en lengua inglesa.

- La Foundation for a Free Information Infrastructure (FFII), que es una organización no lucrativa con sede en Alemania que persigue el objetivo de difundir la alfabetización digital y el conocimiento informático. Además, apoya el desarrollo de políticas públicas relacionadas con la propiedad intelectual y el procesamiento de información.

Una utopía necesaria

Pensar en una sociedad globalizada que junto al libre acceso al ocio, al comercio electrónico y a la comunicación instantánea mediante Internet incorpore también la difusión masiva del conocimiento y la producción cultural, es sin dudas una utopía tan atractiva como difícil de realizar.

Sin embargo, aunque el camino es largo y angosto, muchas personas comprometidas con este ideal, como Michael Hart, han soñado y sueñan contribuir a ese impulso difusor de la producción literaria y cultural a nivel masivo, al estilo de aquel que Gutenberg iniciara hace más de 550 años gracias a la invención de la imprenta.

El tiempo, los avances tecnológicos y el equilibrio que el hombre pueda lograr entre el desarrollo económico, social y cultural dirán si la utopía del acceso libre a la información es posible trasladarla totalmente a la práctica.






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