El Viejo y la Muerte Fabula versiones de Esopo y Samaniego


El Viejo y la Muerte Versión de Esopo


Venia  un pobre anciano del bosque cargando de leña, y sentándose un momento para descansar, comenzó a quejarse de los trabajos que padecía y a llamar a la muerte a grandes voces, porque decía que ya no podía más, que estaba desesperado. No tardo la muerte en ponersele delante, preguntándole que se le ofrecía, pero al verla mudo en seguida de parecer y le dijo:

- No es nada; solo te llamaba para que me ayudases a cargar este haz de leña.

Todos aman la vida, y aun los que sufren los mayores trabajos desean evitar la muerte.

Grecia 620 AC - 564 AC


El Viejo y la Muerte Versión de Felix M. Samaniego


Entre montes, por áspero camino,
Tropezando con una y otra peña,
Iba un Vejo cargado con su leña,
maldiciendo su mísero destino.

Al fin cayó, y viéndose de suerte
Que apenas levantarse ya podía,
Llamaba con colérica porfía
Una, dos y tres veces a la Muerte.

Armada de guadaña, en esqueleto,
La Parca se le ofrece en aquel punto;
Pero el Viejo, temiendo ser difunto,
Lleno más de terror que de respeto,
Trémulo la decía y balbuciente:

«Yo ... señora... os llamé desesperado;
Pero... «Acaba; ¿qué quieres, desdichado?»
«Que me cargues la leña solamente.»

Tenga paciencia quien se cree infelice; 
Que aun en la situación más lamentable 
Es la vida del hombre siempre amable: 
El Viejo de la leña nos lo dice.


España 1745-1801






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