tag:blogger.com,1999:blog-10890986494158947752024-03-21T19:19:53.615-05:00Leer para crecer | Libros, Cuentos, Poemas, Fabulas y másLeer para Crecerhttp://www.blogger.com/profile/15551595965623697609noreply@blogger.comBlogger417125tag:blogger.com,1999:blog-1089098649415894775.post-28023863579848776392023-10-15T19:10:00.001-05:002023-12-22T04:26:09.242-05:00Cuentos de Anton Chejov libro gratis<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhPNmSdq1YROD3O8tWt_SVzzZcTF91BUkh9p4Qa7VWSWnKPhyraTtbBeDe8tcBNU2zd-I30rkL252JZPRPQjHd9u7KPXR45J3xOJzSJfgtiopDgQCcEFhCBZ5a0quqqIFogSUwcYWowjf-g/s1600/cuentoscompletoslibro.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="282" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhPNmSdq1YROD3O8tWt_SVzzZcTF91BUkh9p4Qa7VWSWnKPhyraTtbBeDe8tcBNU2zd-I30rkL252JZPRPQjHd9u7KPXR45J3xOJzSJfgtiopDgQCcEFhCBZ5a0quqqIFogSUwcYWowjf-g/s400/cuentoscompletoslibro.png" width="400" /></a></div>
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<b>Anton Chejov</b> es un escritor y dramaturgo ruso famoso por sus obras cortas, siendo considerado entre los mejores escritores de relatos cortos. Sus <b>Cuentos </b>forman parte de las listas de <b><a href="http://www.leerparacrecer.me/2016/03/las-100-mejores-obras-literarias-de-todos-los-tiempos.html" target="_blank">Las 100 mejores obras literarias de todos los tiempos</a></b> y ocupa el puesto 8 en la lista de <b><a href="http://www.leerparacrecer.me/2016/02/los-10-mejores-libros-de-la-historia-de-la-literatura.html" target="_blank">Los 100 mejores libros de la historia de la literatura</a>.</b></div>
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<b>Anton Chejov Biografía</b></h2><div><b>Antón Chéjov, (Antón Pávlovich Chéjov; Taganrog, 1860 - Badenweiler, 1904) fue un médico, cuentista y dramaturgo ruso que fue considerado el representante más destacado de la escuela realista en Rusia. Su obra es una de las más importantes dentro de la dramaturgia y la narrativa de la literatura universal.</b></div>
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Anton Pavlovich Chejov nació el 29 de enero de 1860 en Taranrog, Rusia. Fue un narrador y dramaturgo ruso. Fue hijo de un tendero y nieto de un siervo liberado. Cuando su padre se arruino su familia emigro a Moscú, permaneciendo Chejov y su hermano en su pueblo natal. Dio clases particulares y por sugerencia de su hermano escribió cuentos cortos y artículos humoristas a varias revistas. En 1879 se traslado a Moscú a estudiar medicina aunque siguió escribiendo. En 1884 luego de licenciarse en medicina publico por cuenta propia su primera colección de cuentos, por esta época se le presentaron los primeros síntomas de la tuberculosis que posteriormente acabaría con la vida de su hermano. Fue haciéndose conocido cada vez más como escritor, dedicándose también a la medicina y a hacer obras teatrales. Conoció a su esposa la actriz Olga Knipper en 1901, pero por salud estaban separados viviendo ella en Moscú y él en Crimea. A medida que su condición física se empeoro se mudo al balneario alemán de Badenweiler con su esposa Olga, falleciendo ahí el 15 de Julio de 1904 a la edad de 44 años.</div>
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Cuentos Completos </h3>
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Sus cuentos completos sientan las bases de la narración corta de la actualidad empleando un lenguaje claro, dotándolo de detalles e introduciendo el universo psicológico de sus personajes. Sus historias se centran a menudo en un detalle mínimo pero muy significativo, a través del cual se va ingresando poco a poco al personaje o la historia que se desarrolla.</div>
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Descargar Gratis Libro en PDF</h3>
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<a href="https://bit.ly/3dsKxmj" target="_blank">Cuentos Anton Chejov (en Ingles)</a></h3><div><br /></div><br /><br /></div>
Leer para Crecerhttp://www.blogger.com/profile/15551595965623697609noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1089098649415894775.post-32831871062116519302023-08-28T09:00:00.008-05:002023-08-28T09:00:00.153-05:00Los Ganadores del Premio Nobel de Literatura de todos los tiempos<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhWpe27sJJv9w0_rGRkhZtERWCVrieKvw7jAxNr-9VbSqbGxH2mh_zptOV5OrlfrUMGHRAvY3dsNMGWGY9nygBVmCJO2id6mUo-335P9-RpxEM2AujZhlxxtEqkXJEtAISzC4rh5IcIE867e7ZsawwGJDVWmhdg3QzhAj2hbtmH-Rx16Age5thprhYFcc9e/s1024/getimg_ai_img-ksAm2DMK0thKvsxIWndrU.jpeg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="640" data-original-width="1024" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhWpe27sJJv9w0_rGRkhZtERWCVrieKvw7jAxNr-9VbSqbGxH2mh_zptOV5OrlfrUMGHRAvY3dsNMGWGY9nygBVmCJO2id6mUo-335P9-RpxEM2AujZhlxxtEqkXJEtAISzC4rh5IcIE867e7ZsawwGJDVWmhdg3QzhAj2hbtmH-Rx16Age5thprhYFcc9e/w640-h400/getimg_ai_img-ksAm2DMK0thKvsxIWndrU.jpeg" title="Premios nobel de Literatura" width="640" /></a></div><br /><p>El Premio Nobel de Literatura es uno de los cinco premios establecidos por el testamento de Alfred Nobel, el inventor sueco de la dinamita. Nobel dejó instrucciones en su testamento para la creación de estos premios en 1895, y los primeros galardonados fueron anunciados en 1901. El premio se otorga anualmente a un autor, independientemente de su nacionalidad, que haya producido en el campo de la literatura "la obra más destacada en una dirección idealista". A lo largo de su historia, el premio ha honrado a escritores de diversas culturas y géneros literarios.</p><p>A continuación la lista de ganadores de los premios nobel agrupados cada dos décadas incluyendo su obra más destacada.</p><h2 style="text-align: left;">Ganadores del Premio Nobel de Literatura de 1901 a 1920</h2><p><b>1901 - Sully Prudhomme </b>(1839-1907) - Francia</p><p>Motivo: "Por su poesía idealista, que ha destacado en el ámbito literario francés y forma un eslabón en la tradición poética."</p><p><br /></p><p><b>1902 - Theodor Mommsen</b> (1817-1903) - Alemania</p><p>Motivo: "Por ser el más grande maestro en el arte de la descripción histórica y por la profundidad artística con que ha penetrado en la ciencia de la historia."</p><p><br /></p><p><b>1903 - Bjørnstjerne Bjørnson</b> (1832-1910) - Noruega</p><p>Motivo: "Como un tributo al noble idealismo que, con una concepción fresca y verdadera, ha iluminado la literatura nórdica."</p><p><br /></p><p><b>1904 - Frédéric Mistral </b>(1830-1914) - Francia</p><p>Motivo: "Por el brillante, fresco y original renacimiento de la poesía provenzal que ha obtenido en él su verdadero intérprete."</p><p><br /></p><p><b>1904 - José Echegaray</b> (1832-1916) - España</p><p>Motivo: "Por el merecimiento de ambos en el campo de la dramaturgia contemporánea, y por el brillo que han añadido a la literatura española moderna."</p><p><br /></p><p><b>1905 - <a href="https://www.leerparacrecer.me/search/label/Henryk%20Sienkiewicz?&max-results=7" target="_blank">Henryk Sienkiewicz</a> </b>(1846-1916) - Polonia</p><p>Motivo: "Por su excelente narrativa, que al mismo tiempo es un glorioso epílogo a la antigua vida política de Polonia y un brillante capítulo en la historia de la literatura universal."</p><p><br /></p><p><b>1906 - Giosuè Carducci </b>(1835-1907) - Italia</p><p>Motivo: "Por su versatilidad como poeta, a la que añade frescura y vitalidad a través de una percepción rica y amable de la naturaleza y una producción sobresaliente en el campo del arte dramático."</p><p><br /></p><p><b>1907 - <a href="https://www.leerparacrecer.me/search/label/Henryk%20Sienkiewicz?&max-results=7" target="_blank">Rudyard Kipling</a></b> (1865-1936) - Reino Unido</p><p>Motivo: "En consideración al poder elevado y a la fuerza fresca con la que ha conquistado en el campo de la narrativa, que se caracteriza por una variedad y riqueza de invención inspirada por un profundo sentido de la vida humana."</p><p><br /></p><p><b>1908 - Rudolf Eucken </b>(1846-1926) - Alemania</p><p>Motivo: "En reconocimiento de su actividad productiva, que muestra en su obra un idealismo y una claridad de pensamiento que han ejercido una poderosa influencia en nuestra época."</p><p><br /></p><p><b>1909 - Selma Lagerlöf</b> (1858-1940) - Suecia</p><p>Motivo: "Por la inspiración idealista y la imaginación fresca con la que ha retratado la vida en sus novelas de espíritu popular."</p><p><br /></p><p><b>1910 - Paul Heyse</b> (1830-1914) - Alemania</p><p>Motivo: "Por su versatilidad como poeta, a la que añade frescura y vitalidad a través de una percepción rica y amable de la naturaleza y una producción sobresaliente en el campo del arte dramático."</p><p><br /></p><p><b>1911 - Maurice Maeterlinck</b> (1862-1949) - Bélgica</p><p>Motivo: "Por su apreciación del idealismo, la sutileza y la riqueza de imaginación que caracterizan sus obras dramáticas, que están construidas sobre el concepto de la unidad de la vida y la belleza, y por su influencia notable en la poesía contemporánea."</p><p><br /></p><p><b>1912 - Gerhart Hauptmann </b>(1862-1946) - Alemania</p><p>Motivo: "Primordialmente en reconocimiento de su contribución al drama contemporáneo, como lo demuestra en su obra 'Los tejedores', y en aprecio especial por su laboriosa y consecuente influencia en el desarrollo de la literatura moderna."</p><p><br /></p><p><b>1913 - Rabindranath Tagore</b> (1861-1941) - India</p><p>Motivo: "Por su poesía profundamente sensible, fresca y hermosa, por sus trabajos de prosa que, con penetración artística, ilustran los aspectos esenciales de la vida en su país natal, y por su importante contribución al pensamiento humanitario y filosófico."</p><p><br /></p><p><b>1914 -</b> No se otorgó el premio debido a la Primera Guerra Mundial.</p><p><br /></p><p><b>1915 - Romain Rolland </b>(1866-1944) - Francia</p><p>Motivo: "Como un tributo al elevado idealismo, la amplia simpatía y el corazón consumido por el interés de la humanidad que caracterizan su obra."</p><p><br /></p><p><b>1916 - Verner von Heidenstam</b> (1859-1940) - Suecia</p><p>Motivo: "Como tributo a la herencia artística que posee en su poesía, que en una forma altamente individual ha hecho de su nombre un símbolo de la cultura nueva en la tradición de la vieja poesía popular."</p><p><br /></p><p><b>1917 - Karl Gjellerup </b>(1857-1919) - Dinamarca</p><p>Motivo: "Por su variedad de contribuciones literarias y por la profundidad de su inspiración poética, que ha infundido a sus escritos un idealismo poderoso, una alta consideración artística y una apreciación humana que son raros en la literatura de hoy."</p><p><br /></p><p><b>1917 - Henrik Pontoppidan </b>(1857-1943) - Dinamarca</p><p>Motivo: "Por sus ricas y variegadas contribuciones al arte de la novela moderna."</p><p><br /></p><p><b>1919 - Carl Spitteler </b>(1845-1924) - Suiza</p><p>Motivo: "En especial por su epopeya lírica, 'Olimpia'."</p><p><br /></p><p><b>1920 - Knut Hamsun </b>(1859-1952) - Noruega</p><p>Motivo: "Por la magnificencia idealista de su literatura, que ha sido inspirada por el sueño y la ilusión."</p><p><br /></p><h2 style="text-align: left;">Ganadores del Premio Nobel de Literatura de 19021 a 1940</h2><p><b>1921 - Anatole France </b>(1844-1924) - Francia</p><p>Motivo: En reconocimiento a su brillante labor literaria, que se caracteriza por su estilo artístico puro y por su amor a la verdad.</p><p><br /></p><p><b>1922 - Jacinto Benavente</b> (1866-1954) - España</p><p>Motivo: Por la feliz intuición y la riqueza inventiva con las que ha continuado los brillantes tradiciones del drama español.</p><p><br /></p><p><b>1923 - William Butler Yeats</b> (1865-1939) - Irlanda</p><p>Motivo: Por su poesía lírica, que en inglés ha inspirado una parte de la poesía lírica de la literatura.</p><p><br /></p><p><b>1924 - Władysław Reymont</b> (1867-1925) - Polonia</p><p>Motivo: Por su gran obra épica, "Los campesinos", que ha profundizado nuestra comprensión de la vida nacional de Polonia.</p><p><br /></p><p><b>1925 - George Bernard Shaw </b>(1856-1950) - Irlanda/Reino Unido</p><p>Motivo: Por su trabajo eminente, que está marcado tanto por la idealismo como por la crítica corrosiva y que ha iluminado el espíritu de nuestra época.</p><p><br /></p><p><b>1926 - Grazia Deledda</b> (1871-1936) - Italia</p><p>Motivo: Por su idealismo poético, que en una forma plástica original nos muestra la vida en su isla natal y contribuye a la elevación de la literatura europea.</p><p><br /></p><p><b>1927 - Henri Bergson</b> (1859-1941) - Francia</p><p>Motivo: Por su profunda percepción y la brillante originalidad con la que ha penetrado en el problema más importante de la filosofía y ha revertido su desarrollo.</p><p><br /></p><p><b>1928 - Sigrid Undset</b> (1882-1949) - Noruega</p><p>Motivo: Principalmente por su poderosa descripción épica de la vida en el Norte durante la Edad Media.</p><p><br /></p><p><b>1929 - Thomas Mann</b> (1875-1955) - Alemania</p><p>Motivo: Principalmente por su gran novela "Los Buddenbrook", que ha ganado gradualmente reconocimiento como uno de los clásicos de la literatura contemporánea.</p><p><br /></p><p><b>1930 - Sinclair Lewis</b> (1885-1951) - Estados Unidos</p><p>Motivo: Porque, a través de sus descripciones vívidas y artísticas, él ha forjado un nuevo tipo de héroe americano.</p><p><br /></p><p><b>1931 - Erik Axel Karlfeldt </b>(1864-1931) - Suecia</p><p>Motivo: Por la poesía lírica de El Bosque Negro, en la que es un poeta nacional de ideales idealistas.</p><p><br /></p><p><b>1932 - John Galsworthy</b> (1867-1933) - Reino Unido</p><p>Motivo: Porque su estilo magistralmente plástico se encuentra en la altura de la gran tradición de la novela inglesa.</p><p><br /></p><p><b>1933 - Ivan Bunin</b> (1870-1953) - Unión Soviética (hoy Rusia)</p><p>Motivo: Por la estricta maestría con la que ha llevado los ideales rusos en prosa lírica y en la obra narrativa.</p><p><br /></p><p><b>1934 - Luigi Pirandello</b> (1867-1936) - Italia</p><p>Motivo: Por su audacia y el ingenio con el que, en sus novelas y en el drama, ha iluminado los problemas humanos.</p><p><br /></p><p><b>1936 - Eugene O'Neill</b> (1888-1953) - Estados Unidos</p><p>Motivo: Por el poderoso y original arte dramático con el que en su épico escritura ha iluminado el camino hacia una nueva escena americana.</p><p><br /></p><p><b>1937 - Roger Martin du Gard</b> (1881-1958) - Francia</p><p>Motivo: Por la profundidad y la sinceridad con la que ha iluminado los problemas humanos.</p><p><br /></p><p><b>1938 - Pearl S. Buck </b>(1892-1973) - Estados Unidos</p><p>Motivo: Por su descripción rica y veraz de la vida en China y por su maestría épica.</p><p><br /></p><p><b>1939 - Frans Eemil Sillanpää </b>(1888-1964) - Finlandia</p><p>Motivo: Por su profundo conocimiento de su país y el arte con el que ha forjado su descripción de la vida rural y el proceso en su patria natal.</p><p><br /></p><p><b>1940</b> - No se otorgó el premio debido a la Segunda Guerra Mundial.</p><p><br /></p><h2 style="text-align: left;">Ganadores del Premio Nobel de Literatura de 1941 a 1960</h2><p><b>1941 - 1943</b> No se otorgó el premio debido a la Segunda Guerra Mundial.</p><p><br /></p><p><b>1944 - Johannes V. Jensen</b> (1873-1950) - Dinamarca</p><p>Motivo: Por la rareza y riqueza de su imaginación poética, que con nuevo destello ilumina las imágenes eternas de la poesía.</p><p><br /></p><p><b>1945 - Gabriela Mistral</b> (1889-1957) - Chile</p><p>Motivo: Por su poesía lírica que, inspirada por grandes emociones, ha hecho de su nombre un símbolo de las aspiraciones idealistas del mundo latinoamericano.</p><p><br /></p><p><b>1946 - Hermann Hesse</b> (1877-1962) - Alemania</p><p>Motivo: Por su inspirado estilo narrativo, que, con su penetrante introspección, ilustra la riqueza de la poesía lírica y el esfuerzo del espíritu humano.</p><p><br /></p><p><b>1947 - André Gide</b> (1869-1951) - Francia</p><p>Motivo: Por su obra significativa, que en nueva forma ha ilustrado el espíritu humano y ha aumentado su esplendor.</p><p><br /></p><p><b>1948 - T.S. Eliot</b> (1888-1965) - Reino Unido/Estados Unidos</p><p>Motivo: Por su destacada contribución a la poesía contemporánea.</p><p><br /></p><p><b>1949 - William Faulkner </b>(1897-1962) - Estados Unidos</p><p>Motivo: Por sus poderosas y artísticas contribuciones a la literatura americana contemporánea.</p><p><br /></p><p><b>1950 - Bertrand Russell</b> (1872-1970) - Reino Unido</p><p>Motivo: En reconocimiento a sus diversas actividades como pensador y por su valiente lucha por la libertad del pensamiento y la libertad de expresión.</p><p><br /></p><p><b>1951 - Pär Lagerkvist </b>(1891-1974) - Suecia</p><p>Motivo: Por la profundidad artística, la sinceridad y la percepción que caracterizan sus escritos.</p><p><br /></p><p><b>1952 - François Mauriac </b>(1885-1970) - Francia</p><p>Motivo: Por la profunda agudeza con que ha penetrado los problemas humanos en su obra novelística.</p><p><br /></p><p><b>1953 - Winston Churchill</b> (1874-1965) - Reino Unido</p><p>Motivo: Por sus brillantes descripciones históricas y biográficas, así como por su elocuencia brillante en la defensa valiente de los valores humanos.</p><p><br /></p><p><b>1954 - Ernest Hemingway</b> (1899-1961) - Estados Unidos</p><p>Motivo: Por su maestría en el arte de la narración recientemente demostrada en "El viejo y el mar" y por la influencia que ha ejercido en el estilo contemporáneo.</p><p><br /></p><p><b>1955 - Halldór Laxness</b> (1902-1998) - Islandia</p><p>Motivo: Por su vividora épica, que ha renovado la gran tradición de la narrativa islandesa.</p><p><br /></p><p><b>1956 - Juan Ramón Jiménez</b> (1881-1958) - España</p><p>Motivo: Por su poesía lírica, que en lengua española constituye un ejemplo de alta espiritualidad y sensibilidad.</p><p><br /></p><p><b>1957 - Albert Camus </b>(1913-1960) - Francia</p><p>Motivo: Por su importante producción literaria, que con seriedad lúcida ilumina los problemas de la conciencia humana en nuestro tiempo.</p><p><br /></p><p><b>1958 - Boris Pasternak</b> (1890-1960) - Unión Soviética (Rusia)</p><p>Motivo: Por su logro literario de carácter idealista, en el que, con un gran talento artístico, ha mostrado el camino a través de las montañas de la vida, desvelando nuevas imágenes para la poesía rusa.</p><p><br /></p><p><b>1959 - Salvatore Quasimodo</b> (1901-1968) - Italia</p><p>Motivo: Por su distinguida poesía lírica que, con clásica fuerza expresiva, ilumina la historia de la vida humana en el universo y, en altas formas artísticas, representa los valores de una cultura nacional.</p><p><br /></p><p><b>1960 - Saint-John Perse</b> (1887-1975) - Francia</p><p>Motivo: Por el ardor creativo y el valor poético con los que ilustró la evolución del espíritu humano.</p><p><br /></p><h2 style="text-align: left;">Ganadores del Premio Nobel de Literatura de 1961 a 1980</h2><p><b>1961 - Ivo Andrić</b> (1892-1975) - Yugoslavia (hoy Bosnia y Herzegovina)</p><p>Motivo: Por la fuerza épica con la que ha trazado temas y descrito destinos humanos que se originan en su país natal.</p><p><br /></p><p><b>1962 - John Steinbeck</b> (1902-1968) - Estados Unidos</p><p>Motivo: Por su estilo vivo, lleno de colorido y de humor, y su habilidad en la descripción de las vidas humanas.</p><p><br /></p><p><b>1963 - Giorgos Seferis </b>(1900-1971) - Grecia</p><p>Motivo: Por su eminentemente lírica, influenciada por el clásico griego, que ha hecho de su poesía un ejemplo viviente de elevada idealidad, de forma fresca y de gran belleza.</p><p><br /></p><p><b>1964 - Jean-Paul Sartre</b> (1905-1980) - Francia</p><p>Motivo: Por su obra rica en ideas y llena de la pasión artística que ha revivido el drama de la existencia humana en la cultura contemporánea.</p><p><br /></p><p><b>1965 - Mikhail Sholokhov </b>(1905-1984) - Unión Soviética (Rusia)</p><p>Motivo: Por la fuerza artística y la sinceridad con que ha delineado aspectos fundamentales de la vida en Rusia.</p><p><br /></p><p><b>1966 - Shmuel Yosef Agnon </b>(1888-1970) - Israel</p><p>Motivo: Por su magistral y profundamente característico arte narrativo con raíces judías.</p><p><br /></p><p><b>1967 - Miguel Ángel Asturias</b> (1899-1974) - Guatemala</p><p>Motivo: Por sus libros ricos en fantasía poética, que han ilustrado la herencia de su pueblo y formado un vínculo entre las tradiciones de las antiguas civilizaciones indígenas y la literatura mundial moderna.</p><p><br /></p><p><b>1968 - Yasunari Kawabata </b>(1899-1972) - Japón</p><p>Motivo: Por su narrativa maestra, que, con gran sensibilidad, ha iluminado la esencia de la mente japonesa.</p><p><br /></p><p><b>1969 - Samuel Beckett </b>(1906-1989) - Irlanda</p><p>Motivo: Por su escritura, que -en nueva forma para la novela y el drama- en el ámbito de la literatura revela el precipicio bajo la frivolidad y la banalidad y despierta nuevas dimensiones para la vida de la imaginación.</p><p><br /></p><p><b>1970 - Alexandr Solzhenitsyn</b> (1918-2008) - Unión Soviética (Rusia)</p><p>Motivo: Por la potencia ética con la que ha manifestado las realidades fundamentales de la vida contemporánea en su país.</p><p><br /></p><p><b>1971 - Pablo Neruda </b>(1904-1973) - Chile</p><p>Motivo: Por una poesía que, con la acción de una fuerza elemental, y en un estilo vivaz, da vida al destino y los sueños de un continente.</p><p><br /></p><p><b>1972 - Heinrich Böll</b> (1917-1985) - Alemania</p><p>Motivo: Por su escritura que a través de su combinación de una amplia perspicacia en sus detalles y un poderoso sentido de la responsabilidad social, ha contribuido a dar una nueva forma a la literatura alemana.</p><p><br /></p><p><b>1973 - Patrick White</b> (1912-1990) - Australia</p><p>Motivo: Por un arte épico y psicológico que ha introducido en la novela contemporánea un nuevo continente y una nueva conciencia.</p><p><br /></p><p><b>1974 - Eyvind Johnson</b> (1900-1976) - Suecia</p><p>Motivo: Por una narrativa épica y lírica que ha revivido el espíritu de una nación bajo opresión.</p><p><br /></p><p><b>1974 - Harry Martinson</b> (1904-1978) - Suecia</p><p>Motivo: Por la autoridad del versículo que, con su penetración de ánimo, ilumina la huida del destino humano en el cosmos.</p><p><br /></p><p><b>1975 - Eugenio Montale</b> (1896-1981) - Italia</p><p>Motivo: Por su distintivo poesía que, con gran sensibilidad artística, ha interpretado los valores humanos bajo el signo de la solidaridad y la preocupación.</p><p><br /></p><p><b>1976 - Saul Bellow</b> (1915-2005) - Canadá/Estados Unidos</p><p>Motivo: Por el entendimiento humano y la sutileza que caracterizan su escritura y que enriquecen nuestra percepción de la realidad humana.</p><p><br /></p><p><b>1977 - Vicente Aleixandre</b> (1898-1984) - España</p><p>Motivo: Por una obra creativa que, iluminada por una visión de valores universales, da vida al drama de la existencia humana en nuestra época.</p><p><br /></p><p><b>1978 - Isaac Bashevis Singe</b>r (1902-1991) - Polonia/Estados Unidos</p><p>Motivo: Por su poder narrativo y que, con raíces en una rica tradición cultural, ilustra la condición humana actual con una profundidad y sensibilidad casi sin rival.</p><p><br /></p><p><b>1979 - Odysseas Elytis</b> (1911-1996) - Grecia</p><p>Motivo: Por su poesía lírica, que en un lenguaje ágil y creativo resalta la belleza y fuerza de la vida humana contemporánea en su patria, y así se convierte en un mensaje de alto valor y universalidad.</p><p><br /></p><p><b>1980 - Czesław Miłosz</b> (1911-2004) - Polonia/Estados Unidos</p><p>Motivo: Que con apasionada claridad de pensamiento y estilo poético otorga expresión a un continente en proceso de desintegración y resurgimiento.</p><p><br /></p><h2 style="text-align: left;">Ganadores del Premio Nobel de Literatura de 1981 a 1999</h2><p><b>1981 - Elias Canetti </b>(1905-1994) - Bulgaria/Reino Unido</p><p>Motivo: Por la escritura que, con el compás árabe, lúcida la desolación del hombre moderno y por su búsqueda de la supervivencia.</p><p><br /></p><p><b>1982 - Gabriel García Márquez</b> (1927-2014) - Colombia</p><p>Motivo: Por sus novelas y cuentos, en los cuales lo fantástico y lo real son combinados en un mundo compuesto de imaginación, compasión y esencia.</p><p><br /></p><p><b>1983 - William Golding</b> (1911-1993) - Reino Unido</p><p>Motivo: Por su novela, que, con la pasión de un narrador clásico, ilustra los peligros inherentes a la vida en la civilización contemporánea.</p><p><br /></p><p><b>1984 - Jaroslav Seifert</b> (1901-1986) - Checoslovaquia (hoy República Checa)</p><p>Motivo: Por su poesía que sobresale por su lírica, colorido y belleza, y por la influencia que ha ejercido en la poesía contemporánea.</p><p><br /></p><p><b>1985 - Claude Simon</b> (1913-2005) - Francia</p><p>Motivo: Quien, en su obra con una estructura sutil, manifiesta un sentimiento de la crisis de la humanidad contemporánea.</p><p><br /></p><p><b>1986 - Wole Soyinka </b>(nacido en 1934) - Nigeria</p><p>Motivo: Quien en un amplio espectro de formas teatrales y poéticas, ha plasmado la condición humana en el continente africano con la perspicacia del compromiso y la visión artística.</p><p><br /></p><p><b>1987 - Joseph Brodsky </b>(1940-1996) - Unión Soviética (hoy Rusia)</p><p>Motivo: Por un trabajo influyente que, con audacia lingüística, ha abordado temas grandes y pequeños en la historia y la cultura de su país.</p><p><br /></p><p><b>1988 - Naguib Mahfouz</b> (1911-2006) - Egipto</p><p>Motivo: Quien, a través de su estilo narrativo profundamente arraigado en la tradición de su país, ha formado aspectos anormales de la vida en Egipto.</p><p><br /></p><p><b>1989 - Camilo José Cela</b> (1916-2002) - España</p><p>Motivo: Por una rica y intensa prosa narrativa que con frescura proporciona un nuevo retrato de la vida de los desfavorecidos.</p><p><br /></p><p><b>1990 - Octavio Paz </b>(1914-1998) - México</p><p>Motivo: Por una apasionada escritura con amplios horizontes, caracterizada por inteligencia sensorial y una estructura humanista.</p><p><br /></p><p><b>1991 - Nadine Gordimer </b>(1923-2014) - Sudáfrica</p><p>Motivo: Quien a través de su magnífico épico en prosa ha - en la línea de la tradición de los narradores de cuentos de la antigüedad - abierto un nuevo camino para la novela sudafricana.</p><p><br /></p><p><b>1992 - Derek Walcott </b>(1930-2017) - Santa Lucía</p><p>Motivo: Por una obra poética de gran luminosidad, forjada por el compromiso y la pasión de un mundo multicultural.</p><p><br /></p><p><b>1993 - Toni Morrison </b>(1931-2019) - Estados Unidos</p><p>Motivo: Por sus novelas caracterizadas por la fuerza visionaria y el lenguaje poético, que otorgan vida a un aspecto esencial</p><p><br /></p><p><b>1994 - Kenzaburō Ōe </b>(1935-2023) - Japón</p><p>Motivo: Por su poderosa narrativa que, con ingenio y perspicacia, representa al hombre universal contra la crueldad y la intolerancia.</p><p><br /></p><p><b>1995 - Seamus Heaney </b>(1939-2013) - Irlanda</p><p>Motivo: Por su obras de lírica de una belleza sobria y profundidad ética, que exponen la realidad enraizada en la historia y enriquecida con una tradición cultural.</p><p><br /></p><p><b>1996 - Wisława Szymborska </b>(1923-2012) - Polonia</p><p>Motivo: Por su poesía que con precisión irónica permite que contextos históricos y biológicos suban a la superficie en fragmentos de realidad humana.</p><p><br /></p><p><b>1997 - Dario Fo </b>(1926-2016)<b> </b>- Italia</p><p>Motivo: Porque, siguiendo la tradición de los bufones medievales, fustiga el poder y restaura la dignidad a los oprimidos.</p><p><br /></p><p><b>1998 - José Saramago (</b>1922-2010) - Portugal</p><p>Motivo: Por su capacidad para volver comprensible una realidad huidiza, con parábolas sostenidas por la imaginación, la compasión y la ironía.</p><p><br /></p><p><b>1999 - Günter Grass</b> (1927-2015) - Alemania</p><p>Motivo: Cuyo agudo corte de hacha pone al descubierto las raíces históricas y la fragilidad de la civilización contemporánea.</p><p><br /></p><h2 style="text-align: left;">Ganadores del Premio Nobel de Literatura de 2000 a la actualidad</h2><p><b>2000 - Gao Xingjian </b>(nacido en 1940) - China/Francia</p><p>Motivo: Por una obra apreciable que ha abierto nuevos caminos para la novela y el teatro chinos.</p><p><br /></p><p><b>2001 - V.S. Naipaul</b> (1932-2018) - Trinidad y Tobago/Reino Unido</p><p>Motivo: Por haber unido la narrativa percipiente y la incorruptible observación en obras que nos obligan a ver la presencia de historias reprimidas.</p><p><br /></p><p><b>2002 - Imre Kertész</b> (1929-2016) - Hungría</p><p>Motivo: Por la escritura que, en su sobriedad extrema, ilustra la capacidad de resistencia del individuo, sometido al fraude y al abuso de poder.</p><p><br /></p><p><b>2003 - J.M. Coetzee</b> (nacido en 1940) - Sudáfrica/Australia</p><p>Motivo: Que en innumerables guises retrata la sorprendente involución de los valores en medio de un mundo en desintegración.</p><p><br /></p><p><b>2004 - Elfriede Jelinek</b> (nacida en 1946) - Austria</p><p>Motivo: Por su flujo musical de voces y contravoces en novelas y obras de teatro que, con extraordinario celo lingüístico, revelan el absurdo de los clichés de la sociedad y su poder represivo.</p><p><br /></p><p><b>2005 - Harold Pinter</b> (1930-2008) - Reino Unido</p><p>Motivo: Que en sus obras descubrió un abismo bajo la charla cotidiana y obligó a entrar en el escenario de la vida forzada.</p><p><br /></p><p><b>2006 - Orhan Pamuk</b> (nacido en 1952) - Turquía</p><p>Motivo: Quien en busca de nuevos símbolos para el choque y la entrelazada mezcla de culturas en su país ha descubierto nuevos símbolos para el choque y el entrelazamiento de culturas.</p><p><br /></p><p><b>2007 - Doris Lessing</b> (1919-2013) - Reino Unido</p><p>Motivo: Que con el esplendor de sus visiones y la valentía en enfrentar las realidades de la sociedad, se ha convertido en la narradora épica femenina de la experiencia.</p><p><br /></p><p><b>2008 - Jean-Marie Gustave Le Clézio</b> (nacido en 1940) - Francia</p><p>Motivo: Autor de nuevos descubrimientos, aventura y sensibilidad poética, que ha revivido los mundos ocultos de la infancia y las luchas encarnadas en la belleza de las tierras y las culturas marginales.</p><p><br /></p><p><b>2009 - Herta Müller</b> (nacida en 1953) - Rumania/Alemania</p><p>Motivo: Que, con la concentración de la poesía y la franqueza de la prosa, ilustra el paisaje de los desposeídos.</p><p><br /></p><p><b>2010 - Mario Vargas Llosa</b> (nacido en 1936) - Perú</p><p>Motivo: Por su cartografía de las estructuras del poder y sus imágenes mordaces sobre la resistencia, la revuelta y la derrota del individuo.</p><p><br /></p><p><b>2011 - Tomas Tranströmer</b> (1931-2015) - Suecia</p><p>Motivo: Porque, a través de sus imágenes condensadas y translúcidas, nos da un nuevo acceso a la realidad.</p><p><br /></p><p><b>2012 - Mo Yan</b> (nacido en 1955) - China</p><p>Motivo: Por su estilo mezclado con realismo y cuentos populares, que llega con alusiones mágicas y detalles sensuales, recreando un universo individual.</p><p><br /></p><p><b>2013 - Alice Munro</b> (nacida en 1931) - Canadá</p><p>Motivo: Por su arte maestro del relato, que revela, en cuentos de profundidad emocional, la verdad de una vida.</p><p><br /></p><p><b>2014 - Patrick Modiano</b> (nacido en 1945) - Francia</p><p>Motivo: Por el arte de la memoria con el que ha evocado los destinos humanos más inasibles y desvelado el mundo de la ocupación.</p><p><br /></p><p><b>2015 - Svetlana Alexiévich</b> (nacida en 1948) - Bielorrusia</p><p>Motivo: Por su escritura polifónica, un monumento al sufrimiento y al coraje en nuestro tiempo.</p><p><br /></p><p><b>2016 - Bob Dylan </b>(nacido en 1941) - Estados Unidos</p><p>Nota: Bob Dylan es músico y compositor, y ganó el premio por su contribución a la poesía lírica.</p><p><br /></p><p><b>2017 - Kazuo Ishiguro </b>(nacido en 1954) - Reino Unido</p><p>Motivo: Quien, en novelas de gran fuerza emocional, ha descubierto el abismo bajo nuestro sentido ilusorio de conexión con el mundo.</p><p><br /></p><p><b>2018 - Olga Tokarczuk</b> (nacida en 1962) - Polonia</p><p>Motivo: Por su imaginación narrativa que con pasión enciclopédica representa el cruce de los límites como forma de vida.</p><p><br /></p><p><b>2019 - Peter Handke </b>(nacido en 1942) - Austria</p><p>Motivo: Por su influencia lingüística creativa que ha explorado la periferia y la especificidad de la experiencia humana.</p><p><br /></p><p><b>2020 - Louise Glück </b>(nacida en 1943) - Estados Unidos</p><p>Motivo: Por su inconfundible voz poética que, con una belleza austera, hace universal la existencia individual.</p><p><br /></p><p><b>2021 - Abdulrazak Gurnah </b>(nacido en 1948) - Tanzania/Reino Unido</p><p>Motivo: Por su inquebrantable y conmovedora narrativa que, en la diáspora de la experiencia y la creación literaria, ha forjado nuevas formas de comprender las historias cruzadas de la humanidad.</p><p><br /></p><p><b>2022 - Annie Ernaux </b>(nacida en 1940) - Francia</p><p>Motivo: por el coraje y la agudeza clínica con la que descubre las raíces, los extrañamientos y las trabas colectivas de la memoria personal»</p>Leer para Crecerhttp://www.blogger.com/profile/15551595965623697609noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1089098649415894775.post-17219359449111206072023-01-23T10:30:00.013-05:002023-01-23T10:30:00.218-05:00Taras Bulba Nikolái Gógol Libro Gratis<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgeD08ly7QUjYhVxr58GUTUUgqpjPUM9Tn8hQGSpbrpg_zFJz_tO_Jdqj1l2C98kiz2zW_1LtRp5mqjnjnQjqRZKQF7SinvkAW94WWPxlySSlLo_cYbn2Yi6kQHPVbwhKjJiLvKTxqFhkCvAzp75S-0PZEdD2KBDj2WJWz7vXmApFGvtnBaPyeohyIl7g/s1200/tarasbulbalibro.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="801" data-original-width="1200" height="428" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgeD08ly7QUjYhVxr58GUTUUgqpjPUM9Tn8hQGSpbrpg_zFJz_tO_Jdqj1l2C98kiz2zW_1LtRp5mqjnjnQjqRZKQF7SinvkAW94WWPxlySSlLo_cYbn2Yi6kQHPVbwhKjJiLvKTxqFhkCvAzp75S-0PZEdD2KBDj2WJWz7vXmApFGvtnBaPyeohyIl7g/w640-h428/tarasbulbalibro.jpg" title="Taras Bulba Nikolai Gogol" width="640" /></a></div><br /><p>Taras Bulba es una novela histórica breve de Nikolai Gogol . La novela tiene dos versiones, la edición de 1835 es decididamente pro-ucraniana en temas e historia. La segunda edición de 1842 recibió algunas adiciones que se consideraron prorrusas.</p><p><br /></p><h3 style="text-align: left;">Taras Bulba Sinopsis</h3><p>Los hijos de Taras Bulba, Ostap y Andriy, regresan a casa desde la Academia de la Universidad Nacional de Kiev – Mohyla . El hijo mayor Ostap es más aventurero, tiene el verdadero espíritu de los cosacos, Andriy es profundamente romántico. Mientras está en Kiev, se enamora de una joven noble polaca, la hija del gobernador de la ciudad de Dubno , pero la corta relación se rompe cuando la familia polaca regresa a su ciudad.</p><p><br /></p><p>Como un verdadero cosaco ucraniano , Taras Bulba quiere ver a sus hijos en la guerra, ya que los cosacos no eran considerados hombres y no se casaban hasta que pasaban el servicio militar voluntario. Los polacos, que ocuparon toda la orilla occidental del río Dnipro , fueron acusados de cometer las atrocidades contra los cristianos ortodoxos, tarea en la que fueron asistidos por judíos. Después de matar a algunos judíos en las afueras de Sich, los cosacos avanzan contra el castillo de Dubno , donde inician una larga campaña para sitiar la ciudad.</p><p><br /></p><p>Una noche, la doncella tártara de la noble polaca se acerca a Andriy y le pide ayuda para salvar a la familia de su novia del hambre. Usando el pasaje secreto, Andriy lleva pan a la familia de su amada. Más tarde traiciona a los cosacos y pasa a la parte polaca.</p><p><br /></p><p>En una de las batallas, Taras Bulba encuentra a Andriy vestido con uniforme polaco y mata a su propio hijo a quemarropa diciendo: “¡Te di a luz, te mataré!”. Su otro hijo Ostap, después de varias batallas, es capturado por los polacos y se prepara para ser ejecutado públicamente en Varsovia. Pero antes de la fecha de ejecución, el judío Yankel, a quien Taras salvó durante el pogrom cosaco, accede a llevarlo a Varsovia . Vestido como un conde alemán, Taras intenta salvar a su hijo de la cárcel, pero es reconocido por uno de los guardias y tiene que pagar 100 monedas de oro para garantizar su libertad. Durante la actuación, Ostap, como un cosaco que se precie, no emite un solo sonido, y solo al final pregunta retóricamente: "Padre, ¿me estás escuchando?" Taras, escondido entre la multitud, responde "Sí" y luego huye.</p><p>Así finaliza la versión original de 1835. La versión de 1842 finaliza así: </p><p>Los cosacos firman la paz con los polacos, Taras se opone, toma su regimiento para continuar la guerra contra Polonia. Taras es capturado en combate y quemado vivo en la hoguera improvisada, gritando por el Espíritu de Rus (que no debe confundirse con el espíritu de Rusia).</p><p><br /></p><p style="text-align: center;"><a href="https://books.google.com.pe/books?id=zpXkhjBSgsoC&dq=gogol&pg=PA3#v=onepage&q&f=false" target="_blank">Taras Bulba Nikolai Gogol Libro Completo PDF</a></p>Leer para Crecerhttp://www.blogger.com/profile/15551595965623697609noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1089098649415894775.post-62029586018367402512022-10-11T10:00:00.003-05:002022-10-11T10:00:00.184-05:00El burro flautista fabula de Tomas De Iriarte<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg6Rfx04GEX082wizjYS9OrFS_FWCSiIXiGquQ2FJ0aflYkFJ3djmRW7JpDyC_5WJWd5tSKLjWCf4GVYfWfTHn10CCXXsm_lXUjnOrrplNybaT3qrSVFP7uG6l2eaEIM1GOF4s6rNkSN95r5VI0C0TNbZnoUw0Zp0lPb_mrreRUwPSHDQ1eZbSE6xNMgg/s1280/burroflauta.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="El burro flautista fabula" border="0" data-original-height="719" data-original-width="1280" height="360" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg6Rfx04GEX082wizjYS9OrFS_FWCSiIXiGquQ2FJ0aflYkFJ3djmRW7JpDyC_5WJWd5tSKLjWCf4GVYfWfTHn10CCXXsm_lXUjnOrrplNybaT3qrSVFP7uG6l2eaEIM1GOF4s6rNkSN95r5VI0C0TNbZnoUw0Zp0lPb_mrreRUwPSHDQ1eZbSE6xNMgg/w640-h360/burroflauta.png" title="Tomas De Iriarte" width="640" /></a></div><br /><p style="text-align: center;">Esta fabulilla,</p><p style="text-align: center;">salga bien, ó mal,</p><p style="text-align: center;">me ha ocurrido ahora</p><p style="text-align: center;">por casualidad.</p><p style="text-align: center;"><br /></p><p style="text-align: center;">Cerca de unos prados</p><p style="text-align: center;">que hay en mi lugar,</p><p style="text-align: center;">pasaba un borrico</p><p style="text-align: center;">por casualidad.</p><p style="text-align: center;"><br /></p><p style="text-align: center;">Una flauta en ellos</p><p style="text-align: center;">halló, que un zagal</p><p style="text-align: center;">se dejó olvidada</p><p style="text-align: center;">por casualidad.</p><p style="text-align: center;"><br /></p><p style="text-align: center;">Acercose a olerla</p><p style="text-align: center;">el dicho animal,</p><p style="text-align: center;">y dio un resoplido</p><p style="text-align: center;">por casualidad.</p><p style="text-align: center;"><br /></p><p style="text-align: center;">En la flauta el aire</p><p style="text-align: center;">se hubo de colar;</p><p style="text-align: center;">y sonó la flauta</p><p style="text-align: center;">por casualidad.</p><p style="text-align: center;"><br /></p><p style="text-align: center;">Oh! dijo el borrico:</p><p style="text-align: center;">¡qué bien sé tocar!</p><p style="text-align: center;">¡Y dirán que es mala</p><p style="text-align: center;">la música asnal!</p><p style="text-align: center;"><br /></p><p style="text-align: center;">Sin reglas del arte,</p><p style="text-align: center;">borriquitos hay</p><p style="text-align: center;">que una vez aciertan</p><p style="text-align: center;">por casualidad.</p><p style="text-align: center;"><br /></p><div style="background: 0px 0px rgb(255, 255, 255); border: 0px; color: #5e5e5e; font-family: "PT Serif", sans-serif; font-size: 15px; margin: 0px; outline: 0px; padding: 0px; text-align: right; transition: all 0.3s ease 0s; vertical-align: baseline;"><a href="http://www.leerparacrecer.me/search/label/Tomas%20de%20Iriarte?&max-results=7" style="background: 0px 0px; border: 0px; color: blue; margin: 0px; outline: 0px; padding: 0px; text-decoration-line: none; transition: all 0.3s ease 0s; vertical-align: baseline;" target="_blank"><b style="background: 0px 0px; border: 0px; margin: 0px; outline: 0px; padding: 0px; transition: all 0.3s ease 0s; vertical-align: baseline;">Tomas De Iriarte</b></a></div><div style="background: 0px 0px rgb(255, 255, 255); border: 0px; color: #5e5e5e; font-family: "PT Serif", sans-serif; font-size: 15px; margin: 0px; outline: 0px; padding: 0px; text-align: right; transition: all 0.3s ease 0s; vertical-align: baseline;">España 1750 - 1791</div>Leer para Crecerhttp://www.blogger.com/profile/15551595965623697609noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1089098649415894775.post-33078194354756356682022-06-21T09:00:00.006-05:002022-06-21T09:00:00.186-05:00Un mal negocio Cuento Anton Chejov<p style="text-align: justify;"> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgUOzL42EId7acWZzVwo_1JkHL6otfX2zZJ60EtmoyDFcM61vrNtmbXibm9QEDd97-lkRrdg7MjXC3UCu0xbGE_4ds-3cPuwBmN74fFWXP7AY0OBwORHccOvcG_en0mCyS0bGkcyS2DJwZJ8z2pZTg9M9mxG1JsbB8ktugGjPpqkrAovT5D2COduU7Dpg/s1280/graveyard-1538646_1280.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="720" data-original-width="1280" height="360" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgUOzL42EId7acWZzVwo_1JkHL6otfX2zZJ60EtmoyDFcM61vrNtmbXibm9QEDd97-lkRrdg7MjXC3UCu0xbGE_4ds-3cPuwBmN74fFWXP7AY0OBwORHccOvcG_en0mCyS0bGkcyS2DJwZJ8z2pZTg9M9mxG1JsbB8ktugGjPpqkrAovT5D2COduU7Dpg/w640-h360/graveyard-1538646_1280.jpg" title="Un mal negocio Anton Chejov" width="640" /></a></div><br /><p></p><p style="text-align: justify;">¿QUIÉN anda por ahí?</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">No hay respuesta. El vigilante no ve nada, pero entre el bramido del viento y los árboles oye claramente a alguien que camina por la avenida delante de él. Una noche de marzo, nublada y neblinosa, envuelve la tierra, y parece el vigilante que la tierra, el cielo y él mismo con sus pensamientos se funden en algo vasto e impenetrablemente negro. Sólo puede andar a tientas.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"¿Quién anda ahí?", repite el vigilante, y empieza a imaginar que es él. Escucha susurros y risas ahogadas "¿Quién está ahí?"</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"Soy yo, amigo. . ." responde la voz de un anciano.</p><p style="text-align: justify;">"¿Pero quién eres?"</p><p style="text-align: justify;">"Yo . . . un viajero."</p><p style="text-align: justify;">¿Qué clase de viajero? el vigilante grita enojado, tratando de disimular su terror con gritos. "¿Qué diablos quieres aquí? ¡Vas a rondar por el cementerio por la noche, rufián!"</p><p style="text-align: justify;">"¿No dices que es un cementerio aquí?"</p><p style="text-align: justify;">"¿Por qué, qué más? ¡Por supuesto que es el cementerio! ¿No ves que lo es?"</p><p style="text-align: justify;">"Oo-oh... ¡Reina del Cielo!" se oye el suspiro de un anciano. "No veo nada, mi buena alma, nada. ¡Oh, la oscuridad, la oscuridad! No puedes ver tu mano delante de tu cara, está oscuro, amigo. Oo-oh. . ."</p><p style="text-align: justify;">"¿Pero quien eres tú?"</p><p style="text-align: justify;">"Soy un peregrino, amigo, un hombre errante".</p><p style="text-align: justify;">"Los diablos, los noctámbulos... ¡Menudo tipo de peregrinos! Son unos borrachos...". murmura el vigilante, tranquilizado por el tono y los suspiros del desconocido. "Uno es tentado a pecar por ti. Beben todo el día y merodean por la noche. Pero me imagino que escuché que no estaban solos; parecían dos o tres de ustedes".</p><p style="text-align: justify;">"Estoy solo, amigo, solo. Completamente solo. Oo-oh nuestros pecados. . .".</p><p style="text-align: justify;">El vigilante tropieza con el hombre y se detiene.</p><p style="text-align: justify;">"¿Cómo has llegado hasta aquí?" él pregunta.</p><p style="text-align: justify;">"Me he perdido, buen hombre. Estaba caminando hacia el Molino Mitrievsky y me perdí".</p><p style="text-align: justify;">"¡Vaya! ¿Es este el camino hacia el Molino Mitrievsky? ¡Eres un borrego! Para el Molino Mitrievsky debes mantenerte mucho más a la izquierda, directamente fuera de la ciudad por el camino principal. Has estado bebiendo y te has alejado un par de millas de tu camino. Debes haber tenido una caída en la ciudad.</p><p style="text-align: justify;">"Lo hice, amigo. . . Verdaderamente lo hice; no ocultaré mis pecados. Pero, ¿cómo me voy a ir ahora?"</p><p style="text-align: justify;">"Siga recto y siga por esta avenida hasta que no pueda avanzar más, y luego gire inmediatamente a la izquierda y siga hasta que haya cruzado todo el cementerio hasta la puerta. Habrá una puerta allí... Ábrala y ve con la bendición de Dios. Cuídate de no caer en la zanja. Y cuando estés fuera del cementerio, sigue todo el camino por los campos hasta que salgas al camino principal ".</p><p style="text-align: justify;">"Dios te dé salud, amigo. Que la Reina del Cielo te salve y tenga piedad de ti. ¡Puedes llevarme contigo, buen hombre! ¡Ten piedad! Condúceme a la puerta".</p><p style="text-align: justify;">"¡Como si tuviera tiempo que perder! ¡Ve tú solo!"</p><p style="text-align: justify;">"¡Ten piedad! Rezaré por ti. No puedo ver nada; uno no puede ver la mano delante de la cara, amigo. . . . ¡Está tan oscuro, tan oscuro! ¡Muéstrame el camino, señor!"</p><p style="text-align: justify;">"Como si tuviera tiempo para llevarte; si tuviera que hacer de enfermero para todos, nunca debería haberlo hecho".</p><p style="text-align: justify;">"¡Por Dios, llévame! No puedo ver, y tengo miedo de ir solo por el cementerio. Es espantoso, amigo, es espantoso; tengo miedo, buen hombre".</p><p style="text-align: justify;">"No hay manera de deshacerse de ti", suspira el vigilante.</p><p style="text-align: justify;">El vigilante y el viajero van juntos. Caminan hombro con hombro en silencio. Un viento húmedo y cortante les da directamente en la cara y los árboles invisibles, que murmuran y susurran, esparcen grandes gotas sobre ellos. . . . El camino está casi completamente cubierto de charcos.</p><p style="text-align: justify;">"Hay una cosa que no entiendo", dice el vigilante después de un silencio prolongado: "cómo llegaste aquí. La puerta está cerrada. ¿Saltaste el muro? Si subiste el muro, eso es lo último que harías". esperar de un anciano".</p><p style="text-align: justify;">"No sé, amigo, no sé. No puedo decirme cómo llegué aquí. Es una visitación. Un castigo del Señor. Verdaderamente una visitación, el maligno me confundió. Entonces tú eres un vigilante aquí, amigo?"</p><p style="text-align: justify;">"Sí."</p><p style="text-align: justify;">Hay una ráfaga de viento tan violenta que ambos se detienen por un minuto. Esperando a que amaine la violencia del viento, el vigilante responde:</p><p style="text-align: justify;">"Somos tres, pero uno está enfermo con fiebre y el otro dormido. Él y yo nos turnamos".</p><p style="text-align: justify;">"Ah, seguro, amigo. ¡Qué viento! ¡Los muertos deben oírlo! ¡Aúlla como una fiera salvaje! Oo-oh".</p><p style="text-align: justify;">"¿Y de dónde vienes?"</p><p style="text-align: justify;">"De lejos, amigo. Soy de Vologda, muy lejos. Voy de un lugar santo a otro y oro por la gente. Sálvame y ten piedad de mí, oh Señor".</p><p style="text-align: justify;">El vigilante se detiene un minuto para encender su pipa. Se agacha a espaldas del viajero y enciende varios fósforos. El resplandor del primer fósforo ilumina por un instante un trozo de la avenida de la derecha, una lápida blanca con un ángel y una cruz oscura; la luz de la segunda cerilla, resplandeciente y extinguida por el viento, centellea como un relámpago en el lado izquierdo, y en la oscuridad no se destaca más que el ángulo de una especie de enrejado; el tercer fósforo arroja luz a derecha e izquierda, revelando la lápida blanca, la cruz oscura y el enrejado alrededor de la tumba de un niño.</p><p style="text-align: justify;">"¡Los difuntos duermen, los amados duermen!" murmura el extraño, suspirando ruidosamente. "Todos duermen igual, ricos y pobres, sabios y necios, buenos y malos. Valen lo mismo ahora. Y dormirán hasta la última trompeta. El Reino de los Cielos y la paz eterna sea de ellos".</p><p style="text-align: justify;">"Aquí estamos caminando ahora, pero llegará el momento en que nosotros mismos estaremos acostados aquí", dice el vigilante.</p><p style="text-align: justify;">"Sin duda, sin duda, lo haremos todos. No hay hombre que no muera. Oo-oh. ¡Nuestras acciones son malas, nuestros pensamientos son engañosos! ¡Pecados, pecados! Mi alma maldita, siempre codiciosa, mi vientre codicioso y lujurioso! He enojado al Señor y no hay salvación para mí en este mundo ni en el venidero. Estoy hundido en pecados como un gusano en la tierra".</p><p style="text-align: justify;">"Sí, y tienes que morir".</p><p style="text-align: justify;">"La muerte es más fácil para un peregrino que para tipos como nosotros", dice el vigilante.</p><p style="text-align: justify;">"Hay peregrinos de diferentes clases. Están los verdaderos que son hombres temerosos de Dios y velan por sus propias almas, y están los que vagan por el cementerio por la noche y son una delicia para los demonios. . . Sí-es !Hay uno que es un peregrino que podría darte un golpe en la cabeza con un hacha si quisiera y dejarte sin aliento".</p><p style="text-align: justify;">"¿Por qué hablas así?"</p><p style="text-align: justify;">"Oh, nada... Vaya, creo que aquí está la puerta. Sí, lo es. Ábrela, buen hombre.</p><p style="text-align: justify;">El vigilante, tanteando el camino, abre la puerta, saca al peregrino por la manga y dice:</p><p style="text-align: justify;">"Aquí está el final del cementerio. Ahora debes continuar a través de los campos abiertos hasta llegar a la carretera principal. Solo cerca de aquí estará la zanja límite, no te caigas... Y cuando salgas por la carretera, girar a la derecha y continuar hasta llegar al molino...</p><p style="text-align: justify;">"¡Oo-oh!" suspira el peregrino después de una pausa, "y ahora estoy pensando que no tengo motivos para ir al Molino Mitrievsky... ¿Por qué diablos debería ir allí? Será mejor que me quede un rato aquí con usted, señor... "</p><p style="text-align: justify;">"¿Para qué quieres quedarte conmigo?"</p><p style="text-align: justify;">"¡Oh... es más divertido contigo!..."</p><p style="text-align: justify;">"Así que has encontrado un compañero alegre, ¿verdad? A ti, peregrino, te gustan las bromas, por lo que veo...".</p><p style="text-align: justify;">"Por supuesto que lo soy", dice el extraño, con una risa ronca. "¡Ah, mi querido buen hombre, apuesto a que recordarás al peregrino muchos años!"</p><p style="text-align: justify;">"¿Por qué debería recordarte?"</p><p style="text-align: justify;">"¿Por qué te he rodeado tan inteligentemente...? ¿Soy un peregrino? No soy un peregrino en absoluto".</p><p style="text-align: justify;">"¿Entonces qué eres?"</p><p style="text-align: justify;">"Un hombre muerto. . . . Acabo de salir de mi ataúd. . . . ¿Recuerdas a Gubaryev, el cerrajero, que se ahorcó en la semana de carnaval? Bueno, ¡soy el mismo Gubaryev! . . ."</p><p style="text-align: justify;">"¡Cuéntanos algo más!"</p><p style="text-align: justify;">El vigilante no le cree, pero siente un terror tan frío y opresivo que se sobresalta y comienza a palpar apresuradamente la puerta.</p><p style="text-align: justify;">"Detente, ¿a dónde vas?" dice el extraño, agarrándolo por el brazo. "Aie, aie, aie... ¡Qué tipo eres! ¿Cómo puedes dejarme solo?"</p><p style="text-align: justify;">"¡Déjalo ir!" grita el vigilante, tratando de apartar su brazo.</p><p style="text-align: justify;">"¡Agáchate! Te ordeno que te detengas y te detengas. ¡No luches, perro sucio! Si quieres quedarte entre los vivos, detente y muérdete la lengua hasta que te lo diga. Es solo que no me importa derrama sangre o habrías sido hombre muerto hace mucho tiempo, bribón escorbuto... ¡Detente!</p><p style="text-align: justify;">Las rodillas del vigilante ceden debajo de él. En su terror, cierra los ojos y, temblando, se acurruca junto a la pared. Le gustaría gritar, pero sabe que sus gritos no alcanzarían a ningún ser vivo. El extraño se para a su lado y lo sostiene por el brazo. . . .</p><p style="text-align: justify;">"Uno tiene fiebre, otro está dormido y el tercero ve peregrinos en su camino", murmura el extraño. "¡Seguidores de la capital, valen su salario! ¡Sí, hermano, los ladrones siempre han sido más listos que los vigilantes! Quédate quieto, no te muevas..."</p><p style="text-align: justify;">Cinco minutos, diez minutos pasan en silencio. De repente, el viento trae el sonido de un silbato.</p><p style="text-align: justify;">"Bueno, ahora puedes irte", dice el extraño, soltando el brazo del vigilante. "¡Ve y gracias a Dios que estás vivo!"</p><p style="text-align: justify;">El forastero también da un silbido, sale corriendo de la puerta y el vigilante lo oye saltar por encima de la zanja.</p><p style="text-align: justify;">Con el presentimiento de algo muy espantoso en su corazón, el vigilante, todavía temblando de terror, abre la puerta con indecisión y vuelve corriendo con los ojos cerrados.</p><p style="text-align: justify;">En el desvío a la avenida principal escucha pasos apresurados, y alguien le pregunta con voz sibilante: "¿Eres tú, Timofey? ¿Dónde está Mitka?"</p><p style="text-align: justify;">Y después de recorrer toda la longitud de la avenida principal, nota una lucecita tenue en la oscuridad. Cuanto más se acerca a la luz, más asustado está y más fuerte es su presentimiento del mal.</p><p style="text-align: justify;">"Parece como si la luz estuviera en la iglesia", piensa. "¿Y cómo puede haber llegado allí? ¡Sálvame y ten piedad de mí, Reina del Cielo! Y así es".</p><p style="text-align: justify;">El vigilante se para un minuto ante la ventana rota y mira con horror hacia el altar. . . . Una velita de cera que los ladrones se habían olvidado de apagar titila con el viento que entra por la ventana y arroja tenues manchas rojas de luz sobre las vestiduras volcadas y un armario volcado en el suelo, sobre numerosas huellas cerca del altar mayor y el altar de las ofrendas.</p><p style="text-align: justify;">Pasa un poco de tiempo y el viento aullador envía flotando sobre el cementerio los repiques irregulares y apresurados de la campana de alarma. . . .</p>Leer para Crecerhttp://www.blogger.com/profile/15551595965623697609noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1089098649415894775.post-4957534668048075122022-04-18T09:00:00.010-05:002022-04-18T09:00:00.187-05:0023 de abril Día Internacional del Libro y del Derecho de Autor<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjEn507E-K0pDFB5Gorb6VEkv_Z8TPZ3khwSyD-X43246EraWkG_RQkqwKkc_YiiEcrTThUZ70mRCw7lMJezKXyGXds45x_5XDam_X5XEhhvBqAXSh7Cw8d3B4lTofzgsTH-eqqUWUKZTLP9SZgR94Y7NTXoBYaTj14nk8mTPUSvrQRkJruFWimiqzxWA/s1280/leaves-1076307_1280.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="854" data-original-width="1280" height="428" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjEn507E-K0pDFB5Gorb6VEkv_Z8TPZ3khwSyD-X43246EraWkG_RQkqwKkc_YiiEcrTThUZ70mRCw7lMJezKXyGXds45x_5XDam_X5XEhhvBqAXSh7Cw8d3B4lTofzgsTH-eqqUWUKZTLP9SZgR94Y7NTXoBYaTj14nk8mTPUSvrQRkJruFWimiqzxWA/w640-h428/leaves-1076307_1280.jpg" title="Día Internacional del Libro y del Derecho de Autor" width="640" /></a></div><br /><p style="text-align: justify;">El Día Internacional del Libro (también llamado Día Mundial del Libro y del Derecho de Autor) es un evento anual que se celebra el 23 de abril y es organizado por la UNESCO , el brazo cultural de las Naciones Unidas, para promover la lectura, la de los derechos de autor.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><h2 style="text-align: justify;">Historia del Dia Internacional del Libro</h2><h4 style="text-align: justify;">Tradición catalana </h4><p style="text-align: justify;">El Día del Libro se celebraba todos los años en Cataluña. Vincent Clavel Andrés (1888-1967), escritor y editor valenciano afincado en Barcelona, promovió una jornada del libro; el 6 de febrero de 1926, el rey Alfonso XIII promulgó un real decreto por el que se establecía el Día del Libro Español en toda España. Inicialmente la fecha escogida fue el 7 de octubre, considerado el día del nacimiento de Cervantes pero, a partir de 1931, el día se trasladó al 23 de abril. Además, en esa fecha es la fiesta de San Jorge, patrono de Barcelona y Cataluña. Cuenta una tradición de origen medieval que en este día todo hombre regala una rosa a su mujer; Haciendo referencia a esta tradición, los libreros de Cataluña suelen regalar una rosa por cada libro vendido el 23 de abril.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><h4 style="text-align: justify;">Adopción mundial </h4><p style="text-align: justify;">Siguiendo la tradición catalana, la 28ª sesión de la Conferencia General de la UNESCO, reunida en París, a propuesta de 12 países entre los que se encontraban Australia, Rusia y España, adoptó la resolución 3.18 con la que proclamó el 23 de abril de cada año “Día Mundial del Libro y del Derecho de Autor (Resolución 28 C/ 3.18 del 15 de noviembre de 1995). El objetivo de la jornada es animar a las personas a descubrir el placer de la lectura ya valorar la contribución que los autores hacen al progreso social y cultural de la humanidad.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Se eligió el 23 de abril por ser el día en que fallecieron tres importantes escritores en 1616: el español <a href="https://www.leerparacrecer.me/search/label/Miguel%20De%20Cervantes%20Saavedra?&max-results=7" target="_blank">Miguel de Cervantes Saavedra</a> (1547-1616) aunque en este caso su fallecimiento fue el 22 de abril y su entierro y consignación del hecho el 23 de abril, el inglés <a href="https://www.leerparacrecer.me/search/label/William%20Shakespeare?&max-results=7" target="_blank">William Shakespeare</a> (1564-1616) y el peruano <a href="https://www.leerparacrecer.me/search/label/Inca%20Garcilaso%20de%20la%20Vega?&max-results=7" target="_blank">Inca Garcilaso de la Vega</a> (1539-1616). De hecho, Cervantes y Garcilaso de la Vega murieron el 23 de abril según el calendario gregoriano, mientras que Shakespeare murió el 23 de abril según el calendario juliano, todavía vigente en Inglaterra en ese momento, y por tanto diez días después es decir, el 03 de mayo del <a href="https://www.explicacion.org/2020/01/calendario-gregoriano-y-juliano.html" target="_blank">calendario gregoriano</a> usado actualmente en la mayor parte del mundo.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">El mismo día nacieron el francés Maurice Druon (1918-2009), el ruso Vladimir Nabokov (1899-1977), el colombiano Manuel Mejía Vallejo (1923-1998), el islandés Halldór Laxness (1902-1998), el escritor y La periodista italiana Maria Majocchi (1864-1917), la escritora francesa Élisabeth de Gramont (1875-1954), Louise Compain (1869-1941) la ensayista y teórica feminista francesa Rossana Rossanda (1924-2020) la periodista, escritora y traductora italiana Agda Montelius (1850-1920), filántropa y escritora feminista sueca, Cassandra Willoughby (1670-1735), artista inglesa y escritora de viajes,Edith Ngaio Marsh (1895-1982), escritora y directora de teatro neozelandesa, Margaret Kennedy (1896-1967), escritora y dramaturga inglesa, Adelheid Duvanel (1936-1996), escritora y pintora suiza y catalana Josep Pla (1897-1981). La escritora italiana Renata Viganò (1900-1976), la escritora británica naturalizada australiana PL Travers (1899-1996), Elisabetta Fiorini Mazzanti (1799 -1879) la botánica y escritora italiana, Julia Daudet (1844-1940) la escritora, poeta y periodista francesa, Sarah Dixon (1671-1765), poeta inglesa, Malwida von Meysenbug(1816-1903), escritor alemán y Costanza Alfieri di Sostegno (1793-1862), escritor italiano.</p>Leer para Crecerhttp://www.blogger.com/profile/15551595965623697609noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1089098649415894775.post-22928646201018823492022-02-08T09:00:00.000-05:002022-02-08T09:00:00.170-05:00 Mañana te lo diré Fabula Oriental<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEgQMFUayxQENcepw45CV7ZuiGyU6Ug54AEj75VqVV7sszJSrtofr76iIq6xZ2088uApO6ILnKlWdMkQbtmgjtuDBpF9MuiSxpF2jDso4IpbCqgCFby0Ro-NTVih7QnwAhZXbrhQ11JU7eL8RhbGg5cAKoqoZzlkt1PbdMnggNXGeABkuRGLVcgbwCNttg=s1280" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="Fabula oriental" border="0" data-original-height="853" data-original-width="1280" height="426" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEgQMFUayxQENcepw45CV7ZuiGyU6Ug54AEj75VqVV7sszJSrtofr76iIq6xZ2088uApO6ILnKlWdMkQbtmgjtuDBpF9MuiSxpF2jDso4IpbCqgCFby0Ro-NTVih7QnwAhZXbrhQ11JU7eL8RhbGg5cAKoqoZzlkt1PbdMnggNXGeABkuRGLVcgbwCNttg=w640-h426" title="Mañana te lo dire" width="640" /></a></div><br /><p style="text-align: justify;">El rey era un hombre joven sinceramente preocupado por las cuestiones metafísicas. Aspiraba a conquistar la liberación interior y sabía que lograrla requería muchísima motivación y un enorme esfuerzo. Comenzó a preguntarse si una persona necesitaría más de una liberación y, atormentado por esta cuestión, hizo llamar a su maestro.</p><p style="text-align: justify;">--Venerable yogui. Hay una cuestión que me inquieta mucho. Incluso me roba el sueño. Yo sé hasta qué punto hay que esforzarse para hallar la Liberación pero me pregunto: ¿Basta con que una persona se libere una vez o son necesarias más liberaciones?</p><p style="text-align: justify;">El yogui sólo repuso:</p><p style="text-align: justify;">--Mañana, señor, te lo diré al amanecer.</p><p style="text-align: justify;">El monarca ni siquiera pudo conciliar el sueño. Estaba ansioso por recibir la respuesta. Los primeros rayos del sol iluminaron su reino. Se incorporó y comenzó a ataviarse. Recordó que tenía que estar presente en una ejecución que iba a llevarse a cabo. Por haber violado y matado a varias mujeres, un hombre había sido condenado a la horca. El juez había anunciado: “Este hombre cruel y perverso debería ser ahorcado por cada uno de sus crímenes”.</p><p style="text-align: justify;">Cuando el rey salió de su cámara, el yogui le estaba esperando.</p><p style="text-align: justify;">--Estoy ansioso por conocer tu respuesta -dijo el rey nada más verle.</p><p style="text-align: justify;">--La conocerás, señor. Si me permites acompañarte a contemplar la ejecución.</p><p style="text-align: justify;">El monarca y el yogui asistieron a la ejecución. El asesino fue ahorcado. Entonces el rey se volvió hacia el yogui y le preguntó:</p><p style="text-align: justify;">--¿Cuándo responderás a mi pregunta?</p><p style="text-align: justify;">--Ahora mismo, majestad -repuso el yogui-. Ese hombre que acaba de ser ejecutado debería haber sido ahorcado, según el juez, una vez por cada uno de sus crímenes. ¿Podéis acaso ahorcarlo de nuevo?</p><p style="text-align: justify;">--Claro que no -afirmó el monarca-. Un hombre ahorcado no puede ser ahorcado de nuevo.</p><p style="text-align: justify;">Y el yogui dijo:</p><p style="text-align: justify;">--Y un hombre liberado, ¿puede liberarse de nuevo?</p><p style="text-align: justify;">*El Maestro dice: Con la Liberación pierdes el ego pero ganas el Todo.</p>Leer para Crecerhttp://www.blogger.com/profile/15551595965623697609noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1089098649415894775.post-62760726768800215242022-02-01T09:00:00.021-05:002022-02-01T09:00:00.179-05:00Quéjase de la suerte Sor Juana Ines de la Cruz Poema<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjB6NWlgvwQJGXyF7YD9ubX9lTW_Ui3EHpguJ9LPyiOP8amr-Xpz4-6SQMxuEo3sjz8tvFPdikPe59CWuDjSRwUUelhEYaMv5YqKwdJYrW2QmBgBWUQlxBh-A8ikwzUHvQTU4vIaIZyrPYo7YCX1QwUt3glAP3iQLQdtD1KdhaoEyBHT1OCozStjriGlA=s1280" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="Sor Juana Ines de la Cruz" border="0" data-original-height="814" data-original-width="1280" height="408" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjB6NWlgvwQJGXyF7YD9ubX9lTW_Ui3EHpguJ9LPyiOP8amr-Xpz4-6SQMxuEo3sjz8tvFPdikPe59CWuDjSRwUUelhEYaMv5YqKwdJYrW2QmBgBWUQlxBh-A8ikwzUHvQTU4vIaIZyrPYo7YCX1QwUt3glAP3iQLQdtD1KdhaoEyBHT1OCozStjriGlA=w640-h408" title="Quejase de la suerte" width="640" /></a></div><br /><div style="text-align: center;"><br /></div><div style="text-align: center;"><br /></div><div style="text-align: center;">¿En perseguirme, mundo, </div><div style="text-align: center;">qué interesas?</div><div style="text-align: center;">¿En qué te ofendo,</div><div style="text-align: center;"> cuando sólo intento</div><div style="text-align: center;">poner bellezas </div><div style="text-align: center;">en mi entendimiento</div><div style="text-align: center;">y no mi entendimiento </div><div style="text-align: center;">en las bellezas?</div><div style="text-align: center;"><br /></div><div style="text-align: center;">Yo no estimo </div><div style="text-align: center;">tesoros ni riquezas,</div><div style="text-align: center;">y así, siempre </div><div style="text-align: center;">me causa más contento</div><div style="text-align: center;">poner riquezas </div><div style="text-align: center;">en mi entendimiento</div><div style="text-align: center;">que no mi entendimiento </div><div style="text-align: center;">en las riquezas.</div><div style="text-align: center;"><br /></div><div style="text-align: center;">Y no estimo hermosura </div><div style="text-align: center;">que vencida</div><div style="text-align: center;">es despojo civil </div><div style="text-align: center;">de las edades</div><div style="text-align: center;">ni riqueza </div><div style="text-align: center;">me agrada fementida,</div><div style="text-align: center;"><br /></div><div style="text-align: center;">teniendo por mejor </div><div style="text-align: center;">en mis verdades</div><div style="text-align: center;">consumir vanidades </div><div style="text-align: center;">de la vida</div><div style="text-align: center;">que consumir la vida </div><div style="text-align: center;">en vanidades.</div>Leer para Crecerhttp://www.blogger.com/profile/15551595965623697609noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1089098649415894775.post-27381010940480946602022-01-25T09:00:00.002-05:002022-01-25T09:00:00.188-05:00La casa encantada Virginia Woolf cuento<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEgonHatUNDID5ql81z0OljCUoIl4FabtHXpdTcypNrY5Vmip5ymP-b9Dp9Kxqd-mMQdYbn_98q3O6T5Lj9G3oquUonijhIe7Jhlot-gSo7Km-7lwYHfprINcZQoivsmOoXES6VaDeEhFbHyjvonADI-OvfAhe3xQ39aCuTWyZ-3d0Bke_weYCaH-GOvUA=s1280" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="Virginia Woolf" border="0" data-original-height="960" data-original-width="1280" height="480" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEgonHatUNDID5ql81z0OljCUoIl4FabtHXpdTcypNrY5Vmip5ymP-b9Dp9Kxqd-mMQdYbn_98q3O6T5Lj9G3oquUonijhIe7Jhlot-gSo7Km-7lwYHfprINcZQoivsmOoXES6VaDeEhFbHyjvonADI-OvfAhe3xQ39aCuTWyZ-3d0Bke_weYCaH-GOvUA=w640-h480" title="La Casa Encantada" width="640" /></a></div><br /><p style="text-align: justify;">CUALQUIERA LA HORA a la que te despertases, había una puerta cerrándose. De habitación en habitación, cogidos de la mano, levantando por aquí, abriendo por allá, formando una pareja fantasmal.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"Aquí lo dejamos", ella dijo. Y él agregó: "¡Ay, pero aquí también!". "Está arriba", ella murmuró. "Y en el jardín", él susurró. "Silencio", dijeron, "o los despertaremos".</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Pero no fue que nos despertaste. Oh no. "Lo están buscando; están corriendo la cortina", podría decir uno, y así leer en una o dos páginas. "Ahora lo han encontrado", estaría seguro uno, deteniendo el lápiz en el margen. Y entonces, cansado de leer, uno podía levantarse y ver por sí mismo, la casa toda vacía, las puertas abiertas, sólo las palomas torcaces burbujeando de contento y el zumbido de la trilladora sonando desde la finca. "¿Para qué vine aquí? ¿Qué quería encontrar?" Mis manos estaban vacías. "¿Quizás está arriba entonces?" Las manzanas estaban en el desván. Y así abajo otra vez, el jardín quieto como siempre, sólo el libro se había deslizado en la hierba.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Pero lo habían encontrado en el salón. No es que uno pudiera verlos. Los cristales de las ventanas reflejaban manzanas, reflejaban rosas; todas las hojas estaban verdes en el vaso. Si se movían en el salón, la manzana solo volvía su lado amarillo. Sin embargo, un momento después, si la puerta se abría, se extendía por el suelo, colgaba de las paredes, colgaba del techo, ¿qué? Mis manos estaban vacías. La sombra de un tordo cruzó la alfombra; de los pozos más profundos del silencio la paloma torcaz sacaba su burbuja de sonido. "Seguro, seguro, seguro" el pulso de la casa latía suavemente. "El tesoro enterrado; la habitación..." el pulso se detuvo en seco. Oh, ¿era ese el tesoro enterrado?</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Un momento después, la luz se había desvanecido. ¿Entonces en el jardín? Pero los árboles tejían oscuridad para un rayo de sol errante. Tan fino, tan raro, fríamente hundido bajo la superficie el rayo que buscaba siempre quemado detrás del cristal. La muerte era el vaso; la muerte estaba entre nosotros; viniendo a la mujer primero, hace cientos de años, saliendo de la casa, sellando todas las ventanas; las habitaciones estaban a oscuras. Él lo dejó, la dejó a ella, fue al Norte, fue al Este, vio las estrellas girando en el cielo del Sur; busqué la casa, la abandonada debajo de los Downs. "Seguro, seguro, seguro", el pulso de la casa latía alegremente. "El tesoro tuyo".</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">El viento ruge por la avenida. Los árboles se inclinan y se doblan de un lado a otro. Los rayos de luna salpican y se derraman salvajemente bajo la lluvia. Pero el haz de luz de la lámpara cae directamente desde la ventana. La vela arde rígida y quieta. Deambulando por la casa, abriendo las ventanas, susurrando para no despertarnos, la pareja fantasmal busca su alegría.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"Aquí dormimos", dice ella. Y añade: "Besos innumerables". "Despertarse por la mañana" "Plata entre los árboles" "Arriba" "En el jardín" "Cuando llegó el verano" "En invierno la nieve" "Las puertas se cierran a lo lejos, golpeando suavemente como el pulso de un corazón.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Más cerca vienen, se detienen en la puerta. El viento cae, la lluvia resbala plateada por el cristal. Nuestros ojos se oscurecen, no escuchamos pasos a nuestro lado; no vemos a ninguna dama extender su manto fantasmal. Sus manos protegen la linterna. "Mira", el susurra. "Profundamente dormido. Amor en sus labios".</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Inclinados, sosteniendo su lámpara de plata sobre nosotros, miran larga y profundamente. Larga pausa. El viento conduce en línea recta; la llama desciende ligeramente. Los rayos salvajes de la luz de la luna atraviesan el suelo y la pared y, al encontrarse, tiñen los rostros inclinados; los rostros reflexionando; los rostros que escudriñan a los durmientes y buscan su alegría oculta.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"Seguro, seguro, seguro", late con orgullo el corazón de la casa. "Largos años", él suspira. "Otra vez me encontraste". "Aquí", ella murmura, "durmiendo; en el jardín leyendo; riendo, rodando manzanas en el desván. Aquí dejamos nuestro tesoro" Inclinándose, su luz levanta los párpados de mis ojos. "¡Seguro! ¡Seguro! ¡Seguro!" el pulso de la casa late salvajemente. Al despertar, grito: "Oh, ¿es este tu tesoro enterrado? La luz en el corazón".</p>Leer para Crecerhttp://www.blogger.com/profile/15551595965623697609noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1089098649415894775.post-83665232735950865832021-11-16T09:30:00.014-05:002021-11-16T09:30:00.168-05:00Androcles y el Leon Esopo Fabula <div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhOJ8eENfQ7f6cojVtucbHe8ogt-y2k0uRB8BwO9_cZZyTOMUGEhUVNu8MWDijei72XWfrjm_AQ7VZfS4ai0pBwzIspRv9jXmR1ghHi6oevA8FshI8nTKs_C-P8rkH7Jg85Zk1hnVX0gLWP/s1280/Lion_%2528165938297%2529.jpeg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1024" data-original-width="1280" height="512" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhOJ8eENfQ7f6cojVtucbHe8ogt-y2k0uRB8BwO9_cZZyTOMUGEhUVNu8MWDijei72XWfrjm_AQ7VZfS4ai0pBwzIspRv9jXmR1ghHi6oevA8FshI8nTKs_C-P8rkH7Jg85Zk1hnVX0gLWP/w640-h512/Lion_%2528165938297%2529.jpeg" title="Androcles y el Leon Esopo" width="640" /></a></div><br /><p style="text-align: center;">Un esclavo llamado Androcles una vez escapó de su amo y huyó</p><p style="text-align: center;">al bosque. Mientras deambulaba por allí, se encontró con un</p><p style="text-align: center;">León acostado gimiendo y gimiendo. </p><p style="text-align: center;">Al principio se dio la vuelta para huir,</p><p style="text-align: center;">pero al ver que el León no lo perseguía, se volvió y</p><p style="text-align: center;">se acercó a él. </p><p style="text-align: center;"><br /></p><p style="text-align: center;">Cuando se acercó, el León sacó su pata, que</p><p style="text-align: center;">estaba toda hinchada y sangrando, y Androcles descubrió que una enorme</p><p style="text-align: center;">espina se había metido en ella y estaba causando todo el dolor. Sacó</p><p style="text-align: center;">la espina y ató la pata del León, que pronto pudo</p><p style="text-align: center;">levantarse y lamer la mano de Androcles como un perro. Entonces el León</p><p style="text-align: center;">llevó a Androcles a su cueva, y todos los días solía traerle carne</p><p style="text-align: center;">para vivir. </p><p style="text-align: center;"><br /></p><p style="text-align: center;">Pero poco después, tanto Androcles como el</p><p style="text-align: center;">Los leones fueron capturados y el esclavo fue sentenciado a ser arrojado al</p><p style="text-align: center;">León, después de que este último se hubiera mantenido sin comida durante varios</p><p style="text-align: center;">días. </p><p style="text-align: center;"><br /></p><p style="text-align: center;">El Emperador y toda su Corte vinieron a ver el espectáculo,</p><p style="text-align: center;">y Androcles fue conducido al centro de la arena. Pronto, el</p><p style="text-align: center;">León se soltó de su guarida y corrió saltando y rugiendo</p><p style="text-align: center;">hacia su víctima. Pero tan pronto como se acercó a Androcles</p><p style="text-align: center;">reconoció a su amigo, lo acaricio y le lamió las manos</p><p style="text-align: center;">como un perro amistoso. </p><p style="text-align: center;"><br /></p><p style="text-align: center;">El Emperador, sorprendido por esto, llamó a</p><p style="text-align: center;">Androcles, quien le contó toda la historia. Después de lo cual el</p><p style="text-align: center;">esclavo fue perdonado y liberado, y el León se soltó en su</p><p style="text-align: center;">bosque natal.</p><p style="text-align: center;"><br /></p><p style="text-align: center;">Moraleja: La gratitud es la señal de las almas nobles.</p>Leer para Crecerhttp://www.blogger.com/profile/15551595965623697609noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1089098649415894775.post-25137370679776126132021-11-09T09:30:00.009-05:002021-11-09T09:30:00.192-05:00Expectacion poema Amado Nervo<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhhwA8dd3vYlrbX9vIzwLZW2G5udLuCR1TbQYriJRuzYRYcCwcBNz75O6W14uZpbRhxslU5u5aX4-Q9TkV9qnUPRKWz44zHI4D6jGWEyEJ_BusmAH8u37ztiajem8LMTZgaeLZlS_WhaNEt/s1280/atardecer.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="853" data-original-width="1280" height="426" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhhwA8dd3vYlrbX9vIzwLZW2G5udLuCR1TbQYriJRuzYRYcCwcBNz75O6W14uZpbRhxslU5u5aX4-Q9TkV9qnUPRKWz44zHI4D6jGWEyEJ_BusmAH8u37ztiajem8LMTZgaeLZlS_WhaNEt/w640-h426/atardecer.jpg" title="Expectacion Amado Nervo" width="640" /></a></div><p style="text-align: center;">Siento que algo solemne va a llegar en mi vida.</p><p style="text-align: center;">¿Es acaso la muerte? ¿Por ventura el amor?<br />Palidece mi rostro; mi alma está conmovida,<br />y sacude mis miembros un sagrado temblor.</p><p style="text-align: center;"><br />Siento que algo sublime va a encarnar en mi barro,<br />en el mísero barro de mi pobre existir.<br />Una chispa celeste brotará del guijarro,<br />y la púrpura augusta va el harapo a teñir.</p><p style="text-align: center;"><br />Siento que algo solemne se aproxima, y me hallo<br />todo trémulo; mi alma de pavor llena está.<br /><br />Que se cumpla el destino, que Dios dicte su fallo.<br /><br />Mientras, yo, de rodillas, oro, espero y me callo,<br />para oír la palabra que el ABISMO dirá. <br /></p><p style="text-align: center;"><br /></p><div style="background: 0px 0px rgb(255, 255, 255); border: 0px; color: #5e5e5e; font-family: "PT Serif", sans-serif; font-size: 15px; margin: 0px; outline: 0px; padding: 0px; text-align: right; transition: all 0.3s ease 0s; vertical-align: baseline;"><a href="http://www.leerparacrecer.me/search/label/Amado%20Nervo?&max-results=7" style="background: 0px 0px; border: 0px; color: blue; margin: 0px; outline: 0px; padding: 0px; text-decoration-line: none; transition: all 0.3s ease 0s; vertical-align: baseline;" target="_blank">Amado Nervo</a></div><div style="background: 0px 0px rgb(255, 255, 255); border: 0px; color: #5e5e5e; font-family: "PT Serif", sans-serif; font-size: 15px; margin: 0px; outline: 0px; padding: 0px; text-align: right; transition: all 0.3s ease 0s; vertical-align: baseline;">México 1870-Uruguay 1919</div>Leer para Crecerhttp://www.blogger.com/profile/15551595965623697609noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1089098649415894775.post-26648734998167884822021-11-02T09:00:00.065-05:002021-11-02T09:00:00.214-05:00El Pozo y el Pendulo Edgar Allan Poe cuento completo<p style="text-align: right;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhkKyapJ_gtiYnh6f8G5c2V8ye3zGcvsnMjRMVqM86vd-kf-nFztOCbUNBsKwjnSZ30xBEPIbu9igZUIF9dhiG4Z6bjb-ELn30LDlzDEARuKl4ps4SfuFiAVvfkRZPNnKtIe5VKTRjeehtx/s1080/798px-25_rackham_poe_pitpendulum.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1080" data-original-width="798" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhkKyapJ_gtiYnh6f8G5c2V8ye3zGcvsnMjRMVqM86vd-kf-nFztOCbUNBsKwjnSZ30xBEPIbu9igZUIF9dhiG4Z6bjb-ELn30LDlzDEARuKl4ps4SfuFiAVvfkRZPNnKtIe5VKTRjeehtx/w472-h640/798px-25_rackham_poe_pitpendulum.jpg" title="El Pozo y el Péndulo Edgar Allan Poe" width="472" /></a></div><br /><i><br /></i><p></p><p style="text-align: right;"><i> Impia tortorum longas hic turba furores</i></p><p style="text-align: right;"><i>Sanguinis innocui, non satiata, aluit.</i></p><p style="text-align: right;"><i>Sospite nunc patria, fracto nunc funeris antro,</i></p><p style="text-align: right;"><i>patente Mors ubi dira fuit vita salusque.</i></p><p style="text-align: right;"><br /></p><p style="text-align: right;">[ Cuarteta compuesta para las puertas de un mercado que se erigirá en el sitio de</p><p style="text-align: right;">la Casa Club de los jacobinos en París. ]</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Estaba enfermo, enfermo de muerte con esa larga agonía; y cuando por fin me soltaron y me permitieron sentarme, sentí que mis sentidos me abandonaban. La sentencia, la terrible sentencia de muerte, fue la última de una clara acentuación que llegó a mis oídos. Después de eso, el sonido de las voces inquisitoriales pareció fundirse en un zumbido indeterminado de ensueño. Transmitió a mi alma la idea de revolución Tal vez por su asociación en la fantasía con el zumbido de una rueda de molino. Esto solo por un breve período; porque de momento no supe más. Sin embargo, por un tiempo, vi; ¡pero con qué terrible exageración! Vi los labios de los jueces vestidos de negro. Me parecieron blancas, más blancas que la hoja en la que calco estas palabras, y delgadas hasta lo grotesco; delgado con la intensidad de su expresión de firmeza —de resolución inamovible— de severo desprecio por la tortura humana. Vi que los decretos de lo que para mí era el Destino, aún salían de esos labios. Los vi retorcerse con una locución mortal. Los vi dar forma a las sílabas de mi nombre; y me estremecí porque ningún sonido tuvo éxito. También vi, por unos momentos de horror delirante, el suave y casi imperceptible ondear de las cortinas de marta que envolvían las paredes del apartamento, sobre las siete velas altas sobre la mesa. Al principio vestían el aspecto de la caridad, y parecían ángeles delgados blancos que me salvarían; pero luego, de repente, sentí una náusea mortal en mi espíritu, y sentí que cada fibra de mi cuerpo se estremecía como si hubiera tocado el cable de una batería galvánica, mientras que las formas de los ángeles se convertían en espectros sin sentido, con cabezas de llamas , y vi que de ellos no habría ayuda. Y luego se infiltró en mi imaginación, como una rica nota musical, el pensamiento del dulce descanso que debe haber en la tumba. El pensamiento llegó suave y sigilosamente, y pareció que transcurría mucho tiempo antes de que alcanzara la plena apreciación; pero así como mi espíritu llegó finalmente a sentirlo y entretenerlo, las figuras de los jueces se desvanecieron, como por arte de magia, de delante de mí; las velas altas se hundieron en la nada; sus llamas se apagaron por completo; sobrevino la negrura de las tinieblas; todas las sensaciones parecían engullidas en un vertiginoso descenso como del alma al Hades. Entonces el silencio, la quietud y la noche fueron el universo.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Me había desmayado; pero todavía no diré que se perdió toda la conciencia. No intentaré definir, ni siquiera describir, lo que quedó de él; sin embargo, no todo estaba perdido. En el sueño más profundo, ¡no! En el delirio, ¡no! Desmayado, ¡no! En la muerte, ¡no! incluso en la tumba no todo está perdido. De lo contrario, no hay inmortalidad para el hombre. Despertando del sueño más profundo, rompemos la telaraña de algunos sueños. Sin embargo, un segundo después (tan frágil puede haber sido esa red) no recordamos que hayamos soñado. En el regreso a la vida del desmayo hay dos etapas; primero, el del sentido de lo mental o espiritual; en segundo lugar, el del sentido de existencia física. Parece probable que si, al llegar a la segunda etapa, pudiéramos recordar las impresiones de la primera, encontremos estas impresiones elocuentes en los recuerdos del golfo más allá. Y ese abismo es ... ¿qué? ¿Cómo al menos distinguiremos sus sombras de las de la tumba? Pero si las impresiones de lo que he llamado la primera etapa no son recordadas a voluntad, sin embargo, después de un largo intervalo, ¿no llegan espontáneamente, mientras nos maravillamos de dónde vienen? El que nunca se ha desmayado, no es el que encuentra palacios extraños y rostros salvajemente familiares en brasas que brillan; ¿No es el que contempla flotando en el aire las tristes visiones que muchos no pueden ver? ¿No es él quien reflexiona sobre el perfume de una nueva flor? ¿No es aquel cuyo cerebro crece desconcertado por el significado de alguna cadencia musical que nunca antes había llamado su atención.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">En medio de esfuerzos frecuentes y reflexivos para recordar; En medio de las serias luchas por reunir alguna muestra del estado de aparente nada en el que había caído mi alma, ha habido momentos en los que he soñado con el éxito; ha habido breves, brevísimas épocas en las que he evocado recuerdos que la lúcida razón de una época posterior me asegura que sólo se referían a esa condición de aparente inconsciencia. Estas sombras de la memoria hablan, indistintamente, de figuras altas que me subieron y me subieron en silencio hacia abajo, hacia abajo, aún hacia abajo, hasta que un espantoso mareo me oprimió ante la mera idea de la interminabilidad del descenso. También hablan de un vago horror en mi corazón, debido a la innatural quietud de ese corazón. Luego viene una sensación de inmovilidad repentina en todas las cosas; como si los que me dieron a luz (¡un tren espantoso!) hubieran huido, en su descenso, los límites de lo ilimitado, y se detuvieron ante el cansancio de su trabajo. Después de esto, recuerdo la planitud y la humedad; y luego todo esta locura , la locura de un recuerdo que se afana entre las cosas prohibidas.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Muy repentinamente regresó a mi alma el movimiento y el sonido: el tumultuoso movimiento del corazón y, en mis oídos, el sonido de sus latidos. Luego una pausa en la que todo está en blanco. Luego, nuevamente el sonido, el movimiento y el tacto, una sensación de hormigueo que impregna mi cuerpo. Luego, la mera conciencia de la existencia, sin pensamiento, una condición que duró mucho. Entonces, muy de repente, pensé y un terror estremecedor, y un serio esfuerzo por comprender mi verdadero estado. Luego, un fuerte deseo de caer en la insensibilidad. Luego, un rápido avivamiento del alma y un exitoso esfuerzo por moverse. Y ahora un recuerdo pleno del juicio, de los jueces, de las cortinas de marta, de la sentencia, de la enfermedad, del desmayo. Luego olvido total de todo lo que siguió; de todo lo que un día posterior y mucha seriedad de esfuerzo me han permitido recordar vagamente.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Hasta ahora, no había abierto los ojos. Sentí que estaba tumbado de espaldas, sin atar. Extendí mi mano y cayó pesadamente sobre algo húmedo y duro. Allí lo soporté muchos minutos, mientras me esforzaba por imaginar dónde y qué podría estar. Anhelaba, pero no me atrevía a emplear mi visión. Temí la primera mirada a los objetos a mi alrededor. No era que temiera ver cosas horribles, sino que me horroricé de que no hubiera nada para ver. Por fin, con una desesperación salvaje en el fondo, rápidamente abrí los ojos. Entonces, mis peores pensamientos se confirmaron. La negrura de la noche eterna me envolvió. Luché por respirar. La intensidad de la oscuridad parecía oprimirme y sofocarme. La atmósfera era intolerablemente cercana. Seguía tumbado en silencio e hice un esfuerzo por ejercitar mi razón. Me acordé del proceso inquisitivo e intenté a partir de ese momento deducir mi estado real. La sentencia había pasado; y me pareció que desde entonces había transcurrido un intervalo de tiempo muy largo. Sin embargo, ni por un momento me supuse realmente muerto. Tal suposición, a pesar de lo que leemos en la ficción, es totalmente incompatible con la existencia real, pero ¿Dónde y en qué estado estaba yo? Los condenados a muerte, lo sabía, perecían generalmente en los auto desvanecimientos, y uno de ellos se llevó a cabo la misma noche del día de mi juicio. ¿Me habían retenido en mi calabozo, para esperar el próximo sacrificio, que no se llevaría a cabo en muchos meses? Esto que vi de inmediato no podía ser. Las víctimas habían tenido una demanda inmediata. Además, mi calabozo, así como todas las celdas condenadas en Toledo, tenían suelos de piedra y la luz no estaba del todo excluida.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Una idea espantosa ahora repentinamente hizo que la sangre se derramara sobre mi corazón, y por un breve período, una vez más recaí en la insensibilidad. Al recuperarme, me puse de pie de inmediato, temblando convulsivamente en cada fibra. Empujé mis brazos salvajemente por encima y alrededor de mí en todas direcciones. No sentí nada; pero temía dar un paso, no fuera a ser impedido por las paredes de una tumba. El sudor brotaba de todos los poros y formaba grandes gotas frías sobre mi frente. La agonía del suspenso se hizo finalmente intolerable, y avancé con cautela, con los brazos extendidos y los ojos escabulléndose de las órbitas, con la esperanza de captar algún débil rayo de luz. Seguí muchos pasos; pero aún así todo era oscuridad y vacío. Respiré más libremente. Parecía evidente que el mío no era, al menos, el más espantoso de los destinos.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Y ahora, mientras seguía avanzando cautelosamente, se agolparon en mi recuerdo mil vagos rumores de los horrores de Toledo. De las mazmorras se habían narrado cosas extrañas, fábulas que siempre las había considerado, pero sin embargo extrañas y demasiado espantosas para repetirlas, salvo en un susurro. Fui dejado morir de hambre en este mundo subterráneo de oscuridad; ¿O qué destino, quizás aún más terrible, me esperaba? Que el resultado sería la muerte, y una muerte de más de la habitual amargura, conocía demasiado bien el carácter de mis jueces como para dudarlo. El modo y la hora eran todo lo que me ocupaba o me distraía.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Mis manos extendidas finalmente encontraron una obstrucción sólida. Era una pared, aparentemente de mampostería de piedra, muy lisa, viscosa y fría. La seguí; pisando con toda la cuidadosa desconfianza que me habían inspirado ciertas narraciones antiguas. Este proceso, sin embargo, no me proporcionó ningún medio de determinar las dimensiones de mi calabozo; como si pudiera hacer su recorrido y volver al punto de donde partí, sin darme cuenta del hecho; Tan perfectamente uniforme parecía la pared. Por lo tanto, busqué el cuchillo que había estado en mi bolsillo cuando me llevaron a la cámara inquisitorial; pero se fue; mi ropa había sido cambiada por una capa de sarga tosca. Había pensado en introducir la hoja en alguna diminuta hendidura de la mampostería para identificar mi punto de partida. Sin embargo, la dificultad era trivial; a pesar de que, en el desorden de mi imaginación, al principio me pareció insuperable. Arranqué una parte del dobladillo de la túnica y coloqué el fragmento en toda su longitud y en ángulo recto con la pared. Al recorrer a tientas la prisión, no pude dejar de encontrar este trapo al completar el circuito. Así que, al menos, pensé, pero no había contado con la extensión del calabozo ni con mi propia debilidad. El suelo estaba húmedo y resbaladizo. Me tambaleé hacia adelante durante algún tiempo, cuando tropecé y caí. Mi fatiga excesiva me indujo a permanecer postrado; y el sueño pronto se apoderó de mí mientras yacía.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Al despertar y extender un brazo, encontré a mi lado un pan y una jarra con agua. Estaba demasiado exhausto para reflexionar sobre esta circunstancia, pero comí y bebí con avidez. Poco después, reanudé mi recorrido por la prisión y, con mucho esfuerzo, encontré por fin el fragmento de sarga. Hasta el momento en que me caí, había contado cincuenta y dos pasos y, al reanudar mi caminata, había contado cuarenta y ocho más, cuando llegué al trapo. Había en total, entonces, cien pasos; y, admitiendo dos pasos hasta el patio, supuse que la mazmorra tendría cincuenta metros de recorrido. Sin embargo, me había encontrado con muchos ángulos en la pared y, por lo tanto, no podía adivinar la forma de la bóveda; para la bóveda no pude evitar suponer que lo fuera.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Tenía poco objeto, ciertamente ninguna esperanza, en estas investigaciones; pero una vaga curiosidad me impulsó a continuar. Saliendo del muro, resolví cruzar la zona del recinto. Al principio, procedí con extrema precaución, porque el piso, aunque aparentemente de material sólido, era traicionero con el lodo. Al final, sin embargo, me armé de valor y no dudé en dar un paso firme, esforzándome por cruzar una línea lo más directa posible. Había avanzado unos diez o doce pasos de esta manera, cuando los restos del dobladillo rasgado de mi túnica se enredaron entre mis piernas. Lo pisé y caí violentamente de bruces.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">En la confusión que acompañaba a mi caída, no me di cuenta de inmediato de una circunstancia un tanto alarmante, que sin embargo, unos segundos después, y mientras todavía estaba postrado, llamó mi atención. Era esto: mi barbilla descansaba sobre el suelo de la prisión, pero mis labios y la parte superior de mi cabeza, aunque aparentemente a una altura menor que la barbilla, no tocaban nada. Al mismo tiempo, mi frente parecía bañada por un vapor pegajoso y el olor peculiar de los hongos podridos subió a mis fosas nasales. Extendí el brazo y me estremecí al descubrir que había caído al borde mismo de un pozo circular, cuya extensión, por supuesto, no tenía forma de determinar en ese momento. Tanteando la mampostería justo debajo del margen, logré sacar un pequeño fragmento y dejarlo caer al abismo. Durante muchos segundos escuché sus reverberaciones mientras se estrellaba contra los lados del abismo en su descenso: al final, hubo una sombría zambullida en el agua, seguida de fuertes ecos. En el mismo momento, se escuchó un sonido que se asemejaba a la apertura rápida y al cierre rápido de una puerta en lo alto, mientras que un débil destello de luz brillaba repentinamente a través de la penumbra y se desvanecía repentinamente.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Vi claramente el destino que se me había preparado y me felicité por el oportuno accidente por el que había escapado. Otro paso antes de mi caída, y el mundo no me había visto más. Y la muerte que acabo de evitar era de ese mismo carácter que yo había considerado fabuloso y frívolo en los cuentos respetando la Inquisición. Para las víctimas de su tiranía, estaba la elección de la muerte con sus más espantosas agonías físicas, o la muerte con sus horrores morales más espantosos. Me habían reservado para lo último. A causa del largo sufrimiento, mis nervios se habían descontrolado, hasta que temblé al oír mi propia voz, y me convertí en todos los aspectos en un sujeto apropiado para la especie de tortura que me esperaba.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Temblando en cada miembro, busqué a tientas mi camino de regreso a la pared, resolviendo allí perecer en lugar de arriesgarme a los terrores de los pozos, de los cuales mi imaginación ahora veía muchos en varias posiciones alrededor de la mazmorra. En otras condiciones mentales, podría haber tenido el valor de poner fin a mi miseria de inmediato, zambulléndome en uno de estos abismos; pero ahora era el más cobarde de los cobardes. Tampoco podía olvidar lo que había leído sobre estos pozos, que la repentina extinción de la vida no formaba parte de su plan más horrible.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">La agitación del espíritu me mantuvo despierto durante muchas horas; pero al fin volví a dormirme. Al despertar encontré a mi lado, como antes, un pan y un cántaro de agua. Una sed ardiente me consumió y vacié el recipiente de un calado. Debía de estar drogado, porque apenas había bebido, cuando me sentí irresistiblemente somnoliento. Un sueño profundo cayó sobre mí, un sueño como el de la muerte. Cuánto duró, por supuesto que no lo sé; pero cuando, una vez más, abrí los ojos, los objetos a mi alrededor eran visibles. Por un brillo salvaje y sulfuroso, cuyo origen no pude determinar al principio, pude ver la extensión y el aspecto de la prisión.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">En cuanto a su tamaño, me había equivocado mucho. Todo el circuito de sus muros no excedía de veinticinco metros. Durante algunos minutos este hecho me ocasionó un mundo de vanas molestias; en verdad vanidosos, pues ¿Qué podría tener menos importancia, en las terribles circunstancias que me rodeaban, que las meras dimensiones de mi mazmorra? Pero mi alma se interesó salvajemente por las nimiedades y me dediqué a esforzarme por dar cuenta del error que había cometido en mi medición. La verdad por fin se me ocurrió como un relámpago. En mi primer intento de exploración, había contado cincuenta y dos pasos, hasta el momento en que caí: entonces debí de estar a uno o dos pasos del fragmento de sarga; de hecho, casi había realizado el circuito de la bóveda. Luego me dormí y, al despertar, volví sobre mis pasos, suponiendo así que el circuito era casi el doble de lo que era en realidad. Mi confusión mental me impidió observar que comencé mi recorrido con el muro a la izquierda y lo terminé con el muro a la derecha.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Yo también me había engañado con respecto a la forma del recinto. Tanteando mi camino, había encontrado muchos ángulos, y así deduje una idea de gran irregularidad; ¡Tan potente es el efecto de la oscuridad total en uno que se despierta del letargo o del sueño! Los ángulos eran simplemente los de algunas pequeñas depresiones o nichos, a intervalos extraños. La forma general de la prisión era cuadrada. Lo que había tomado por mampostería, parecía ahora hierro, o algún otro metal, en enormes placas, cuyas suturas o uniones ocasionaban la depresión. Toda la superficie de este recinto metálico estaba toscamente embadurnada con todos los espantosos y repulsivos artefactos a los que ha dado lugar la superstición del osario de los monjes. Las figuras de demonios en aspectos de amenaza, con formas esqueléticas, y otras imágenes más realmente espantosas, desbordaron y desfiguraron las paredes. Observé que los contornos de estas monstruosidades eran lo suficientemente distintos, pero que los colores parecían desvaídos y borrosos, como por los efectos de una atmósfera húmeda. Ahora también me fijé en el suelo, que era de piedra. En el centro bostezaba el hoyo circular de cuyas fauces había escapado; pero era el único en el calabozo.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Todo esto lo vi indistintamente y con mucho esfuerzo, porque mi condición personal había cambiado mucho durante el sueño. Ahora estoy acostado de espaldas, y a lo largo, sobre una especie de armazón de madera baja. A esto estaba firmemente atado por una correa larga que se asemeja a una cincha. Pasaba en muchas circunvoluciones alrededor de mis miembros y cuerpo, dejando en libertad sólo mi cabeza y mi brazo izquierdo hasta tal punto, que pude, a fuerza de mucho esfuerzo, abastecerme de comida de un plato de barro que estaba a mi lado en el piso. Vi, para mi horror, que habían quitado el cántaro. Digo, para mi horror, porque estaba consumido por una sed intolerable. Esta sed parecía ser el plan de mis perseguidores para estimular, porque la comida en el plato era carne condimentada picante.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Mirando hacia arriba, contemplé el techo de mi prisión. Estaba a unos diez o doce metros de altura y estaba construido como las paredes laterales. En uno de sus paneles una figura muy singular atrajo toda mi atención. Era la figura pintada del Tiempo tal como es, comúnmente representado, salvo que, en lugar de una guadaña, sostenía lo que, a simple vista, supuse que era la imagen de un péndulo enorme, como el que vemos en los relojes antiguos. Sin embargo, había algo en la apariencia de esta máquina que me hizo mirarla con más atención. Mientras lo miraba directamente hacia arriba (porque su posición era inmediatamente superior a la mía), imaginé que lo veía en movimiento. Un instante después se confirmó la fantasía. Su barrido fue breve y, por supuesto, lento. Lo miré durante unos minutos, algo asustado, pero más asombrado. Cansado por fin de observar su movimiento aburrido, volví mis ojos hacia los otros objetos de la celda.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Un leve ruido atrajo mi atención y, mirando al suelo, vi varias ratas enormes atravesándolo. Habían salido del pozo, que estaba a la vista a mi derecha. Incluso entonces, mientras yo miraba, subieron en tropa, apresuradamente, con ojos hambrientos, seducidos por el olor de la carne. De esto requirió mucho esfuerzo y atención para ahuyentarlos.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Podría haber pasado media hora, tal vez incluso una hora, (porque sólo podía tomar nota imperfecta del tiempo) antes de que volviera a mirar hacia arriba. Lo que vi entonces me confundió y me asombró. El movimiento del péndulo había aumentado en casi una yarda. Como consecuencia natural, su velocidad también fue mucho mayor. Pero lo que más me molestó fue la idea de que había descendido de forma perceptible. Observé ahora —con qué horror es innecesario decirlo— que su extremo inferior estaba formado por una media luna de acero reluciente, de unos treinta centímetros de largo de cuerno a cuerno; los cuernos hacia arriba, y el borde inferior evidentemente tan afilado como el de una navaja. También como una navaja, parecía macizo y pesado, estrechándose desde el borde en una estructura sólida y ancha arriba. Se adjuntó a una pesada barra de bronce, y todo el conjunto silbó, mientras se balanceaba por el aire.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Ya no podía dudar de la fatalidad que me preparaba el ingenio monacal en la tortura. Mi conocimiento del hoyo se había hecho conocido por los agentes inquisitoriales —el hoyo , cuyos horrores habían sido destinados a un recluso tan audaz como yo—, el hoyo , típico del infierno, y considerado por los rumores como el último Thule de todos sus castigos. La zambullida en este pozo que había evitado por el más mínimo de los accidentes, y sabía que la sorpresa, o la trampa en el tormento, formó una parte importante de todo lo grotesco de estas muertes en las mazmorras. Habiendo fracasado en caer, no era parte del plan del demonio arrojarme al abismo; y así (no quedando alternativa) me esperaba una destrucción diferente y más suave. ¡Más suave! Medio sonreí en mi agonía al pensar en la aplicación de tal término.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">¡Qué importa contar las largas, largas horas de horror más que mortal, durante las cuales conté las aceleradas oscilaciones del acero! Pulgada a pulgada, línea a línea, con un descenso sólo apreciable a intervalos que parecían siglos, ¡descendió y descendió! Pasaron los días —podría haber pasado tantos días— antes de que me barriera tan de cerca que me abanicara con su acre aliento. El olor del acero afilado se impuso en mis fosas nasales. Recé, cansé al cielo con mi oración por su descenso más rápido. Me enfurecí frenéticamente y luché por forzarme hacia arriba contra el movimiento de la espantosa cimitarra. Y entonces de repente me tranquilicé y me quedé sonriendo ante la muerte resplandeciente, como un niño ante una rara chuchería.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Hubo otro intervalo de total insensibilidad; fue breve; porque, al volver a la vida, no había habido descenso perceptible en el péndulo. Pero podría haber sido mucho tiempo, porque sabía que había demonios que se percataron de mi desmayo y que podrían haber detenido la vibración a placer. Después de mi recuperación, también me sentí muy — oh, inexpresablemente — enfermo y débil, como por una larga inanición. Incluso en medio de las agonías de ese período, la naturaleza humana ansiaba comida. Con doloroso esfuerzo, estiré mi brazo izquierdo tanto como lo permitían mis ataduras y tomé posesión del pequeño remanente que me habían salvado las ratas. Mientras ponía una parte en mis labios, me vino a la mente un pensamiento a medio formar de alegría, de esperanza. Sin embargo, ¿Qué tenía yo con la esperanza? Era, como digo, un pensamiento a medio formar; el hombre tiene muchos de ellos, que nunca se completan. Sentí que era de alegría, de esperanza; pero también sentí que había perecido en su formación. En vano luché por perfeccionar, por recuperarlo. El largo sufrimiento casi había aniquilado todos mis poderes mentales ordinarios. Yo era un imbécil, un idiota.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">La vibración del péndulo estaba en ángulo recto con mi longitud. Vi que la media luna estaba diseñada para cruzar la región del corazón. Deshilacharía la sarga de mi túnica, volvería y repetiría sus operaciones, una y otra vez. A pesar de su barrido terriblemente amplio (unos diez metros o más) y el vigor sibilante de su descenso, suficiente para romper estas mismas paredes de hierro, aún así, el deshilachado de mi túnica sería todo lo que, durante varios minutos, lograría. Y ante este pensamiento me detuve. No me atreví a ir más allá de este reflejo. Me detuve en él con una pertinacia de atención, como si, en esa morada, pudiera detener aquí el descenso del acero. Me obligué a reflexionar sobre el sonido de la media luna cuando debería pasar a través de la prenda, sobre la peculiar sensación excitante que produce la fricción de la tela en los nervios. Reflexioné sobre toda esta frivolidad hasta que se me pusieron los dientes al borde.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Abajo, constantemente descendió. Sentí un placer frenético al contrastar su velocidad descendente con su velocidad lateral. ¡A la derecha, a la izquierda, a lo largo y ancho, con el grito de un maldito espíritu! a mi corazón, con el paso sigiloso del tigre! Alternativamente me reía y aullaba, a medida que una u otra idea se volvía predominante.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">¡Abajo, ciertamente, implacablemente abajo! ¡Vibró a tres pulgadas de mi pecho! Luché violentamente, furiosamente, para liberar mi brazo izquierdo. Esto estaba libre solo desde el codo hasta la mano. Podía alcanzar este último, desde el plato a mi lado, hasta mi boca, con gran esfuerzo, pero no más. Si hubiera roto los cierres por encima del codo, habría agarrado e intentado detener el péndulo. ¡También podría haber intentado detener una avalancha!</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Abajo, todavía incesantemente, ¡aún inevitablemente abajo! Jadeé y luché con cada vibración. Me encogí convulsivamente en cada movimiento. Mis ojos siguieron sus giros hacia afuera o hacia arriba con el afán de la desesperación más sin sentido; se encerraron espasmódicamente en el descenso, aunque la muerte hubiera sido un alivio, ¡oh, qué indescriptible! Aun así, me estremecí en todos los nervios al pensar en cuán leve hundimiento de la maquinaria precipitaría ese hacha afilada y reluciente sobre mi pecho. Fue la esperanza lo que provocó que el coraje se estremeciera, el marco se encogiera. Fue la esperanza, la esperanza que triunfa en el potro, la que susurra a los condenados a muerte incluso en las mazmorras de la Inquisición.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Vi que unas diez o doce vibraciones pondrían el acero en contacto real con mi túnica, y con esta observación de repente se apoderó de mi espíritu toda la aguda y recogida calma de la desesperación. Por primera vez en muchas horas, o tal vez días, pensé . Ahora se me ocurrió que el vendaje, o cincha, que me envolvía, era único.. No estaba atado con un cordón separado. El primer golpe de la media luna en forma de navaja a través de cualquier parte de la banda, la despegaría de tal manera que podría desenrollarse de mi persona por medio de mi mano izquierda. ¡Pero qué espantosa, en ese caso, la proximidad del acero! El resultado de la más mínima lucha, ¡qué mortal! ¿Era probable, además, que los esbirros del torturador no hubieran previsto esta posibilidad? ¿Era probable que el vendaje cruzara mi pecho en el camino del péndulo? Temiendo encontrar mi desmayo y, al parecer, mi última esperanza frustrada, levanté la cabeza hasta el punto de obtener una vista clara de mi pecho. La cincha envolvió mis extremidades y mi cuerpo en todas direcciones, excepto en el camino de la destructora media luna .</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Apenas había dejado caer la cabeza de nuevo en su posición original, cuando me vino a la mente lo que no puedo describir mejor que la mitad informe de esa idea de liberación a la que he aludido anteriormente, y de la cual una parte solo flotaba indeterminadamente a través de mi cuerpo. cerebro cuando me llevé la comida a los labios ardientes. Ahora todo el pensamiento estaba presente: débil, apenas cuerdo, apenas definido, pero aún íntegro. Procedí de inmediato, con la energía nerviosa de la desesperación, a intentar su ejecución.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Durante muchas horas, las inmediaciones de la estructura baja sobre la que yacía había estado literalmente plagada de ratas. Eran salvajes, audaces, hambrientas; sus ojos rojos me miraban como si esperaran que la inmovilidad de mi parte me convirtiera en su presa. "¿A qué comida", pensé, "se han acostumbrado en el pozo?"</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Habían devorado, a pesar de todos mis esfuerzos por evitarlos, todo menos un pequeño remanente del contenido del plato. Me había caído en un balancín habitual, o en un movimiento de la mano sobre la bandeja; y, finalmente, la uniformidad inconsciente del movimiento lo privó de efecto. En su voracidad, las alimañas con frecuencia sujetaban sus afilados colmillos en mis dedos. Con las partículas de la vianda aceitosa y picante que ahora quedaba, froté bien la venda donde pudiera alcanzarlo; luego, levantando la mano del suelo, me quedé sin aliento.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Al principio, los animales hambrientos se sobresaltaron y aterrorizaron ante el cambio, ante el cese del movimiento. Retrocedieron alarmados; muchos buscaron el pozo. Pero esto fue solo por un momento. No había contado en vano con su voracidad. Observando que permanecía inmóvil, uno o dos de los más atrevidos saltaron sobre la obra de la fama, y olía a la cenefa. Aquella parecía la señal de una carrera generalizada. Adelante del pozo se apresuraron en tropas frescas. Se aferraron a la madera, la invadieron y saltaron a centenares sobre mi persona. El movimiento medido del péndulo no les molestó en absoluto. Evitando sus golpes, se ocuparon de la venda ungida. Presionaron, se apiñaron sobre mí en montones cada vez más acumulados. Se retorcieron sobre mi garganta; sus labios fríos buscaron los míos; Estaba medio sofocado por su presión creciente; La repugnancia, para la que el mundo no tiene nombre, hinchó mi pecho y enfrió, con una pesadez pegajosa, mi corazón. Sin embargo, un minuto, y sentí que la lucha terminaría. Claramente percibí el aflojamiento del vendaje. Sabía que en más de un lugar ya debía estar cortado. Con una resolución más que humana me acuesto todavía .</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Tampoco me había equivocado en mis cálculos, ni había aguantado en vano. Finalmente me sentí libre. La cincha colgaba en tiras de mi cuerpo. Pero el golpe del péndulo ya presionaba mi pecho. Había dividido la sarga de la túnica. Había cortado el lino de debajo. Dos veces más se balanceó, y una aguda sensación de dolor atravesó cada nervio. Pero había llegado el momento de la fuga. A un gesto de mi mano, mis libertadores se alejaron tumultuosamente. Con un movimiento constante, cauteloso, de lado, encogiéndome y lento, me deslicé del abrazo del vendaje y más allá del alcance de la cimitarra. Por el momento, al menos, estaba libre .</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">¡Libre! ¡Y al alcance de la Inquisición! Apenas había salido de mi lecho de madera del horror sobre el suelo de piedra de la prisión, cuando cesó el movimiento de la máquina infernal, y la vi arrastrada, por una fuerza invisible, a través del techo. Esta fue una lección que tomé desesperadamente en serio. Indudablemente, todos mis movimientos fueron observados. ¡Libre! —Había escapado de la muerte en una forma de agonía, para ser entregada a algo peor que la muerte en alguna otra. Con ese pensamiento, puse nerviosamente los ojos en torno a las barreras de hierro que me cerraban. Algo inusual, un cambio que, al principio, no pude apreciar claramente, era obvio, había tenido lugar en el calabozo. Durante muchos minutos de abstracción soñadora y temblorosa, me dediqué a conjeturas vanas e inconexas. Durante este período, me di cuenta, por primera vez, del origen de la luz sulfurosa que iluminaba la celda. Procedía de una fisura, de aproximadamente media pulgada de ancho, que se extendía por completo alrededor de la prisión en la base de los muros, que así aparecían, y estaban completamente separados del piso. Intenté, pero por supuesto en vano, mirar a través de la abertura.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Cuando me levanté del intento, el misterio de la alteración en la cámara se rompió de inmediato en mi entendimiento. He observado que, aunque los contornos de las figuras en las paredes eran lo suficientemente distintos, los colores parecían borrosos e indefinidos. Estos colores habían adquirido ahora, y estaban asumiendo momentáneamente, una brillantez asombrosa e intensa, que daba a los espectrales y diabólicos retratos un aspecto que podría haber excitado nervios aún más firmes que los míos. Los ojos de demonio, de una vivacidad salvaje y espantosa, me miraban en mil direcciones, donde ninguna había sido visible antes, y brillaban con el lustre espeluznante de un fuego que no podía obligar a mi imaginación a considerar irreal.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">¡Irreal! —¡Aun mientras respiraba me llegaba a la nariz el aliento del vapor de hierro caliente! ¡Un olor sofocante invadió la prisión! ¡Un resplandor más profundo se posó en cada momento en los ojos que miraban mis agonías! Un tinte más rico de carmesí se difundió sobre los horrores de la sangre representados. Jadeé! ¡Jadeé por respirar! No cabía duda del designio de mis torturadores ... ¡oh! más implacable! ¡Oh! el más endemoniado de los hombres! Me encogí del metal brillante al centro de la celda. En medio del pensamiento de la destrucción ardiente que se avecinaba, la idea de la frescura del pozo se apoderó de mi alma como un bálsamo. Corrí a su borde mortal. Lancé mi visión tensa abajo. El resplandor del techo encendido iluminaba sus rincones más recónditos. Sin embargo, por un momento salvaje, mi espíritu se negó a comprender el significado delo que vi. Al final se forzó, se abrió camino en mi alma, se quemó sobre mi estremecedora razón. ¡Oh! ¡Para que una voz hable! —¡Oh! ¡Horror! —¡Oh! cualquier horror excepto este! Con un chillido, corrí desde el margen y hundí la cara en mis manos, llorando amargamente.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">El calor aumentó rápidamente y una vez más miré hacia arriba, temblando como si tuviera un ataque de fiebre. Había habido un segundo cambio en la celda, y ahora el cambio estaba obviamente en la forma. Como antes, fue en vano que al principio me esforcé por apreciar o comprender lo que estaba sucediendo. Pero no dudé mucho. La venganza inquisitorial había sido apresurada por mi doble fuga, y no iba a haber más coqueteos con el Rey de los Terrores. La habitación había sido cuadrada. Vi que dos de sus ángulos de hierro eran ahora agudos; dos, en consecuencia, obtusos. La terrible diferencia aumentó rápidamente con un sonido sordo o gemido. En un instante, el calabozo había cambiado de forma a la de un pozo. Pero la alteración no se detuvo aquí; no esperaba ni deseaba que se detuviera. Podría haber pegado las paredes rojas a mi pecho como una prenda de paz eterna. "Muerte", dije, "cualquier muerte que no sea la del pozo". ¡Tonto! ¿No podría haber sabido que en el pozo?¿Fue el objeto del hierro en llamas el que me incitó? ¿Podría resistir su brillo? o si incluso eso, ¿podría soportar su presión? Y ahora, cada vez más plano, crecía el pozo, con una rapidez que no me dejaba tiempo para la contemplación. Su centro, y por supuesto, su mayor ancho, llegaba justo sobre el enorme abismo. Me encogí hacia atrás, pero las paredes que se cerraban me empujaban sin resistencia hacia adelante. Por fin, para mi cuerpo abrasado y retorcido, ya no había ni un centímetro de apoyo en el suelo firme de la prisión. No luché más, pero la agonía de mi alma encontró desahogo en un fuerte, largo y último grito de desesperación. Sentí que me tambaleaba al borde del abismo, aparté la mirada.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">¡Hubo un zumbido discordante de voces humanas! ¡Hubo un fuerte toque como de muchas trompetas! ¡Hubo un rechinar áspero como de mil truenos! ¡Los muros ardientes retrocedieron! Un brazo extendido agarró el mío mientras caía, desmayándome, en el abismo. Fue el del General Lasalle. El ejército francés había entrado en Toledo. La Inquisición estaba en manos de sus enemigos.</p>Leer para Crecerhttp://www.blogger.com/profile/15551595965623697609noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1089098649415894775.post-7483900265551966052021-10-26T09:00:00.001-05:002021-10-26T09:00:00.229-05:00Biografía de Sun Tzu<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgl_76sbs1jr14nvl0G_WCGoHL7TFo7e5HSH0PaQZ2TbatlLNEt6-6cz6_fQnLy5miRdkfXP8-cyDL_vyKQbYwWU3NDh1cJkTZqNUq87XsIRdD2d7YDEhHoRKi3gnBEIkHWs5-HbxhN_pDu/s1080/sun-tzu.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="743" data-original-width="1080" height="440" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgl_76sbs1jr14nvl0G_WCGoHL7TFo7e5HSH0PaQZ2TbatlLNEt6-6cz6_fQnLy5miRdkfXP8-cyDL_vyKQbYwWU3NDh1cJkTZqNUq87XsIRdD2d7YDEhHoRKi3gnBEIkHWs5-HbxhN_pDu/w640-h440/sun-tzu.jpg" title="Sun Tzu" width="640" /></a></div><br /><p>Sun Tzu , general chino, alrededor del año 500 a. C. Se atribuye a Sun Tzu una colección de ensayos sobre el arte de la guerra. Hay un número creciente de traducciones de este clásico chino, generalmente titulado <a href="https://www.leerparacrecer.me/2016/03/el-arte-de-la-guerra-de-sun-tzu-libro-gratis.html" target="_blank">El arte de la guerra</a> .</p><p><br /></p><p>El conocimiento de Sun Tzu llegó a Europa poco antes de la Revolución Francesa en forma de una traducción resumida del padre JJM Amiot, un sacerdote jesuita francés. En las diversas traducciones, a veces se hace referencia a Sun Tzu como Sun Wu y Sun Tzi. </p><p><br /></p><p>El más fundamental de los principios de Sun Tzu para la conducción de la guerra es que "toda guerra se basa en el engaño". Otro principio clave de Sun Tzu es que "el arte supremo de la guerra es someter al enemigo sin luchar". Las ideas de Sun Tzu se extendieron al resto de Asia y a Japón.</p><p><br /></p><p>Las obras de Sun Tzu han sido ampliamente conocidas en los Estados Unidos desde mediados de la década de 1970. El diplomático Henry Kissinger ha hecho referencia a Sun Tzu y los principios para la conducción de la guerra han sido objeto de un estudio serio en los círculos militares estadounidenses durante muchos años. </p><p><br /></p><p>El arte de la guerra aplicado a los negocios, los deportes, la diplomacia y la vida personal se ha popularizado en los textos comerciales y de gestión. Sun Tzu puede ser la personalidad china más citada en el mundo de hoy.</p>Leer para Crecerhttp://www.blogger.com/profile/15551595965623697609noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-1089098649415894775.post-53893102628552456752021-09-20T10:00:00.017-05:002021-09-20T10:00:00.200-05:00Yo soy aquel y Calumnia poemas Ruben Darío<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEguwfXEpsBWdMf8_1v0B7tY7stummvEo1BN8Aut3YLOX_c4Fe5wjJJoiHwcesr_u9xQU0funhmajcaOCJ-MMskORCQScUpwXIciGSwzGyQnLCGfbyTggZ0SOhaXRrPJW2O8ZG553_ryh_nG/s1280/abstract-2512412_1280.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="Ruben Dario" border="0" data-original-height="847" data-original-width="1280" height="424" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEguwfXEpsBWdMf8_1v0B7tY7stummvEo1BN8Aut3YLOX_c4Fe5wjJJoiHwcesr_u9xQU0funhmajcaOCJ-MMskORCQScUpwXIciGSwzGyQnLCGfbyTggZ0SOhaXRrPJW2O8ZG553_ryh_nG/w640-h424/abstract-2512412_1280.jpg" title="Yo soy Aquel / La Calumnia" width="640" /></a></div><h2 style="text-align: center;">Yo soy aquel </h2><p style="text-align: center;"><br /></p><p style="text-align: center;">Yo soy aquel que ayer no más decía </p><p style="text-align: center;">el verso azul y la canción profana,</p><p style="text-align: center;">en cuya noche un ruiseñor había</p><p style="text-align: center;">que era alondra de luz por la mañana.</p><p style="text-align: center;"><br /></p><p style="text-align: center;">El dueño fui de mi jardín de sueño,</p><p style="text-align: center;">lleno de rosas y de cisnes vagos;</p><p style="text-align: center;">el dueño de las tórtolas, el dueño</p><p style="text-align: center;">de góndolas y liras en los lagos;</p><p style="text-align: center;"><br /></p><p style="text-align: center;">y muy siglo diez y ocho y muy antiguo</p><p style="text-align: center;">y muy moderno; audaz, cosmopolita;</p><p style="text-align: center;">con Hugo fuerte y con Verlaine ambiguo,</p><p style="text-align: center;">y una sed de ilusiones infinita.</p><p style="text-align: center;"><br /></p><p style="text-align: center;">Yo supe de dolor desde mi infancia,</p><p style="text-align: center;">mi juventud... ¿fue juventud la mía?</p><p style="text-align: center;">Sus rosas aún me dejan su fragancia...</p><p style="text-align: center;">una fragancia de melancolía...</p><p style="text-align: center;"><br /></p><p style="text-align: center;">Potro sin freno se lanzó mi instinto,</p><p style="text-align: center;">mi juventud montó potro sin freno;</p><p style="text-align: center;">iba embriagada y con puñal al cinto;</p><p style="text-align: center;">si no cayó, fue porque Dios es bueno.</p><p style="text-align: center;"><br /></p><p style="text-align: center;">En mi jardín se vio una estatua bella;</p><p style="text-align: center;">se juzgó mármol y era carne viva;</p><p style="text-align: center;">una alma joven habitaba en ella,</p><p style="text-align: center;">sentimental, sensible, sensitiva.</p><p style="text-align: center;"><br /></p><p style="text-align: center;">Y tímida ante el mundo, de manera</p><p style="text-align: center;">que encerrada en silencio no salía,</p><p style="text-align: center;">sino cuando en la dulce primavera</p><p style="text-align: center;">era la hora de la melodía...</p><p style="text-align: center;"><br /></p><p style="text-align: center;">Hora de ocaso y de discreto beso;</p><p style="text-align: center;">hora crepuscular y de retiro;</p><p style="text-align: center;">hora de madrigal y de embeleso,</p><p style="text-align: center;">de «te adoro», y de «¡ay!» y de suspiro.</p><p style="text-align: center;"><br /></p><p style="text-align: center;">Y entonces era la dulzaina un juego</p><p style="text-align: center;">de misteriosas gamas cristalinas,</p><p style="text-align: center;">un renovar de gotas del Pan griego</p><p style="text-align: center;">y un desgranar de músicas latinas.</p><p style="text-align: center;"><br /></p><p style="text-align: center;">Con aire tal y con ardor tan vivo,</p><p style="text-align: center;">que a la estatua nacían de repente</p><p style="text-align: center;">en el muslo viril patas de chivo</p><p style="text-align: center;">y dos cuernos de sátiro en la frente.</p><p style="text-align: center;"><br /></p><p style="text-align: center;">Como la Galatea gongorina</p><p style="text-align: center;">me encantó la marquesa verleniana,</p><p style="text-align: center;">y así juntaba a la pasión divina</p><p style="text-align: center;">una sensual hiperestesia humana;</p><p style="text-align: center;"><br /></p><p style="text-align: center;">todo ansia, todo ardor, sensación pura</p><p style="text-align: center;">y vigor natural; y sin falsía,</p><p style="text-align: center;">y sin comedia y sin literatura...:</p><p style="text-align: center;">si hay un alma sincera, esa es la mía.</p><p style="text-align: center;"><br /></p><p style="text-align: center;">La torre de marfil tentó mi anhelo;</p><p style="text-align: center;">quise encerrarme dentro de mí mismo,</p><p style="text-align: center;">y tuve hambre de espacio y sed de cielo</p><p style="text-align: center;">desde las sombras de mi propio abismo.</p><p style="text-align: center;"><br /></p><p style="text-align: center;">Como la esponja que la sal satura</p><p style="text-align: center;">en el jugo del mar, fue el dulce y tierno</p><p style="text-align: center;">corazón mío, henchido de amargura</p><p style="text-align: center;">por el mundo, la carne y el infierno.</p><p style="text-align: center;"><br /></p><p style="text-align: center;">Mas, por gracia de Dios, en mi conciencia</p><p style="text-align: center;">el Bien supo elegir la mejor parte;</p><p style="text-align: center;">y si hubo áspera hiel en mi existencia,</p><p style="text-align: center;">melificó toda acritud el Arte.</p><p style="text-align: center;"><br /></p><p style="text-align: center;">Mi intelecto libré de pensar bajo,</p><p style="text-align: center;">bañó el agua castalia el alma mía,</p><p style="text-align: center;">peregrinó mi corazón y trajo</p><p style="text-align: center;">de la sagrada selva la armonía.</p><p style="text-align: center;"><br /></p><p style="text-align: center;">¡Oh, la selva sagrada! ¡Oh, la profunda</p><p style="text-align: center;">emanación del corazón divino</p><p style="text-align: center;">de la sagrada selva! ¡Oh, la fecunda</p><p style="text-align: center;">fuente cuya virtud vence al destino!</p><p style="text-align: center;"><br /></p><p style="text-align: center;">Bosque ideal que lo real complica,</p><p style="text-align: center;">allí el cuerpo arde y vive y Psiquis vuela;</p><p style="text-align: center;">mientras abajo el sátiro fornica,</p><p style="text-align: center;">ebria de azul deslíe Filomela.</p><p style="text-align: center;"><br /></p><p style="text-align: center;">Perla de ensueño y música amorosa</p><p style="text-align: center;">en la cúpula en flor del laurel verde,</p><p style="text-align: center;">Hipsipila sutil liba en la rosa,</p><p style="text-align: center;">y la boca del fauno el pezón muerde.</p><p style="text-align: center;"><br /></p><p style="text-align: center;">Allí va el dios en celo tras la hembra,</p><p style="text-align: center;">y la caña de Pan se alza del lodo;</p><p style="text-align: center;">la eterna vida sus semillas siembra,</p><p style="text-align: center;">y brota la armonía del gran Todo.</p><p style="text-align: center;"><br /></p><p style="text-align: center;">El alma que entra allí debe ir desnuda,</p><p style="text-align: center;">temblando de deseo y fiebre santa,</p><p style="text-align: center;">sobre cardo heridor y espina aguda:</p><p style="text-align: center;">así sueña, así vibra y así canta.</p><p style="text-align: center;"><br /></p><p style="text-align: center;">Vida, luz y verdad, tal triple llama</p><p style="text-align: center;">produce la interior llama infinita.</p><p style="text-align: center;">El Arte puro como Cristo exclama:</p><p style="text-align: center;">Ego sum lux et veritas et vita!</p><p style="text-align: center;"><br /></p><p style="text-align: center;">Y la vida es misterio, la luz ciega</p><p style="text-align: center;">y la verdad inaccesible asombra;</p><p style="text-align: center;">la adusta perfección jamás se entrega,</p><p style="text-align: center;">y el secreto ideal duerme en la sombra.</p><p style="text-align: center;"><br /></p><p style="text-align: center;">Por eso ser sincero es ser potente;</p><p style="text-align: center;">de desnuda que está, brilla la estrella;</p><p style="text-align: center;">el agua dice el alma de la fuente</p><p style="text-align: center;">en la voz de cristal que fluye de ella.</p><p style="text-align: center;"><br /></p><p style="text-align: center;">Tal fue mi intento, hacer del alma pura</p><p style="text-align: center;">mía, una estrella, una fuente sonora,</p><p style="text-align: center;">con el horror de la literatura</p><p style="text-align: center;">y loco de crepúsculo y de aurora.</p><p style="text-align: center;"><br /></p><p style="text-align: center;">Del crepúsculo azul que da la pauta</p><p style="text-align: center;">que los celestes éxtasis inspira,</p><p style="text-align: center;">bruma y tono menor —¡toda la flauta!,</p><p style="text-align: center;">y Aurora, hija del Sol— ¡toda la lira!</p><p style="text-align: center;"><br /></p><p style="text-align: center;">Pasó una piedra que lanzó una honda;</p><p style="text-align: center;">pasó una flecha que aguzó un violento.</p><p style="text-align: center;">La piedra de la honda fue a la onda,</p><p style="text-align: center;">y la flecha del odio fuese al viento.</p><p style="text-align: center;"><br /></p><p style="text-align: center;">La virtud está en ser tranquilo y fuerte;</p><p style="text-align: center;">con el fuego interior todo se abrasa;</p><p style="text-align: center;">se triunfa del rencor y de la muerte,</p><p style="text-align: center;">y hacia Belén... ¡la caravana pasa!</p><p style="text-align: center;"><br /></p><h2 style="text-align: center;">La Calumnia</h2><p style="text-align: center;"><br /></p><p style="text-align: center;">Puede una gota de lodo</p><p style="text-align: center;">sobre un diamante caer;</p><p style="text-align: center;">puede también de este modo</p><p style="text-align: center;">su fulgor oscurecer;</p><p style="text-align: center;">pero aunque el diamante todo</p><p style="text-align: center;">se encuentre de fango lleno,</p><p style="text-align: center;">el valor que lo hace bueno</p><p style="text-align: center;">no perderá ni un instante,</p><p style="text-align: center;">y ha de ser siempre diamante</p><p style="text-align: center;">por más que lo manche el cieno.</p><p style="text-align: center;"><br /></p><div style="background: 0px 0px rgb(255, 255, 255); border: 0px; color: #5e5e5e; font-family: "PT Serif", sans-serif; font-size: 15px; margin: 0px; outline: 0px; padding: 0px; text-align: right; transition: all 0.3s ease 0s; vertical-align: baseline;"><b style="background: 0px 0px; border: 0px; margin: 0px; outline: 0px; padding: 0px; transition: all 0.3s ease 0s; vertical-align: baseline;"><a href="http://www.leerparacrecer.me/search/label/Ruben%20Dario?&max-results=7" style="background: 0px 0px; border: 0px; color: blue; margin: 0px; outline: 0px; padding: 0px; text-decoration-line: none; transition: all 0.3s ease 0s; vertical-align: baseline;" target="_blank">Ruben Dario</a></b></div><div style="background: 0px 0px rgb(255, 255, 255); border: 0px; color: #5e5e5e; font-family: "PT Serif", sans-serif; font-size: 15px; margin: 0px; outline: 0px; padding: 0px; text-align: right; transition: all 0.3s ease 0s; vertical-align: baseline;">Nicaragua 1867-1916</div><p style="text-align: center;"><br /></p>Leer para Crecerhttp://www.blogger.com/profile/15551595965623697609noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1089098649415894775.post-32334734576634069902021-08-17T09:00:00.009-05:002021-08-17T09:00:00.203-05:00El Conde Lucanor - Don Juan Manuel libro gratis<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiZiziZeUwr_MDKP8y-YIv8lUtX4UYGX-bW3BdsRgYdHzNOXf86t45zD6N6vj8wwQ2PgjJP7sLvdROFqJsH21WJ9xtBzLddQGulyoDuu-zqedh70MLLibHw505rb3I9zCetGX5hjPasIbJl/s1280/libroelcondelucanor.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="Don Juan Manuel" border="0" data-original-height="720" data-original-width="1280" height="360" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiZiziZeUwr_MDKP8y-YIv8lUtX4UYGX-bW3BdsRgYdHzNOXf86t45zD6N6vj8wwQ2PgjJP7sLvdROFqJsH21WJ9xtBzLddQGulyoDuu-zqedh70MLLibHw505rb3I9zCetGX5hjPasIbJl/w640-h360/libroelcondelucanor.png" title="El Conde Lucanor" width="640" /></a></div><br /><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">El Conde Lucanor es una obra escrita por el Infante de Castilla Don Juan Manuel, su titulo completo en castellano antiguo es <i>Libro de los enxiemplos del Conde Lucanor et de Patronio. </i>Es un libro compuesto principalmente de cuentos moralizantes escrito entre 1330 y 1335. Entre las referencias utilizadas en los cuentos se encuentran escritores griegos antiguos, en particular Esopo, también cuentos tradicionales "árabes" (de hecho, la mayoría de las veces persas). El Cuento "De lo que contecio a un dean de Santiago con don Ilian el magico, que morava en Toledo" (sic) guarda semejanza con ciertos cuentos tradicionales japoneses y el Cuento "De lo que contecio a una mujer que se llamara doña Truhana" (sic) encuentra, según Max Müller, su origen en la antigua colección sánscrita Pancha-tantra.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><h3 style="text-align: justify;">El Conde Lucanor Sinopsis</h3><p style="text-align: justify;">La historia trata del Conde Lucanor quien inicia una conversación con su consejero Patrocinio, le presenta un problema, situación, duda, etc., y le pide consejo para resolver el dilema. Patrocinio siempre le responde con mucha humildad, asegurando que una persona tan ilustre como el conde no necesita consejos, pero contándole una historia de la que pueda aprender a resolver su problema. Tratan principalmente de los problemas de un noble del siglo XIV: intrigas y alianzas políticas, (falsos) amigos y consejeros, pero también cosas cotidianas (amor correcto o incorrecto, lealtad y traición, sectas y alquimia). </p><p style="text-align: justify;">En "De lo que contecio a un dean de Santiago con don Ilian el magico, que morava en Toledo" el Conde Lucanor informa a su leal consejero Patronio acerca de un hombre que pidió y recibió su ayuda, pero no brindó él mismo la consideración prometida. Patronio luego cuenta la historia del Deán de Santiago y Don Illan, en él, el dean de Santiago visita al mago Don Illan en Toledo para aprender de él. Sin embargo, el mago señala que las personas en altos cargos tienden a olvidar lo que otros han hecho por ellos. El dean asegura que no se comportará así, pero lo hace: con la ayuda del mago se convierte en obispo, cardenal, incluso papa, pero siempre rechaza el puesto solicitado por Illan para un miembro de su familia. Al final, resulta que todo el ascenso del dean fue solo un sueño mágico estimulado por Don Illan y el Dean se avergüenza.</p><p style="text-align: justify;">El más famoso "De lo que contecio a un rey con tres hombres burladores" (sic), que posteriormente <a href="https://www.leerparacrecer.me/search/label/Hans%20Christian%20Andersen?&max-results=7" target="_blank">Hans Christian Andersen</a> utilizó como modelo para su cuento de hadas<b> El traje nuevo del emperador.</b> En él, el conde informa que se le ha acercado alguien que le ha sugerido un trato extraordinariamente ventajoso. Sin embargo, debe guardar el más estricto silencio al respecto. Si hablaba de ello, todas sus propiedades e incluso su vida estarían en peligro. Patronio cuenta entonces la historia de los tres burladores que pretendían ser capaces de hilar una tela tan fina que sólo quien realmente es hijo de quien se considera su padre puede reconocerla. El rey está interesado en este arte, espera poder heredar la tierra para la corona de aquellos que quedarían expuestos como herederos ilegítimos. Por supuesto, todos fingen poder ver el tejido imaginario, incluido el propio rey. Mientras desfilaba desnudo por las calles de su ciudad capital, un peón (a diferencia del cuento de Andersen en el que es un niño), grita. "Señor, no me importa de quién hijo me cree, pero le digo: o estoy ciego o usted está desnudo". Patronio cierra esta historia con la advertencia de que quien exija absoluta confianza y discreción seguramente le engañará.</p><p style="text-align: center;"><br /></p><p style="text-align: center;"><a href="https://bit.ly/3iLd2RI" target="_blank">El Conde Lucanor - Don Juan Manuel (versión 1575)</a></p><p style="text-align: center;"><a href="https://bit.ly/2Xzm8sJ" target="_blank">El Conde Lucanor - Don Juan Manuel (versión 1839)</a></p><p style="text-align: justify;"><br /></p>Leer para Crecerhttp://www.blogger.com/profile/15551595965623697609noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1089098649415894775.post-81782706523932361392021-07-28T09:00:00.002-05:002021-07-28T09:00:00.177-05:00El sueño de San Martín de Abraham Valdelomar cuento completo<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhpAwHFnOk7e1dDoy91sp_ZW5bF1F9MEUoedxZBIxZL-Rvkl8Wd8vRJ7bYyfCQp2Da2g0IV2LLnvxaNSllUcrR6okcIQW8Ox8mu2Nd4eLRsxrMf34LFOGsMAw2RgkSht2xK9VceiFJeS7Zc/s1280/cliff-3642904_1280.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="El sueño de San Martín Abraham Valdelomar" border="0" data-original-height="709" data-original-width="1280" height="354" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhpAwHFnOk7e1dDoy91sp_ZW5bF1F9MEUoedxZBIxZL-Rvkl8Wd8vRJ7bYyfCQp2Da2g0IV2LLnvxaNSllUcrR6okcIQW8Ox8mu2Nd4eLRsxrMf34LFOGsMAw2RgkSht2xK9VceiFJeS7Zc/w640-h354/cliff-3642904_1280.jpg" title="Isla de Paracas Ica Peru" width="640" /></a></div><br /><h3 style="text-align: justify;">I</h3><p style="text-align: justify;">Saliendo de Pisco hacia el sur, bajo la bóveda cóncava y azul, sobre la costa ondulante, arenosa, anémica, amarilla y desolada, la vegetación es caprichosa como hembra: ora raquítica y pobre, ora rica y exhuberante, va muriendo y agostándose poco a poco hasta San Andrés de los Pescadores, cuyos últimos arrabales se pierden en la esterilidad ribereña. Siguiendo más al sur, caminando millas y bordeando colinas coronadas siempre por necrópolis incaicas, se llega a cierto encantado lugar que desde tiempos de la gentilidad los indios llaman Paracas. Sopla allí un viento cálido y medroso bajo el hondo cielo, la costa hace una curva cerrada y aprisiona al mar que parece una colosal turquesa engastada en los arenales ocres, resultando la alegría del verde marino con la tristeza del arenoso yermo. El mar es allí como un verde cristal transparente, apenas irisado por la brisa cálida, sin olas, sin ruido, sin violencia, sin exaltación. Aquellos vírgenes rincones son preferidos por las aves, porque hasta allí no llegan casi nunca los hombres. Eligen estas cuando se sienten enfermas, tan propicio lugar, porque mueren tranquilas y sin tormento, arrulladas por la marea y cobijadas por el cielo sereno y bondadoso.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Allí el mar no tiene tempestades, ni el cielo llora, ni los hombres acosan. Este lugar, por aislado y apacible, es favorito de los flamencos.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Un día, un día ya lejano, la pequeña ensenada envuelta en la neblina tenía el presentimiento de una hora solemne. La Naturaleza parecía preparar el escenario para una épica representación. Medrosa alegría en el cielo, inquietud inusitada en las olas, serenidad en la vasta extensión. Amanecía. La neblinosa costa dejó dibujar en sus vaguedades la multiplicidad de vavios [sic] mástiles y poco después se oyó en la bruma el chasquear de un bote bajo el empuje viril de los remeros. Al clarear el día, cuando el sol iluminó en una eclosión de poema las verdes aguas, apareció clara y precisa una visión inusitada.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">En el bote que se acercaba a la playa, surgían tres personajes. El del centro llevaba cariñosamente, una gran rama verde y los otros auscultaban la costa. Detúvose el bote a diez brazas de la orilla; y el personaje central levantó en alto la rama verde en tanto que sonaba una salva abrumadora de cañones y de fusilería. Los tres hombres desembarcaron al sonoro estruendo de las salvas. Una banda de aves de alas rojas y pecho blanco se elevó de la costa hacia el azul. Aquellos hombres venían de lejos, y eran don José de San Martín, el almirante Cochrane y el jefe de estado mayor Las Heras. Don José de San Martín llevaba en sus manos el árbol de la Libertad.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">II</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Vibrante, pálido, solemne, aquel hombre superior tenía algo de divino. Su viril y pujante juventud, la nobleza de su rostro de héroe antiguo, la gallardía de su apostura, nada faltaba en el noble continente del héroe libertador. El primer cuidado de aquel espíritu romántico, de aquel venerable padre, de aquella figura sublime, la más noble de cuantas hayan venido al Perú, fué abrir un foso con sus propias manos y plantar el árbol de la Libertad que había cargado desde las australes regiones con la solicitud y amor con que se lleva un ideal. Cochrane y Las Heras procuráronse agua de un pozuelo recién abierto por sus manos y la echaron sobre la sedienta tierra removida. Aquel sencillo símbolo se realizó solemnemente. A poco, el arbolillo sembrado por San Martín y alimentado por los dos capitanes se mecía, gracil y debilucho, acariciado por la brisa marina. San Martín auscultaba la costa y su mirada se perdía en los confines extraños y vagos, hacia el norte.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Era el 8 de octubre de 1820. La expedición libertadora empezó a desembarcar.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><h3 style="text-align: justify;">III</h3><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Cansado, en tanto que el ejército se preparaba a la marcha, el Libertador se recostó a la sombra de una palmera, junto al arbolillo de la Libertad, en la mórbida arena caldeada. El sol radiante y viril caía verticalmente. Sobre la extensión vibraba el aire. El héroe sintió un vago sopor. Tenía sueño y se abandonó a él. Sintió que poco a poco iba borrándose el paisaje. Pensaba en sus planes de libertad. Sabía que de la empresa que acababa de comenzar dependía la libertad de un continente, que iba a afrontar las iras castellanas en el corazón del virreynato, iba a destruir en pocos días o meses o años, la labor esclavizadora de siglos. Durmióse y soñó. Vió, en su sueño, que hacia el norte se elevaba un gran país, ordenado, libre, laborioso y patriota.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Fueron poblándose los yermos arenales de edificios, los mares de buques, los caminos de ejércitos. Muchedumbres inmensas caminaban febrilmente en una ansia infinita de trabajo, y renovación. Los hombres de ese país eran libres, fuertes, patriotas, y oyó sonar una marcha triunfal. Y cuando todo el pueblo se había elevado, cuando el progreso y la libertad estaban dando su fruto vió extenderse sobre la extensión ilimitada una bandera. Una bella bandera, sencilla y elocuente, que se agitaba con orgullo sobre aquel pueblo poderoso. Despertó y abrió los ojos. Efectivamente, una banda de aves de alas rojas y pechos blancos de armiño se elevaba de un punto cercano. Aquel grupo de aves, cada una de las cuales formaba una bandera, se desparramó hacia el norte y se perdió en el azul purísimo del cielo. El héroe se puso en pie. El ejército estaba listo para la marcha.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Entonces lo invadió una sana jovialidad, y cuando sobre el caballo arrogante, los capitanes taciturnos emprendieron la marcha para cumplir el más noble mandato del destino, les dijo el Libertador:</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">—¿Veis aquella bandada de aves que va hacia el norte?</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">—Sí, general. Blancas y rojas, dijo Cochrane.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">—Parecen una bandera, agregó Las Heras.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">—Sí –dijo San Martín–.Son una bandera. La bandera de la Libertad que acabamos de sembrar.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">La mancha de aves caminaba hacia el Norte, como si indicase una ruta a esos tres corazones, y luego, al acercarse a Pisco, las aves de leve plumaje se elevaron al cielo perdiéndose en las nubes como en una infinita ansia de azul.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><h3 style="text-align: justify;">IV</h3><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Aquella tarde, después de tomar el puerto de Pisco, reunidos en el Cabildo los libertadores y los libertados, San Martín daba el siguiente decreto:</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">El Excmo. señor don José de San Martín, capitán general y en jefe del ejército libertador del Perú, gran oficial de la legión de Mérito de Chile, etc.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Por cuanto es incompatible con la independencia del Perú, la conservación de los símbolos que recuerdan el dilatado tiempo de su opresión. Por tanto, he venido en decretar y decreto lo siguiente:</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Art. 1o.—Se adoptará por bandera nacional del país una de seda, o lienzo, de ocho pies de largo y seis de ancho, dividida por líneas diagonales en cuatro campos, blancos los dos de los extremos superior e inferior, y encarnados los laterales; con una corona de laurel ovalada, y dentro de ella un Sol, saliendo por detrás de Sierras escarpadas que se elevan sobre un mar tranquilo. El escudo puede ser pintado, o bordado, pero conservando cada objeto sus colores: a saber, la corona de laurel ha de ser verde, y atada en la parte inferior con una cinta de color de oro; azul la parte superior que representa el firmamento; amarillo el Sol con sus rayos; las montañas de un color pardo obscuro, y el mar entre azul y verde.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Art. 2o.—Todos los habitantes de las provincias del Perú que están bajo la protección del ejército libertador, usarán como escarapela nacional, una bicolor de blanco y encarnado: el 1o. en la parte inferior y el 2o. en la superior.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Art. 3o.—Lo dispuesto en los dos artículos anteriores sólo tendrá fuerza y vigor, hasta que se establezca en el Perú un gobierno general por la voluntad libre de sus habitantes.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Dado en el cuartel general del ejército libertador del Perú en Pisco, a 21 de octubre de 1820.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">José de San Martín.—Juan García del Río.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">En él se consignaban para siempre los colores del pabellón de la Patria, que en un sueño romántico, ante la visión de las aves bicolores de mi pueblo, tuviera el Libertador del Perú, don José de San Martín.</p><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><p style="text-align: right;">Abraham Valdelomar</p><p style="text-align: right;">Pisco. Perú 1888 - Ayacucho Perú 1919</p></blockquote><p style="text-align: justify;"><br /></p>Leer para Crecerhttp://www.blogger.com/profile/15551595965623697609noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1089098649415894775.post-63964735585086407952021-06-22T09:00:00.007-05:002021-08-01T18:19:36.039-05:00El camino del peregrino poema Rudyard Kipling<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEijFJW9QqxMmVc_RsTXG15oEDhFlwo6R5ZL2auMKYe6ujwvL4FEBk9WmCipjiooD4_hoLnVhJxLJFZ3sXc_StFyiz3D9qk7yEb_L1fsVRssV7ZshoCPEhOruTf2b0irz5x1QXriSiXauq1e/s1280/away-3408119_1280.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="719" data-original-width="1280" height="360" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEijFJW9QqxMmVc_RsTXG15oEDhFlwo6R5ZL2auMKYe6ujwvL4FEBk9WmCipjiooD4_hoLnVhJxLJFZ3sXc_StFyiz3D9qk7yEb_L1fsVRssV7ZshoCPEhOruTf2b0irz5x1QXriSiXauq1e/w640-h360/away-3408119_1280.jpg" width="640" /></a></div><div style="text-align: center;"><br /></div><div style="text-align: center;">No busco santos que me guíen en mi camino,</div><div style="text-align: center;">O diablillos masculinos y femeninos para desviar mis pies de mi destino.</div><div style="text-align: center;">Si se agregan, me regocijo; si no, no me importará.</div><div style="text-align: center;">Siempre que tenga permiso y la opción de mis semejantes encontrar.</div><div style="text-align: center;">Porque a medida que llegamos y nos vamos (y mortalmente, ¡será así!)</div><div style="text-align: center;">¡El pueblo, Señor, tu pueblo, es lo suficientemente bueno para mí!</div><div style="text-align: center;"><br /></div><div style="text-align: center;">Así honraré a los hombres piadosos cuya virtud tanto resplandece</div><div style="text-align: center;">(Aunque nadie se sorprende mas que a mi cuando por casualidad hago algo que lo merece),</div><div style="text-align: center;">Y me compadeceré de los hombres necios por el dolor que sus pecados han engendrado</div><div style="text-align: center;">(Aunque el noventa y nueve por ciento del mío yo mismo lo he generado).</div><div style="text-align: center;">Y, amorita o eremita, o promedio general,</div><div style="text-align: center;">¡El pueblo, Señor, tu pueblo, es lo suficientemente bueno para mí!</div><div style="text-align: center;"><br /></div><div style="text-align: center;">Y cuando me aburran demasiado, no moveré mis oídos,</div><div style="text-align: center;">Recordando a muchos miles de esos a quienes yo he aburrido.</div><div style="text-align: center;">Y cuando se esfuercen por impresionar, no dudaré ni me burlaré;</div><div style="text-align: center;">Ya que yo mismo no he hecho menos y --- a veces lo saque.</div><div style="text-align: center;">Sí, como somos y no somos, y pretendemos sentir,</div><div style="text-align: center;">¡El pueblo, Señor, tu pueblo, es lo suficientemente bueno para mí!</div><div style="text-align: center;"><br /></div><div style="text-align: center;">Y cuando me hacen trabajar mal al azar, como a menudo ha sucedido,</div><div style="text-align: center;">No atesoraré el odio por mucho tiempo (mis manos demasiado limpias no han sido).</div><div style="text-align: center;">Y cuando me hagan un bien al azar, no fingiré sorpresa.</div><div style="text-align: center;">No más que aquellos a quienes he animado con caridades en el camino.</div><div style="text-align: center;">Pero, como damos y como tomamos --- cuales sean nuestro destino ---</div><div style="text-align: center;">¡El pueblo, Señor, tu pueblo, es lo suficientemente bueno para mí!</div><div style="text-align: center;"><br /></div><div style="text-align: center;">Pero cuando me encuentro con gente frenética que pecaminosamente declare</div><div style="text-align: center;">No hay perdón por su pecado, el mismo no perdonaré</div><div style="text-align: center;">Hasta que se haya probado que el cielo y el infierno en nuestros corazones esta</div><div style="text-align: center;">No muestres nada irredimible a ambos lados de la tumba mortal.</div><div style="text-align: center;">Porque como vivimos y como morimos --- si hay una muerte final---</div><div style="text-align: center;">¡El pueblo, Señor, tu pueblo, es lo suficientemente bueno para mí!</div><div style="text-align: center;"><br /></div><div style="text-align: center;">Líbrame de todo orgullo --- el mediano, el alto y el bajo ---</div><div style="text-align: center;">Eso me excluye del lado de un hermano, sea cual sea el orgullo que trajo.</div><div style="text-align: center;">Y límpiame de todas las herejías del pensamiento, el habla y la pluma</div><div style="text-align: center;">Que me ordena juzgarlo de otra manera de lo que soy juzgado por una. ¡Amén!</div><div style="text-align: center;">Para que pueda cantar la muchedumbre o el rey o la compañía del camino,</div><div style="text-align: center;">Para que pueda trabajar en mi día, vocación y grado,</div><div style="text-align: center;">Para demostrar lo mismo de hecho y de nombre, y mantener inalterado,</div><div style="text-align: center;">(A donde voy, lo que yo sepa, quien sea mi vecino)</div><div style="text-align: center;">Esta fe única en la vida y la muerte y en la eternidad así:</div><div style="text-align: center;">`` ¡El pueblo, Señor, tu pueblo, es lo suficientemente bueno para mí! ''</div><div style="text-align: center;"><br /></div><div style="text-align: center;"><br /></div><div style="text-align: right;"><a href="http://www.leerparacrecer.me/search/label/Rudyard%20Kipling?&max-results=7" target="_blank">Rudyard Kipling</a></div><div style="text-align: right;">India 1865 - Reino Unido 1936</div><div style="text-align: right;">Traducción de Leer para crecer</div>Leer para Crecerhttp://www.blogger.com/profile/15551595965623697609noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1089098649415894775.post-66172518313118867952021-06-08T09:00:00.006-05:002021-06-08T09:00:00.199-05:00Rudyard Kipling biografía<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg102kUjYmCyucYOiY_0_U7VIkjwY2uaUNStIOQWiMThG48DkYsytqZpJ75hmIg0W1CZArvQZ2azVrVEUngAcqNeSZJtMKO-9wkGIHTTIHONhkcsUr3YjfAD14qrM9asq8bbFYuQBzAbgCV/s1280/rudyardkipling.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="720" data-original-width="1280" height="360" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg102kUjYmCyucYOiY_0_U7VIkjwY2uaUNStIOQWiMThG48DkYsytqZpJ75hmIg0W1CZArvQZ2azVrVEUngAcqNeSZJtMKO-9wkGIHTTIHONhkcsUr3YjfAD14qrM9asq8bbFYuQBzAbgCV/w640-h360/rudyardkipling.png" title="Rudyard Kipling" width="640" /></a></div><br /><p>Kipling fue el primer inglés en recibir el Premio Nobel de Literatura (1907). Sus obras más populares incluyen El libro de la selva (1894) y Just So Stories (1902), ambos clásicos para niños, aunque también han atraído a un público adulto.</p><div style="text-align: justify;">Rudyard Kipling nació el 30 de diciembre de 1865 en Bombay, India, donde su padre era profesor de artes y oficios en la Escuela de Arte Jeejeebhoy. Su madre era cuñada del pintor Edward Burne-Jones. A la edad de seis años, sus padres lo llevaron a Inglaterra y lo dejaron durante cinco años en un hogar de acogida en Southsea. Su descontento por el trato cruel que recibió se expresó más tarde en el cuento "Baa Baa, oveja negra", en la novela La luz que se apaga (1890) y en su autobiografía (1937).</div><p style="text-align: justify;">En 1878, Kipling ingresó en el United Services College, un internado en North Devon. Era una institución cara que se especializaba en entrenamiento para ingresar a academias militares. Su mala vista y resultados mediocres como estudiante acabaron con sus esperanzas de una carrera militar. Sin embargo, Kipling recordó estos años en un tono más ligero en uno de sus libros más populares, Stalky & Co (1899). Kipling regresó a la India en 1882, donde trabajó como periodista en Lahore para la Civil and Military Gazette (1882-87) y como editor asistente y corresponsal en el extranjero en Allahabad para The Pioneer (1887-89). Las historias escritas durante sus dos últimos años en la India fueron recopiladas en The Phantom Rickshaw (1888).</p><p style="text-align: justify;">Los cuentos y versos de Kipling tuvieron éxito a finales de la década de 1880 en Inglaterra, a la que regresó en 1889 y fue aclamado como heredero literario de Charles Dickens. Entre los años 1889 y 1892, Kipling vivió en Londres y publicó El hándicap de la vida (1891), una colección de historias indias y Barrack-Room Ballads , una colección de poemas que incluía "Gunga Din". En 1892 Kipling se casó con Caroline Starr Balestier, con quien colaboró en una novela, The Naulakha (1892). La joven pareja se mudó a Estados Unidos. Kipling no estaba satisfecho con la vida en Vermont y, tras la muerte de su hija, se llevó a su familia a Inglaterra y se estableció en Burwash, Sussex. El matrimonio de Kipling no fue feliz en todos los aspectos. Durante estos inquietos años, Kipling publico Muchos Invenciones (1893), El libro de la selva (1894), El Segundo libro de la selva (1895), los siete mares (1896) y Capitanes intrépidos (1897)</p><p style="text-align: justify;">Ampliamente considerado como extraoficialmente poeta laureado , Kipling negó esto y muchos premios, entre ellos lal Orden de merito. Durante la Guerra de los Bóers en 1899, Kipling pasó varios meses en Sudáfrica. En 1902 se mudó a Sussex, y también pasó un tiempo en Sudáfrica. Kim, considerada la mejor novela de Kipling, apareció en 1901. La historia, ambientada en la India, describía las aventuras de un hijo huérfano de un sargento en un regimiento irlandés. La obra histórica infantil Puck de la colina de Pook apareció en 1906 y su secuela Recompensas y hadas en 1910.</p><p style="text-align: justify;">Poco después de que Kipling recibió el Premio Nobel, su producción de ficción y poemas comenzó a declinar. Su hijo murió en la Primera Guerra Mundial, y en 1923 Kipling publicó La Guardia Irlandesa en la Gran Guerra, una historia del regimiento de su hijo. Kipling murió el 18 de enero de 1936 en Londres a los 70 años y fue enterrado en Poet's Corner en la Abadía de Westminster. Su autobiografía, Algo de mí mismo, apareció póstumamente en 1937.</p><div style="text-align: justify;"><p>Rudyard Kipling, (1865-1936) , cuentista, novelista y poeta inglés, recordado por su celebración del imperialismo y el heroísmo británicos en la India y Birmania. La glorificación de Kipling del Imperio Británico y los prejuicios raciales, expresada en su poema "La carga del hombre blanco" (1899), ha repelido a muchos lectores. Sin embargo, hizo sonar una nota de humildad y precaución inusuales en "The Recessional" (1897).</p></div>Leer para Crecerhttp://www.blogger.com/profile/15551595965623697609noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1089098649415894775.post-49157913169868798292021-04-12T09:00:00.017-05:002021-04-12T09:00:00.238-05:00 La historia del fantasma sin experiencia de H.G. Wells<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgPyQfr_5RwdRP_C8b5bdPnij_cnVq6iaqVKH3JaIR_DA1z5TDcTnzEgdV46rKhGpEZP6hjtFf6tevFXAP4hBv7SwKgsQ4-xpD273lLUmf7AF4iX0wG7J3_t8qJCvykxrYOqx6cwwLLHuw8/s1280/ghost-1236444_1280.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="La historia del fantasma sin experiencia" border="0" data-original-height="853" data-original-width="1280" height="426" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgPyQfr_5RwdRP_C8b5bdPnij_cnVq6iaqVKH3JaIR_DA1z5TDcTnzEgdV46rKhGpEZP6hjtFf6tevFXAP4hBv7SwKgsQ4-xpD273lLUmf7AF4iX0wG7J3_t8qJCvykxrYOqx6cwwLLHuw8/w640-h426/ghost-1236444_1280.jpg" title="La historia del fantasma sin experiencia H.G. Wells" width="640" /></a></div><br /><p style="text-align: justify;">La escena en medio de la cual Clayton contó su última historia vuelve muy vívidamente a mi mente. Allí permaneció sentado, la mayor parte del tiempo, en un rincón del auténtico lugar junto a la espaciosa chimenea, y Sanderson se sentó a su lado fumando la Broseley que llevaba su nombre. Estaba Evans, y esa maravilla entre los actores, Wish, que también es un hombre modesto. Todos habíamos ido al <i>Mermaid Club </i>ese sábado por la mañana, excepto Clayton, que había dormido allí durante la noche, lo que le dio el comienzo de su historia. Habíamos jugado al golf hasta que el golf fue invisible; habíamos cenado y estábamos en ese estado de ánimo de apacible amabilidad cuando los hombres sufren una historia. Cuando Clayton empezó a contarle a uno, naturalmente supusimos que estaba mintiendo. Puede ser que en verdad estuviera mintiendo, de eso el lector pronto podrá juzgar tan bien como yo. Comenzó, es cierto.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"¡Digo!" comentó, después de una larga consideración de la lluvia ascendente de chispas del tronco que Sanderson había golpeado, "¿sabes que estuve solo aquí anoche?"</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"Exceptuando a los domésticos", dijo Wish.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"Que duermen en el otro ala", dijo Clayton. "Sí. Bueno ..." Él tiró de su cigarro por un rato como si todavía dudara sobre su confianza. Luego dijo, en voz muy baja: "¡Atrapé un fantasma!"</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"Atrapaste un fantasma, ¿verdad?" dijo Sanderson. "¿Dónde está?"</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Y Evans, que admira inmensamente a Clayton y ha estado cuatro semanas en Estados Unidos, gritó: "¿Atrapaste un fantasma, verdad, Clayton? ¡Me alegro! Cuéntanoslo todo ahora mismo".</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Clayton dijo que lo haría en un minuto y le pidió que cerrara la puerta.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Me miró con aire de disculpa. "No hay escuchas, por supuesto, pero no queremos alterar nuestro excelente servicio con rumores de fantasmas en el lugar. Hay demasiadas sombras y paneles de roble para jugar con eso. Y esto, ya sabes, no era un fantasma normal. No creo que vuelva a aparecer, nunca".</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"¿Quieres decir que no te lo quedaste?" dijo Sanderson.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"No tuve el corazón ", dijo Clayton.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Y Sanderson dijo que estaba sorprendido.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Nos reímos y Clayton pareció agraviado. "Lo sé", dijo, con el parpadeo de una sonrisa, "pero el hecho es que realmente era un fantasma, y estoy tan seguro como estoy de que estoy hablando contigo ahora. No estoy bromeando". . Me refiero a lo que digo."</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Sanderson aspiró profundamente su pipa, con un ojo rojizo en Clayton, y luego emitió un fino chorro de humo más elocuente que muchas palabras.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Clayton ignoró el comentario. "Es la cosa más extraña que me ha pasado en mi vida. Ya sabes, nunca creí en fantasmas ni nada por el estilo, antes, nunca; y luego, ya sabes, guardo uno en una esquina; y todo el asunto esta en mis manos."</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Meditó aún más profundamente, y sacó y comenzó a perforar un segundo cigarro con un pequeño y curioso apuñalador que afectó.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"¿Hablaste con él?" preguntó Wish.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"Por el espacio, probablemente, de una hora."</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"¿Hablador?" Dije, uniéndome al partido de los escépticos.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"El pobre diablo estaba en problemas", dijo Clayton, inclinado sobre la colilla de su cigarro y con una leve nota de reproche.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"¿Sollozando?" alguien preguntó.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Clayton exhaló un suspiro realista al recordarlo. "¡Buen señor!" él dijo; "sí." Y luego, "¡Pobre hombre! Sí".</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"¿Dónde lo golpeaste?" preguntó Evans, con su mejor acento americano.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"Nunca me di cuenta", dijo Clayton, ignorándolo, "la pobre clase de cosas que un fantasma puede ser", y nos colgó de nuevo por un tiempo, mientras buscaba fósforos en su bolsillo y encendía y calentaba su cigarro.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"Aproveché", reflexionó al fin.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Ninguno de nosotros tenía prisa. "Un personaje", dijo, "sigue siendo el mismo personaje por todo lo que ha sido incorpóreo. Eso es algo que olvidamos con demasiada frecuencia. Las personas con cierta fuerza o determinación de propósito pueden tener fantasmas de cierta fuerza y determinación de propósito. -La mayoría de los fantasmas inquietantes, ya sabes, deben tener una sola idea como monomaníacos y ser tan obstinados como mulas para volver una y otra vez. Esta pobre criatura no lo era. De repente levantó la vista de forma bastante extraña y recorrió la habitación con la mirada. "Lo digo", dijo, "con toda amabilidad, pero esa es la pura verdad del caso. Incluso a primera vista me pareció débil".</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Lo puntuó con la ayuda de su puro.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"Me encontré con él, ya sabes, en el largo pasillo. Estaba de espaldas a mí y lo vi primero. De inmediato lo reconocí por un fantasma. Era transparente y blanquecino; limpio a través de su pecho pude ver el destello de la pequeña ventana al final. Y no sólo su físico, sino su actitud me parecieron débiles. Parecía, ya sabes, como si no supiera en lo más mínimo lo que se proponía hacer. Una mano estaba en los paneles y el otro se acercó a la boca. Como ... ¡ASÍ!</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"¿Qué tipo de físico?" dijo Sanderson.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"Delgado. Ya conoces esa clase de cuello de joven que tiene dos grandes ondulaciones en la espalda, aquí y aquí, ¡así que! Y una cabeza pequeña y mezquina con el pelo revuelto ... Y bastante malas orejas. Hombros malos, más estrechos que las caderas; cuello vuelto, chaqueta corta confeccionada, pantalón holgado y un poco deshilachado en los talones. Así me tomó. Subí muy silenciosamente las escaleras. No llevaba luz, ya sabes, las velas están en la mesa del rellano y allí está esa lámpara, y yo estaba en mis pantuflas, y lo vi cuando me acerqué. Me detuve en seco ante eso, tomándolo. No tenía ni un poco de miedo. Creo que en la mayoría de estos asuntos uno nunca está tan asustado o emocionado como uno se imagina. Me sorprendió e interesé. Pensé: "¡Dios mío! ¡Aquí hay un fantasma por fin! Creí por un momento en fantasmas durante los últimos veinticinco años '".</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"Um", dijo Wish.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"Supongo que no estaba en el rellano un momento antes de que se enterara de que estaba allí. Se volvió bruscamente hacia mí y vi el rostro de un joven inmaduro, una nariz débil, un bigote pequeño y respingón, una barbilla débil. Así que por un instante nos quedamos parados; él me miró por encima del hombro y se miró el uno al otro. Luego pareció recordar su alta vocación. Se dio la vuelta, se irguió, proyectó su rostro, levantó los brazos, extendió las manos en señal de aprobación. moda fantasma - vino hacia mí. Mientras lo hacía, su pequeña mandíbula cayó, y emitió un débil y prolongado 'Boo'. No, no fue, ni un poco terrible. Había cenado. Había tomado una botella de champán y, estando solo, tal vez dos o tres, tal vez incluso cuatro o cinco, whiskies, así que estaba tan sólido como las rocas y no más asustado que si me hubiera atacado una rana. Dije. ' Disparates. Tu no perteneces a este lugar. ¿Qué estás haciendo aquí?'</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">“Pude verlo hacer una mueca de dolor. 'Boo-oo', dijo.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"'¡Boo, que te cuelguen! ¿Eres miembro?' Dije; y solo para demostrar que no me importaba un alfiler, atravesé una esquina de él y me dispuse a encender mi vela. '¿Eres miembro?' Repetí, mirándolo de reojo.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"Se movió un poco para alejarse de mí, y su porte se volvió cabizbajo. 'No', dijo, en respuesta al interrogatorio persistente de mi ojo; 'No soy un miembro, soy un fantasma.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"'Bueno, eso no te da la dirección del Mermaid Club. ¿Hay alguien a quien quieras ver, o algo por el estilo?' y haciéndolo lo más firmemente posible por temor a que confundiera el descuido del whisky con la distracción del miedo, prendí mi vela. Me volví hacia él, sosteniéndola. "¿Qué estás haciendo aquí?" Dije.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"Había dejado caer las manos y dejado de abuchear, y allí estaba, avergonzado e incómodo, el fantasma de un joven débil, tonto y sin rumbo".</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">“'No tienes nada que hacer', dije en voz baja.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">“'Soy un fantasma', dijo, como en defensa.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"'Eso puede ser, pero no tienes ningún negocio que frecuentar aquí. Este es un club privado respetable; la gente a menudo se detiene aquí con niñeras y niños, y, yendo de la manera descuidada que lo haces, algún pobrecito podría fácilmente verte a ti y se asustará. Supongo que no pensaste en eso.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">“'No, señor', dijo, 'no lo hice'.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"'Deberías haberlo hecho. No tienes ningún derecho sobre el lugar, ¿verdad? ¿No fueron asesinados aquí, ni nada por el estilo?'</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"'Ninguno, señor; pero pensé que como era viejo y con paneles de roble ...</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">“'Eso no es excusa. Lo miré con firmeza. "Que venga aquí es un error", dije, en un tono de superioridad amistosa. Fingí para ver si tenía mis cerillas, y luego lo miré con franqueza. "Si yo fuera usted, no lo haría". No espere el canto del gallo, desaparecería enseguida.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">—Parecía avergonzado. —El hecho es , señor ... —comenzó.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">“'Me desvanecería, dije, conduciéndolo a casa.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"'El hecho es, señor, que, de alguna manera, no puedo.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"'¿No puedes ?'</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"'No, señor. Hay algo que he olvidado. He estado merodeando por aquí desde la medianoche de anoche, escondido en los armarios de las habitaciones vacías y cosas así. Estoy agitado. Nunca he venido a perseguir antes, y parece que me molesta.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"'¿Sacarlo?'</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"'Sí, señor. He intentado hacerlo varias veces, y no sale. Se me ha escapado una cosita y no puedo volver".</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"Eso, ya sabes, me dejó bastante boquiabierto. Me miró de una manera tan abyecta que por mi vida no pude mantener la vena alta e intimidante que había adoptado." Eso es raro ", dije. y mientras hablaba, me pareció oír a alguien moviéndose abajo. "Entra en mi habitación y cuéntame más sobre esto", dije. "Por supuesto, no entendió esto", y traté de llevarlo ¡Pero, por supuesto, también podría haber intentado agarrar una bocanada de humo! Había olvidado mi número, creo; de todos modos, recuerdo haber entrado en varios dormitorios; tuve suerte de que fuera la única alma en esa ala - hasta que vi mis trampas. 'Aquí estamos', dije, y me senté en el sillón; 'siéntese y cuénteme todo. Me parece que se ha metido en un posición muy incómoda, viejo.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"¡Bueno, dijo que no se sentaría! Preferiría revolotear de un lado a otro de la habitación si a mí me daba lo mismo. Y así lo hizo, y en un rato estábamos sumidos en una larga y seria, Y ahora, ya sabes, algo de esos whiskies y refrescos se evaporó de mí, y comencé a darme cuenta un poco del ron estruendoso y del extraño negocio en el que me encontraba. Allí estaba él, semitransparente ... el fantasma convencional adecuado, y silencioso no era el, sino el fantasma de una voz, revoloteando de un lado a otro en ese viejo dormitorio bonito, limpio y tapizado de cretona. Se podía ver el brillo de los candelabros de cobre a través de él, y las luces de latón. guardabarros, y las esquinas de los grabados enmarcados en la pared, - y allí me estaba contando todo sobre esta pequeña y miserable vida suya que acababa de terminar en la tierra, un rostro particularmente honesto, ya sabes, pero siendo transparente, por supuesto, no pudo evitar decir la verdad ".</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"¿Eh?" dijo Wish, sentándose de repente en su silla.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"¿Qué?" dijo Clayton.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"Ser transparente, no pude evitar decir la verdad, no lo veo", dijo Wish.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">" No lo veo", dijo Clayton, con una seguridad inimitable. "Pero es así, se lo puedo asegurar de todos modos. No creo que se haya alejado ni un ápice de la verdad bíblica. Me contó cómo lo habían matado: bajó a un sótano de Londres con una vela para mirar por una fuga de gas, y se describió a sí mismo como un maestro de inglés senior en una escuela privada de Londres cuando ocurrió esa liberación ".</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"¡Pobre desgraciado!" dije yo.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"Eso es lo que pensé, y cuanto más hablaba, más lo pensaba. Ahí estaba, sin propósito en la vida y sin propósito fuera de ella. Hablaba de su padre, madre y maestro de escuela, y de todos los que alguna vez habían sido algo para él, en el mundo mezquino. Había sido demasiado sensible, demasiado nervioso; ninguno de ellos lo había valorado adecuadamente ni lo había entendido, dijo. Nunca había tenido un verdadero amigo en el mundo, creo; nunca había tenido un éxito Había eludido los juegos y reprobado los exámenes. "Es así con algunas personas", dijo, "cada vez que entré en la sala de exámenes o en cualquier lugar, todo parecía irse". Comprometido para casarse, por supuesto, con otra persona hipersensible, supongo, cuando la indiscreción con la fuga de gas puso fin a sus asuntos. —¿Y dónde estás ahora? Pregunté. '¿No en ...?'</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"No estaba claro en ese punto en absoluto. La impresión que me dio fue una especie de vago estado, intermedio, una reserva especial por las almas demasiado inexistente para algo tan positivo como sea pecado o virtud. Yo no hago Él era demasiado egoísta y poco observador para darme una idea clara del tipo de lugar, tipo de país que hay en el Otro Lado de las Cosas. Donde quiera que estuviera, parece haber caído con un grupo de almas gemelas : fantasmas de jóvenes cockney débiles, que estaban sobre la base de los nombres de pila, y entre ellos ciertamente se habló mucho sobre "ir obsesionando" y cosas así. Sí, ir obsesionando! Parecían pensar "obsesionando" fue una aventura tremenda, y la mayoría de ellos la pasaron mal todo el tiempo. Y tan preparado, ya sabes, había venido ".</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"¡Pero en serio!" dijo Wish al fuego.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"Estas son las impresiones que me dio, de todos modos", dijo Clayton, modestamente. Por supuesto, pude haber estado en un estado bastante acrítico, pero ese era el tipo de trasfondo que se dio a sí mismo. Seguía revoloteando arriba y abajo, con su voz tenue hablando, hablando de su miserable yo, y nunca un palabra de declaración clara y firme de principio a fin. Estaba más delgado, más tonto y más inútil que si hubiera sido real y vivo. Solo entonces, ya sabes, no habría estado en mi habitación aquí, si hubiera estado vivo. Debería haberlo echado ".</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"Por supuesto," dijo Evans, "no son pobres mortales por el estilo."</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"Y hay tantas posibilidades de que tengan fantasmas como el resto de nosotros", admití.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Y decidí detenerlo de inmediato. Puede que sea un bruto, ya sabes, pero ser el único amigo real, el destinatario de las confidencias de uno de estos debiluchos egoístas, fantasmas o muertos, está más allá de mi resistencia física. Me levanté enérgicamente. —No se preocupe demasiado por estas cosas —dije—. Lo que tienes que hacer es salir de esto, salir de esto, rápido. Te recompones y prueba . "No puedo", dijo. "Inténtelo", le dije, y lo intentó.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"¡Intentar!" dijo Sanderson. " ¿Cómo ?"</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"Pases", dijo Clayton.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"¿Pases?"</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"Complicada serie de gestos y pases con las manos. Así había entrado él y así tenía que volver a salir. ¡Señor! ¡Qué negocio tenía!"</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"¿Pero cómo podría una serie de pases ...?" Comencé.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"Mi querido amigo," dijo Clayton, girando sobre mí y poniendo un gran énfasis en ciertas palabras, "desea todo claro. Yo no sé qué . Todo lo que sé es que se hace -que se hizo, de todos modos, por lo al menos. Después de un tiempo terrible, ya sabes, acertó en sus pases y de repente desapareció ".</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"¿Observó usted los pases", dijo Sanderson lentamente?</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"Sí", dijo Clayton, y pareció pensar. "Fue tremendamente extraño", dijo. "Ahí estábamos, yo y este vago y delgado fantasma, en esa habitación silenciosa, en esta posada silenciosa y vacía, en esta pequeña ciudad silenciosa de viernes por la noche. Ni un sonido excepto nuestras voces y un leve jadeo que hizo cuando se balanceó, era la vela del dormitorio, y una vela encendida en el tocador, eso era todo; a veces, una u otra ardía en una llama alta, delgada y asombrada por un espacio. Y sucedieron cosas extrañas. 'él dijo;' ¡Yo nunca ...! ' Y de pronto se sentó en una sillita a los pies de la cama y empezó a sollozar y sollozar ¡Señor! ¡Qué cosa tan desgarradora y llorona parecía!</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">'Te recuperas", dije, y traté de darle una palmada en la espalda, y ... ¡mi mano confundida lo atravesó! Para ese momento, ya sabes, yo no estaba tan ... mareado como antes. Estaba en el rellano. Me di cuenta de lo extraño que era. Recuerdo que aparté mi mano de él, por así decirlo, con un poco de emoción, y me acerqué al tocador, a él, 'y prueba'. Y para animarlo y ayudarlo comencé a intentarlo también ".</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"¡Qué!" dijo Sanderson, "los pases?"</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"Sí, los pases".</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"Pero-" dije, movido por una idea que se me escapó por un espacio.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"Esto es interesante", dijo Sanderson, con el dedo en la pipa. "Quieres decir que este fantasma tuyo se delató ..."</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"¿Hizo lo mejor que pudo para revelar toda la barrera? Sí ".</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"No lo hizo", dijo Wish; "No pudo. O tú también habrías ido allí."</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"Eso es precisamente", dije, encontrando mi esquiva idea expresada en palabras.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"Eso es precisamente", dijo Clayton, con ojos pensativos sobre el fuego.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Por un momento hubo silencio.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"¿Y por fin lo hizo?" dijo Sanderson.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"Por fin lo hizo. Tuve que mantenerlo a la altura, pero por fin lo hizo, bastante repentinamente. Se desesperó, tuvimos una escena, y luego se levantó abruptamente y me pidió que repasara todo la actuación, lentamente, para que pudiera ver. "Creo", dijo, "si pudiera ver , detectaría lo que estaba mal de inmediato". Y lo hizo. " Lo sé", dijo. "¿Qué sabes?" " Lo sé", repitió. Luego dijo, malhumorado: "No puedo hacerlo si me miras, realmente no puedo; ha sido eso, en parte, todo el tiempo. Soy un tipo tan nervioso que me echaste. Bueno, tuvimos una pequeña discusión. Naturalmente quería ver; pero él era tan obstinado como una mula, y de repente yo había llegado tan cansado como un perro; él me cansaba. «Está bien», dije, « no te miraré», y me volví hacia el espejo, en el armario, junto a la cama.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Empezó muy rápido. Traté de seguirlo mirando en el espejo, para ver qué hacía. Rodeó sus brazos y sus manos, así, y así, y así, y luego, con prisa, llegó el último gesto de todos: te paras erguido y abre los brazos, y entonces, ¿no lo sabes? se detuvo. ¡Y luego no estaba! ¡No estaba! ¡No estaba! Me di la vuelta desde el espejo hacia él. No había nada. Estaba solo, con las velas encendidas y una mente aturdida. ¿Qué ha pasado? ¿Había pasado algo? ¿Había estado soñando? . . . Y luego, con una absurda nota de finalidad, el reloj del rellano descubrió que había llegado el momento de dar la una . ¡Entonces! - ¡Ping! Y yo estaba tan serio y sobrio como un juez, con todo mi champán y whisky en el vasto sereno. Sintiéndome raro raro ! ¡Queer! ¡Buen señor!"</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Contempló la ceniza de su puro durante un momento. "Eso es todo lo que pasó", dijo.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"¿Y luego te fuiste a la cama?" preguntó Evans.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"¿Qué más había que hacer?"</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Miré a Wish a los ojos. Queríamos burlarnos, y había algo, quizás algo en la voz y los modales de Clayton, que obstaculizó nuestro deseo.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"¿Y sobre estos pases?" dijo Sanderson.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"Creo que podría hacerlos ahora".</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"¡Oh!" —dijo Sanderson, sacó una navaja y se dispuso a arrancar el dottel del cuenco de arcilla.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"¿Por qué no los haces ahora?" —dijo Sanderson, cerrando su cortaplumas con un clic.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"Eso es lo que voy a hacer", dijo Clayton.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"No funcionarán", dijo Evans.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"Si lo hacen ..." sugerí.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"Sabes, preferiría que no lo hicieras", dijo Wish, estirando las piernas.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"¿Por qué?" preguntó Evans.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"Preferiría que no lo hiciera", dijo Wish.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"Pero no las tiene bien", dijo Sanderson, poniendo demasiado tabaco en su pipa.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"De todos modos, preferiría que no lo hiciera", dijo Wish.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Discutimos con Wish. Dijo que para Clayton hacer esos gestos era como burlarse de un asunto serio. "¿Pero no crees…?" Dije. Wish miró a Clayton, que estaba mirando al fuego, sopesando algo en su mente. "Lo hago - más de la mitad, de todos modos," dijo Wish.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"Clayton", dije, "eres un mentiroso demasiado bueno para nosotros. La mayor parte estuvo bien. Pero esa desaparición ... resultó ser convincente. Cuéntanos, es una historia de gallos y toros".</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Se puso de pie sin prestarme atención, tomó el centro de la alfombra de la chimenea y me miró. Por un momento se miró los pies pensativamente, y luego durante el resto del tiempo sus ojos estuvieron en la pared opuesta, con una expresión atenta. Levantó las dos manos lentamente al nivel de sus ojos y así comenzó. . . .</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Ahora, Sanderson es un francmasón, un miembro de la logia de los Cuatro Reyes, que se dedica tan hábilmente al estudio y elucidación de todos los misterios de la Masonería pasados y presentes, y entre los estudiantes de esta logia Sanderson no es de ninguna manera el menos. Siguió los movimientos de Clayton con un interés singular en su ojo rojizo. "Eso no está mal", dijo, cuando terminó. "Realmente haces, ya sabes, armar las cosas, Clayton, de la manera más asombrosa. Pero hay un pequeño detalle".</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"Lo sé", dijo Clayton. "Creo que podría decirte cuál".</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"¿Bien?"</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"Esto", dijo Clayton, e hizo un extraño giro, retorciéndose y empujando las manos.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"Sí."</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"Eso, ya sabes, fue lo que no pudo hacer bien", dijo Clayton. "Pero, ¿cómo hacer que ..?"</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"La mayor parte de este negocio, y en particular cómo lo inventaste, no lo entiendo en absoluto", dijo Sanderson, "pero solo esa fase, la entiendo". Reflexionó. "Estos resultan ser una serie de gestos - conectados con cierta rama de la Masonería esotérica. Probablemente ya lo sepas. O si no ... ¿cómo ?" Reflexionó aún más. "No veo que pueda hacer ningún daño al decirte el giro adecuado. Después de todo, si lo sabes, lo sabes; si no lo sabes, no lo sabes".</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"No sé nada", dijo Clayton, "excepto lo que el pobre diablo soltó anoche".</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"Bueno, de todos modos", dijo Sanderson, y colocó al guardián de la iglesia con mucho cuidado en el estante sobre la chimenea. Luego gesticuló muy rápidamente con las manos.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"¿Entonces?" —dijo Clayton, repitiendo.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"Entonces", dijo Sanderson, y volvió a tomar su pipa en la mano.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"Ah, ahora ", dijo Clayton, "puedo hacer todo, bien".</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Se puso de pie ante el fuego menguante y nos sonrió a todos. Pero creo que solo había una pequeña vacilación en su sonrisa. "Si empiezo ...", dijo.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"Yo no empezaría", dijo Wish.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"¡Todo está bien!" dijo Evans. "La materia es indestructible. No crees que ningún hechizo de este tipo va a llevar a Clayton al mundo de las sombras. ¡No! Puedes intentarlo, Clayton, en lo que a mí respecta, hasta que tus brazos se caigan. en las muñecas ".</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"No creo eso", dijo Wish, y se puso de pie y puso su brazo sobre el hombro de Clayton. "¡Me has hecho creer a medias en esa historia de alguna manera, y no quiero ver que se termine!"</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"¡Bondad!" dije yo, "aquí está Wish asustado!"</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"Lo soy", dijo Wish, con real o admirablemente fingida intensidad. "Creo que si se pasa a través de estos movimientos a la derecha que va a ir ."</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"No hará nada por el estilo", grité. "Sólo hay una salida de este mundo para los hombres, y Clayton está a treinta años de eso. Además ... ¡Y qué fantasma! ¿Crees que ...?"</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Wish me interrumpió moviéndose. Salió de entre nuestras sillas y se detuvo junto al tole y se quedó allí. "Clayton", dijo, "eres un tonto".</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Clayton, con una luz de humor en sus ojos, le devolvió la sonrisa. "Ojalá", dijo, "tiene razón y todos ustedes están equivocados. Yo iré. Llegaré al final de estos pases, y cuando el último silbido silbe en el aire, ¡Presto!", Esta alfombra estará vacía. La habitación será un asombro en blanco, y un caballero elegantemente vestido se sumergirá en el mundo de las sombras. Estoy seguro. Usted también lo estará. Me niego a seguir discutiendo. Dejemos que se pruebe la cosa.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">" No " , dijo Wish, dio un paso y se detuvo, y Clayton levantó las manos una vez más para repetir el fallecimiento del espíritu.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">En ese momento, ya sabes, todos estábamos en un estado de tensión, en gran parte debido al comportamiento de Wish. Nos sentamos todos con los ojos en Clayton; yo, al menos, con una especie de sensación de tensión y rigidez a mi alrededor, como si desde la parte de atrás del cráneo hasta la mitad de los muslos mi cuerpo se hubiera convertido en acero. Y allí, con una gravedad que era imperturbablemente serena, Clayton se inclinó, se balanceó y agitó las manos y los brazos ante nosotros. Mientras se acercaba al final, uno se amontonaba, uno hormigueaba en los dientes. El último gesto, ya he dicho, fue abrir los brazos de par en par, con la cara levantada. Y cuando por fin hizo este gesto de cierre, dejé incluso de respirar. Era ridículo, por supuesto, pero ya conoces esa sensación de historia de fantasmas. Fue después de la cena, en una extraña y vieja casa en sombras. ¿Él, después de todo ...?</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Allí permaneció un momento estupendo, con los brazos abiertos y el rostro vuelto hacia arriba, seguro y luminoso, al resplandor de la lámpara colgante. Aguantamos ese momento como si fuera una eternidad, y luego vino de todos nosotros algo que fue mitad un suspiro de alivio infinito y mitad un tranquilizador " ¡ No !" Porque visiblemente, no iba a ir. Todo era una tontería. Había contado una historia ociosa y la había llevado casi a la convicción, ¡eso era todo! . . . Y luego, en ese momento, el rostro de Clayton cambió.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Cambió. Cambió como cambia una casa iluminada cuando sus luces se apagan repentinamente. Sus ojos fueron repentinamente ojos fijos, su sonrisa se congeló en sus labios y se quedó quieto. Se quedó allí, balanceándose muy suavemente.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Ese momento también fue una eternidad. Y luego, ya sabes, las sillas raspaban, las cosas se caían y todos nos movíamos. Sus rodillas parecieron ceder y cayó hacia adelante, y Evans se levantó y lo tomó en sus brazos. . . .</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Nos asombró a todos. Por un minuto supongo que nadie dijo nada coherente. Lo creímos, pero no lo podíamos creer. . . . Salí de una gran confusión para encontrarme arrodillado a su lado, y su chaleco y su camisa estaban rotos, y la mano de Sanderson descansaba sobre su corazón. . . .</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Bueno, el simple hecho que tenemos ante nosotros bien podría esperar nuestra conveniencia; no teníamos prisa por comprender. Permaneció allí durante una hora; permanece en mi memoria, negro y asombroso aún, hasta el día de hoy. Clayton, de hecho, había pasado al mundo que está tan cerca y tan lejos del nuestro, y se había ido por el único camino que puede tomar un hombre mortal. Pero si realmente pasó por allí por el encantamiento de ese pobre fantasma, o si fue golpeado repentinamente por una apoplejía en medio de un relato ocioso, como el jurado forense quiere hacernos creer, no es asunto de mi juicio; es solo uno de esos enigmas inexplicables que deben permanecer sin resolver hasta que llegue la solución final de todas las cosas. Todo lo que sé ciertamente es que, en el mismo momento, en el mismo instante, de concluir esos pases, cambió y se tambaleó,</p><p style="text-align: right;">H.G. Wells</p><p style="text-align: right;">Reino Unido, 1866-1946 </p><p style="text-align: justify;"><br /></p>Leer para Crecerhttp://www.blogger.com/profile/15551595965623697609noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1089098649415894775.post-19339733582731042822021-03-16T09:00:00.079-05:002021-03-16T09:00:03.974-05:00Siete Ensayos de Interpretación de la Realidad Peruana Jose Carlos Mariátegui Libro Gratis<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhxiyVbD3vu6XpvkPYivZhlP0664yuY-TaEjcm7RkDfmris7j_3U-EHu4Bv-N5gnfJzy5EQYGAlEi3tHvPtGUdNzTcW0qfbpYklVLiUf_Ezqdz6gY7BFJ-Xv0HGf2qxf827J10BMYyB5Ri_/s1600/sieteensayoslibro.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="Siete Ensayos de Interpretación de la Realidad Peruana" border="0" data-original-height="1131" data-original-width="1600" height="452" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhxiyVbD3vu6XpvkPYivZhlP0664yuY-TaEjcm7RkDfmris7j_3U-EHu4Bv-N5gnfJzy5EQYGAlEi3tHvPtGUdNzTcW0qfbpYklVLiUf_Ezqdz6gY7BFJ-Xv0HGf2qxf827J10BMYyB5Ri_/w640-h452/sieteensayoslibro.png" title="Siete Ensayos de Interpretación de la Realidad Peruana Jose Carlos Mariátegui" width="640" /></a></div><br /><p style="text-align: justify;">Siete ensayos de interpretación de la realidad peruana, publicado por primera vez en 1928, por el escritor peruano Jose Carlos Mariátegui. Uno de los libros más importantes sobre Socialismo Latinoamericano traducido a varios idiomas.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><h3 style="text-align: justify;">Biografía de Jose Carlos Mariátegui</h3><div style="text-align: justify;">José Carlos Mariátegui nació el 14 de junio de 1894 en Moquega. Su padre abandona la casa cuando aún es pequeño. Su madre se mudó primero a Lima , luego a Huacho para criar a sus tres hijos. José Carlos tiene que abandonar sus estudios por una lesión en la pierna que ha cicatrizado gravemente. Será amputado en 1924.</div><div style="text-align: justify;">A los catorce años comenzó a trabajar como corredor del diario "La Prensa" donde luego se convirtió en columnista. Luego se trasladó a El Tiempo, luego creó su propio periódico, "La Razón", donde apoyó con virulencia a los estudiantes y trabajadores en rebelión. En 1920, Mariátegui tuvo que exiliarse en Europa: viajó por Francia, Alemania y especialmente Italia donde se casó con Ana Chiappe. Se incorporó a un círculo de estudios vinculado al Partido Socialista Italiano, asistió al Congreso de Livorno y a la escisión que dio origen al Partido Comunista Italiano.</div><div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">En 1922, Mariátegui fundó la primera célula comunista peruana. A su regreso al Perú en 1923, comenzó a analizar la situación del país desde un ángulo marxista y fundó la revista "Amauta". Creó el Partido Socialista (1928) que luego se convertiría en el Partido Comunista del Perú. Para Mariátegui, el problema de Perú y América Latina gira en torno a la cuestión indígena. Idealiza la civilización inca para convertirla en modelo de precomunismo agrario. Murió en abril de 1930.</div></div><div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">La obra principal de José Carlos Mariátegui es: Siete Ensayos de Interpretación de la Realidad Peruana.</div><p style="text-align: justify;"><br /></p><h3 style="text-align: justify;">Resumen Siete Ensayos de Interpretación de la Realidad Peruana</h3><p style="text-align: justify;">La obra esta dividida en los siguientes ensayos:</p><p></p><ul style="text-align: left;"><li style="text-align: justify;">El Esquema de la evolución económica: la economía peruana se basa en la feudal, burguesa y del tipo comunista indígena de la sierra de país. </li><li style="text-align: justify;">El problema del indio: es el problema de la propiedad concentrada en pocas personas. </li><li style="text-align: justify;">El problema de la tierra: trata de manera más particular los problemas agrarios e indígenas, Mariátegui culpa a los terratenientes por la situación económica del país y las miserables condiciones de vida de los nativos de la región.</li><li style="text-align: justify;">El proceso de la instrucción pública: una educación idealista y no practica. </li><li style="text-align: justify;">El factor religioso: la religión es inseparable de las personas, si se quiere cambiar tiene que cambiarse el régimen económico. </li><li style="text-align: justify;">Regionalismo y centralismo: el régimen político esta centralizado y aunque hay movimientos regionales que se desarrollan, no se puede hablar de un descentralismo político.</li><li style="text-align: justify;">Proceso de la literatura: el análisis de la literatura peruana buscando una identidad nacional.</li></ul><div style="text-align: justify;"><br /></div><h4 style="text-align: center;"><a href="https://bit.ly/3co6804" target="_blank"> Siete Ensayos de Interpretación de la Realidad Peruana Jose Carlos Mariátegui PDF</a></h4><p></p></div>Leer para Crecerhttp://www.blogger.com/profile/15551595965623697609noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1089098649415894775.post-8544742349791515372021-02-08T10:00:00.017-05:002021-02-08T10:00:00.470-05:00Vivir y morir Manuel González Prada poema<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg5gYbvpRdrHTGFCIY7iHyuSzFfViTQmhwvHdYLYjnZtbECWpVkdR4uW0ecUWsaiMuPBXs8duQ4rTz-TGvjGyOzQPiJn-6GnikeaUvevpKh-6lDoOJZGf-yDN0iuXQBqndz1a0eAtkcLAQK/s1280/sea-164989_1280.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="Poesia" border="0" data-original-height="853" data-original-width="1280" height="426" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg5gYbvpRdrHTGFCIY7iHyuSzFfViTQmhwvHdYLYjnZtbECWpVkdR4uW0ecUWsaiMuPBXs8duQ4rTz-TGvjGyOzQPiJn-6GnikeaUvevpKh-6lDoOJZGf-yDN0iuXQBqndz1a0eAtkcLAQK/w640-h426/sea-164989_1280.jpg" title="Vivir y morir Manuel González Prada" width="640" /></a></div><br /><p style="text-align: center;"><br /></p><p style="text-align: center;">Humo y nada el soplo de ser:</p><p style="text-align: center;">mueren hombre, pájaro y flor,</p><p style="text-align: center;">corre a mar de olvido el amor</p><p style="text-align: center;">huye a breve tumba el placer.</p><p style="text-align: center;"><br /></p><p style="text-align: center;">¿Dónde están las luces de ayer?</p><p style="text-align: center;">Tiene ocaso todo esplendor,</p><p style="text-align: center;">hiel esconde todo licor,</p><p style="text-align: center;">todo expía al mar de nacer.</p><p style="text-align: center;"><br /></p><p style="text-align: center;">¿Quién rio sin nunca gemir,</p><p style="text-align: center;">siendo el goce un dulce penar?</p><p style="text-align: center;">¡Loco y vano ardor el sentir!</p><p style="text-align: center;">¡Vano y loco anhelo el pensar!</p><p style="text-align: center;"><br /></p><p style="text-align: center;">¿Qué es vivir? Soñar sin dormir.</p><p style="text-align: center;">¿Qué es morir? Dormir sin soñar.</p><p style="text-align: center;"><br /></p><div style="text-align: center;"><div style="text-align: right;"><a href="https://www.leerparacrecer.me/search/label/Manuel%20Gonzalez%20Prada?&max-results=7" target="_blank">Manuel Gonzalez Prada</a></div><div style="text-align: right;">Lima, Perú 1844 - Lima, Perú 1918</div></div>Leer para Crecerhttp://www.blogger.com/profile/15551595965623697609noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1089098649415894775.post-18287585160840293842021-01-12T10:00:00.003-05:002021-01-12T10:00:08.999-05:00Los ratones de fray Martín Ricardo Palma<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhQj95fr1arBpdc5ebugvtgga22CcbIcXB4mqqSNcOj3MbVjhfS60pq6YrxlXAll3bzdlECv-5oMGdTKFJ_SEznn-iLuXTj8F1IUi9UTkFPzrsmD_TgjNMKb5yHZyKP2LwJB3KTYJEvvo69/s1280/sannartindeporres.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="Tradiciones Peruanas Ricardo Palma" border="0" data-original-height="766" data-original-width="1280" height="384" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhQj95fr1arBpdc5ebugvtgga22CcbIcXB4mqqSNcOj3MbVjhfS60pq6YrxlXAll3bzdlECv-5oMGdTKFJ_SEznn-iLuXTj8F1IUi9UTkFPzrsmD_TgjNMKb5yHZyKP2LwJB3KTYJEvvo69/w640-h384/sannartindeporres.png" title="Los ratones de fray Martín Ricardo Palma" width="640" /></a></div><p style="text-align: justify;">Y comieron en un plato</p><p style="text-align: justify;">perro, pericote y gato.</p><p style="text-align: justify;">Con este pareado termina una relación de virtudes y milagros que en hoja impresa circuló en Lima, allá por los años de 1840, con motivo de celebrarse en nuestra culta y religiosa capital las solemnes fiestas de beatificación de fray Martín de Porres.</p><p style="text-align: justify;">Nació este santo varón en lima el 9 de diciembre de 1579, y fue hijo natural del español don Juan de Porres, caballero de Alcántara, en una esclava panameña. Muy niño Martincito, llevolo su padre a Guayaquil, donde en una escuela, cuyo dómine hacía mucho uso de la cáscara de novillo, aprendió a leer y escribir. Dos o tres años más tarde, su padre regresó con él a Lima y púsolo a aprender el socorrido oficio de barbero y sangrador, en la tienda de un rapista de la calle de Malambo.</p><p style="text-align: justify;">Mal se avino Martín con la navaja y la lanceta, si bien salió diestro en su manejo, y optando por la carrera de santo, que en esos tiempos era una profesión como otra cualquiera, vistió a los veintiún años de edad el hábito de lego o donado en el convento de Santo Domingo, donde murió el 3 de noviembre de 1639 en olor de santidad.</p><p style="text-align: justify;">Nuestro paisano Martín de Porres, en vida y después de muerto, hizo milagros por mayor. Hacía milagros con la facilidad con que otros hacen versos. Uno de sus biógrafos (no recuerdo si es el padre Manrique o el médico Valdez) dice que el prior de los dominicos tuvo que prohibirle que siguiera milagreando (dispénsenme el verbo).Y para probar cuán arraigado estaba en el siervo de Dios el espíritu de obediencia, refiere que en momentos de pasar fray Martín frente a un andamio, cayose un albañil desde ocho o diez varas de altura, y que nuestro lego lo detuvo a medio camino gritando: «Espere un rato, hermanito» Y el albañil se mantuvo en el aire, hasta que regresó fray Martín con la superior licencia.</p><p style="text-align: justify;">¿Buenazo el milagrito, eh? Pues donde hay bueno hay mejor.</p><p style="text-align: justify;">Ordenó el prior al portentoso donado que comprase para consumo de la enfermería un pan de azúcar. Quizá no lo dio el dinero preciso para proveerse de la blanca y refinada, y presentósele fray Martín trayendo un pan de azúcar moscabada.</p><p style="text-align: justify;">-¿No tiene ojos, hermano? -díjole el superior.- ¿No ha visto que por lo prieta, más parece chancaca que azúcar?</p><p style="text-align: justify;">-No se incomode su paternidad -contestó con cachaza el enfermero.- Con lavar ahora mismo el pan de azúcar se remedia todo.</p><p style="text-align: justify;">Y sin dar tiempo a que el prior le arguyese, metió en el agua de la pila el pan de azúcar, sacándolo blanco y seco.</p><p style="text-align: justify;">¡Ea!, no me hagan reír, que tengo partido un labio.</p><p style="text-align: justify;">Creer o reventar. Pero conste que yo no le pongo al lector puñal al pecho para que crea. La libertad ha de ser libre, como dijo un periodista de mi tierra. Y aquí noto que habiéndome propuesto sólo hablar de los ratones sujetos a la jurisdicción de fray Martín, el santo se me estaba yendo al cielo. Punto con el introito y al grano, digo, a los ratones.</p><p style="text-align: justify;">Fray Martín de Porres tuvo especial predilección por los pericotes, incómodos huéspedes que nos vinieron casi junto con la conquista, pues hasta el año de 1552 no fueron esos animalejos conocidos en el Perú. Llegaron de España en uno de los buques que con cargamento de bacalao envió a nuestros puertos un don Gutierre, obispo de Palencia. Nuestros indios bautizaron a los ratones con el nombre de hucuchas, esto es, salidos del mar.</p><p style="text-align: justify;">En los tiempos barberiles de Martín, un pericote era todavía casi una curiosidad; pues relativamente la familia ratonesca principiaba a multiplicar. Quizá desde entonces encariñose por los roedores; y viendo en ellos una obra del Señor, es de presumir que diría, estableciendo comparación entre su persona y la de esos chiquitines seres, lo que dijo un poeta:</p><p style="text-align: justify;">El mismo tiempo malgastó en mí Dios,</p><p style="text-align: justify;">que en hacer un ratón, o a lo más dos.</p><p style="text-align: justify;">Cuando ya nuestro lego desempeñaba en el convento las funciones de enfermero, los ratones campaban, como moros sin señor, en celdas, cocina y refectorio. Los gatos, que se conocieron en el Perú desde 1537, andaban escasos en la ciudad. Comprobada noticia histórica es la de que los primeros gatos fueron traídos por Montenegro, soldado español, quien vendió uno, en el Cuzco y en seiscientos pesos, a don Diego de Almagro el Viejo.</p><p style="text-align: justify;">Aburridos los frailes con la invasión de roedores, inventaron diversas trampas para cazarlos, lo que rarísima vez lograban. Fray Martín puso también en la enfermería una ratonera, y un ratonzuelo bisoño, atraído por el tufillo del queso, se dejó atrapar en ella. Libertolo el lego y colocándolo en la palma de la mano, le dijo:</p><p style="text-align: justify;">-Váyase, hermanito, y diga a sus compañeros que no sean molestos ni nocivos en las celdas; que se vayan a vivir en la huerta, y que yo cuidaré de llevarles alimento cada día.</p><p style="text-align: justify;">El embajador cumplió con la embajada, y desde ese momento la ratonil muchitanga abandonó claustros y se trasladó a la huerta. Por supuesto que fray Martín los visitó todas las mañanas, llevando un cesto de desperdicios o provisiones, y que los pericotes acudían como llamados con campanilla.</p><p style="text-align: justify;">Mantenía en su celda nuestro buen lego un perro y un gato, y había logrado que ambos animales viviesen en fraternal concordia. Y tanto que comían juntos en la misma escudilla o plato.</p><p style="text-align: justify;">Mirábalos una tarde comer en sana paz, cuando de pronto el perro gruñó y encrespose el gato. Era que un ratón, atraído por el olorcillo de la vianda, había osado asomar el hocico fuera de su agujero. Descubriolo fray Martín, y volviéndose hacia perro y gato, les dijo:</p><p style="text-align: justify;">-Cálmense, criaturas del Señor, cálmense.</p><p style="text-align: justify;">Acercose en seguida al agujero del muro, y dijo:</p><p style="text-align: justify;">-Salga sin cuidado, hermano pericote. Paréceme que tiene necesidad de comer; apropíncuese, que no le harán daño.</p><p style="text-align: justify;">Y dirigiéndose a los otros dos animales, añadió:</p><p style="text-align: justify;">-Vaya, hijos, denle siempre un lugarcito al convidado, que Dios da para los tres.</p><p style="text-align: justify;">Y el ratón, sin hacerse de rogar, aceptó el convite, y desde ese día comió en amor y compaña con perro y gato.</p><p style="text-align: justify;">Y... y... y... ¿Pajarito sin cola? ¡Mamola!</p>Leer para Crecerhttp://www.blogger.com/profile/15551595965623697609noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1089098649415894775.post-88347882235489378492021-01-05T10:00:00.007-05:002021-01-05T10:00:08.358-05:00El romance de la felicidad Poema Jose Santos Chocano<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjrSD8pP7rlwBYkoouOrgVh_MSyTg16b5SxcpTE78g6Om-AEgHKvcZXJw6KF7OrFyJ82zzX51P-sO4XnpWnu2rrRxqkbW1pv-h7zXk7KqoHNaDMOZ0nT_npB0E6Jy2H638O2MhDGZB0a9_S/s1280/sea-5040367_1280.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="Atardecer Lima Peru" border="0" data-original-height="854" data-original-width="1280" height="428" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjrSD8pP7rlwBYkoouOrgVh_MSyTg16b5SxcpTE78g6Om-AEgHKvcZXJw6KF7OrFyJ82zzX51P-sO4XnpWnu2rrRxqkbW1pv-h7zXk7KqoHNaDMOZ0nT_npB0E6Jy2H638O2MhDGZB0a9_S/w640-h428/sea-5040367_1280.jpg" title="El romance de la Felicidad Jose Santos Chocano" width="640" /></a></div><br /><p style="text-align: center;">Felicidad: yo te he encontrado</p><p style="text-align: center;">Más de una vez en mi camino;</p><p style="text-align: center;">Pero al tender hacia ti el ruego</p><p style="text-align: center;">De mis dos manos has huido,</p><p style="text-align: center;">Dejando en ellas, solamente,</p><p style="text-align: center;">Cual una dádiva, cautivo</p><p style="text-align: center;">Algún mechón de tus cabellos</p><p style="text-align: center;">O algún jirón de tus vestidos.</p><p style="text-align: center;"><br /></p><p style="text-align: center;">Tanto mejor fuera no haberte</p><p style="text-align: center;">Hallado nunca en mi camino.</p><p style="text-align: center;">Por ser tu dueño, siento a veces</p><p style="text-align: center;">Que no soy dueño de mí mismo…</p><p style="text-align: center;">Toda esperanza es un engaño;</p><p style="text-align: center;">Todo deseo es un martirio…</p><p style="text-align: center;"><br /></p><p style="text-align: center;">Felicidad: te vi de cerca;</p><p style="text-align: center;">Pero no pude hablar contigo.</p><p style="text-align: center;"><br /></p><p style="text-align: center;">Ya voy sintiéndome cansado…</p><p style="text-align: center;">Cuando en la orilla del camino</p><p style="text-align: center;">Me siento a ver pasar a muchos</p><p style="text-align: center;">Que hacia ti vayan cual yo he ido,</p><p style="text-align: center;">Tal vez te atraiga mi reposo,</p><p style="text-align: center;">Mi displicente escepticismo,</p><p style="text-align: center;">Mi resignada indiferencia,</p><p style="text-align: center;">Mi corazón firme y tranquilo;</p><p style="text-align: center;">Y, paso a paso, a mí te acerques,</p><p style="text-align: center;">Sin que yo llegue a percibirlo,</p><p style="text-align: center;">Y, al fin, sentándote a mi lado,</p><p style="text-align: center;">Hablarme empieces: -Buen amigo…</p><p style="text-align: center;"><br /></p><p style="text-align: center;">¿Será mejor el no buscarte?</p><p style="text-align: center;">¿Será mejor el ser altivo</p><p style="text-align: center;">En la desgracia y no sentirse</p><p style="text-align: center;">Juguete vil de tus caprichos?</p><p style="text-align: center;"><br /></p><p style="text-align: center;">Yo solo sé que cuantas veces</p><p style="text-align: center;">Con más afán te he perseguido,</p><p style="text-align: center;">Más fácilmente, hacia más lejos,</p><p style="text-align: center;">Más desdeñosa huir te he visto.</p><p style="text-align: center;">Yo solo sé que cuantas veces</p><p style="text-align: center;">Tornó perfil un sueño mío,</p><p style="text-align: center;">Felicidad, te vi de cerca,</p><p style="text-align: center;">Pero no pude hablar contigo.</p><p style="text-align: center;"><br /></p><div style="text-align: right;"><a href="https://www.leerparacrecer.me/search/label/Jose%20Santos%20Chocano?&max-results=7" target="_blank">José Santos Chocano </a></div><div style="text-align: right;">Perú 1875-Chile 1934</div>Leer para Crecerhttp://www.blogger.com/profile/15551595965623697609noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1089098649415894775.post-83820575270381973692020-12-08T10:00:00.004-05:002020-12-08T10:00:07.114-05:00Hans Christian Andersen biografía corta<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhoEccnfcWMR4Tnz3KGc4B-ThEShn6wwU__uRJQ-N-TqiywN7rDayj-59c5NaMhHwMkT__q_7IioVkdEIFGOAAjtqqJX-xf2DPGhoqnHkrrUbq_vNO8VDIH9UqWuFC9U2fOPUBFsZNe7xdg/s1280/hcandersen.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="Hans Christian Andersen" border="0" data-original-height="720" data-original-width="1280" height="360" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhoEccnfcWMR4Tnz3KGc4B-ThEShn6wwU__uRJQ-N-TqiywN7rDayj-59c5NaMhHwMkT__q_7IioVkdEIFGOAAjtqqJX-xf2DPGhoqnHkrrUbq_vNO8VDIH9UqWuFC9U2fOPUBFsZNe7xdg/w640-h360/hcandersen.png" title="Hans Christian Andersen" width="640" /></a></div><br /><p style="text-align: justify;">Hans Christian Andersen (1805-1875) es conocido principalmente por los cuentos de hadas que produjo combinando leyendas populares y su propia imaginación. Los cuentos de hadas de Andersen no estaban destinados únicamente a niños, sino también a adultos. También ha escrito obras de teatro, novelas y relatos de viajes.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Hans Christian Andersen nació en los suburbios de Odense, Dinamarca el 2 de abril de 1805. Su padre era zapatero y su madre trabajaba como lavandera. Andersen recibió poca educación temprana, y de niño fue muy emocional, sufriendo todo tipo de miedos y humillaciones debido a su altura e intereses afeminados. Los ataques histéricos de calambres de Andersen fueron diagnosticados falsamente como ataques epilépticos.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">En 1816 murió su padre y Andersen se vio obligado a ir a trabajar. Fue por un corto tiempo aprendiz de tejedor y sastre, y también trabajó en una fábrica de tabaco. A la edad de 14 años, Andersen se mudó a Copenhague para comenzar una carrera como cantante, bailarín o actor; tenía una hermosa voz de soprano. Los siguientes tres años estuvieron llenos de penurias aunque encontró partidarios que le abrieron camino hasta el teatro. Andersen logró asociarse con el Teatro Real, pero tuvo que dejarlo cuando su voz comenzó a cambiar.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">En 1822, Jonas Collin, uno de los directores del Teatro Real, le otorgó a Andersen una beca para ingresar en la escuela primaria de Slagelse. Otros alumnos eran niños de 11 años mucho más jóvenes, entre los cuales Andersen, de 17 años, estaba definitivamente fuera de lugar. Sin embargo, en 1828 obtuvo la admisión a la Universidad de Copenhague, donde completó su educación.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">En 1829, el Royal Theatre produjo el drama musical de Anderson Amor en la torre de la iglesia de San Nicolás. En los años siguientes, también escribió arabescos, obras de teatro y novelas en prosa impresionista. Viajó mucho por Europa y siguió siendo un viajero apasionado durante toda su vida. En 1831 se publicó el primero de sus muchos bocetos de viaje. Durante sus viajes, Andersen conoció, entre otros, a <a href="https://www.leerparacrecer.me/search/label/Victor%20Hugo?&max-results=7" target="_blank">Victor Hugo</a>, Heinrich Heine, <a href="https://www.leerparacrecer.me/search/label/Honore%20de%20Balzac?&max-results=7" target="_blank">Balzac</a> y <a href="https://www.alexandredumasobras.com" target="_blank">Alejandro Dumas </a>y <a href="https://www.leerparacrecer.me/search/label/Charles%20Dickens?&max-results=7" target="_blank">Charles Dickens</a>.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Como novelista, Andersen hizo su gran avance con El improvisador (1835), utilizando Italia como escenario. La historia era autobiográfica y describía la integración de un niño pobre en la sociedad, un tema de autodescubrimiento del patito feo al que Andersen volvió en varias de sus obras.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Sin embargo, la fama de Andersen hoy se basa en sus Cuentos y cuentos de hadas, escritos entre 1835 y 1872. El tercer volumen de sus cuentos, publicado en 1837, contenía "La Sirenita", "<a href="https://www.leerparacrecer.me/2016/12/la-nina-de-los-fosforos-hans-christian.html" target="_blank">La niña de los fósforos</a>" y "El traje nuevo del emperador". Entre los otros cuentos de hadas más conocidos de Andersen se encuentran "El patito feo", "El yesquero", "Claus el Grande y Claus el Pequeño", "La princesa y el guisante", "<a href="https://www.leerparacrecer.me/2020/11/la-reina-de-las-nieves-hans-cristian.html" target="_blank">La reina de las nieves</a>", "El ruiseñor" y "El Soldadito de Plomo".</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">En sus colecciones de cuentos de hadas, Andersen abrió nuevos caminos tanto en estilo como en contenido, y empleó los modismos y construcciones del lenguaje hablado de una manera que era nueva en la escritura danesa. Su identificación con los desafortunados y marginados hizo que sus historias fueran muy convincentes.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Andersen escribió y reescribió sus memorias, El cuento de hadas de mi vida , pero la edición de 1855 generalmente se considera la estándar. Andersen murió en su casa de Rolighed el 4 de agosto de 1875. Es uno de los autores más conocidos y traducidos del mundo. Varias ediciones de sus cuentos de hadas así como versiones cinematográficas sirven para mantener viva su memoria.</p>Leer para Crecerhttp://www.blogger.com/profile/15551595965623697609noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1089098649415894775.post-73220960044921778912020-11-17T09:00:00.006-05:002020-11-22T19:57:42.798-05:00La Reina de las Nieves Hans Cristian Andersen Cuento Completo<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgpf9zkcs3L1myYjyXd7_YoQLDyLGpYWTbkypPnxMmsuceR2tb4yKYnpksVpaCWuTenmJ9bwe3VPU_jb4JIAoxcOg4Ma05i83se3UHimQYTQ5GVq3j4KM2VtP94Xe1C_GdjaoCEUrJUkup6/s1478/1478px-The_Snow_Queen_by_Elena_Ringo.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="La Reina de las Nieves de Elena Ringo" border="0" data-original-height="1080" data-original-width="1478" height="468" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgpf9zkcs3L1myYjyXd7_YoQLDyLGpYWTbkypPnxMmsuceR2tb4yKYnpksVpaCWuTenmJ9bwe3VPU_jb4JIAoxcOg4Ma05i83se3UHimQYTQ5GVq3j4KM2VtP94Xe1C_GdjaoCEUrJUkup6/w640-h468/1478px-The_Snow_Queen_by_Elena_Ringo.jpg" title="La Reina de las Nieves de Elena Ringo" width="640" /></a></div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><h3 style="text-align: justify;">PRIMERA HISTORIA. Que trata de un espejo y de las astillas</h3><p style="text-align: justify;">Ahora bien, comencemos. Cuando estemos al final de la historia, sabremos más de lo que sabemos ahora: pero para empezar.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Érase una vez un duende malvado, de hecho era el más travieso de todos los duendes. Un día estaba de muy buen humor, porque había hecho un espejo con el poder de hacer que todo lo que era bueno y hermoso cuando se reflejaba en él, pareciera pobre y mezquino; pero aquello que no servía para nada y se veía feo se mostraba magnificado y aumentado en fealdad. En este espejo los paisajes más hermosos parecían espinacas hervidas, y las mejores personas se convertían en espantos, o parecían pararse de cabeza; sus rostros estaban tan distorsionados que no podían ser reconocidos; y si alguien tiene un lunar, puede estar seguro de que se ampliaría y se extendería por la nariz y la boca.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjfQOB9NfMNGbtd4scGMkWw8o68i4H6rmVuk6uBEdlxjknx36pxDTAm5-UcYMHshB1ojxVcuWhN3oC_thPtvjwvRGiTFH8_AFUpgxBlKuE5jw5YOqKT2fYKg9tnvOfMAs4H2L-qxtdLs8hs/s726/Snow_Queen_02.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="Espejo" border="0" data-original-height="494" data-original-width="726" height="218" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjfQOB9NfMNGbtd4scGMkWw8o68i4H6rmVuk6uBEdlxjknx36pxDTAm5-UcYMHshB1ojxVcuWhN3oC_thPtvjwvRGiTFH8_AFUpgxBlKuE5jw5YOqKT2fYKg9tnvOfMAs4H2L-qxtdLs8hs/w320-h218/Snow_Queen_02.jpg" title="Duendes" width="320" /></a></div><br /><div style="text-align: justify;">"¡Qué diversión gloriosa!" dijo el duende. Si un buen pensamiento pasaba por la mente de un hombre, se veía una sonrisa en el espejo y el duende se reía con ganas de su inteligente descubrimiento. Todos los pequeños duendes que fueron a su escuela, porque él tenía una escuela de duendes, se dijeron unos a otros que había ocurrido un milagro; y que sólo ahora, como pensaban, sería posible ver cómo era realmente el mundo. Corrieron con el espejo; y por fin no hubo una tierra ni una persona que no estuviera representada distorsionada en el espejo. Entonces pensaron que volarían hacia el cielo y harían una broma allí. Cuanto más alto volaban con el espejo, más terriblemente sonreían: apenas podían sujetarlo. Volaron más y más alto, más y más cerca de las estrellas, cuando de repente el espejo se estremeció tan terriblemente con una sonrisa, que voló de sus manos y cayó a la tierra, donde se partió en cien millones y más pedazos. Y ahora funcionaba mucho más mal que antes; porque algunos de estos pedazos eran apenas del tamaño de un grano de arena, y volaban por el ancho mundo, y cuando llegaban a los ojos de la gente, allí se quedaban; y luego la gente veía todo pervertido, o solo tenía ojo para lo que era malo. Esto sucedió porque la parte más pequeña tenía el mismo poder que había poseído todo el espejo. Algunas personas incluso recibieron una astilla en su corazón, y haciendo que se estremecieran, porque su corazón se volvió como un trozo de hielo. Algunas de las piezas rotas eran tan grandes que se usaban como cristales de las ventanas, a través de las cuales no se podía ver a los amigos. Otras piezas fueron puestas en anteojos; y eso fue un asunto triste cuando la gente se puso sus lentes para ver bien y con razón. Entonces el duende malvado se rió hasta casi ahogarse, porque todo esto le hizo cosquillas en la imaginación. Las finas astillas todavía volaban por el aire: ahora escucharemos lo que sucedió a continuación.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><p></p><h3 style="text-align: justify;">SEGUNDA HISTORIA. Un niño y una niña</h3><p style="text-align: justify;">En un pueblo grande, donde hay tantas casas, y tanta gente, que no queda techo para que todos tengan un pequeño jardín; y dónde, por este motivo, la mayoría de las personas están obligadas a contentarse con flores en macetas; vivían dos niños pequeños, que tenían un jardín algo más grande que una maceta. No eran hermano y hermana; pero se preocupaban el uno por el otro como si lo fueran. Sus padres vivían exactamente al revés. Habitaban dos buhardillas; y donde el techo de una casa se unía al de la otra, y la canaleta corría a lo largo del extremo de la misma, había en cada casa una pequeña ventana: uno solo necesitaba pasar por encima de la canaleta para pasar de una ventana a la otra. .</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Los padres de los niños tenían allí grandes cajas de madera, en las que se plantaban verduras para la cocina y, además, pequeños rosales: en cada caja había una rosa y crecían espléndidamente. Ahora pensaron en colocar las cajas al otro lado de la cuneta, de modo que casi alcanzaran de una ventana a la otra y parecieran dos paredes de flores. Los zarcillos de los guisantes colgaban sobre las cajas; y los rosales se disparaban en ramas largas, se enroscaban alrededor de las ventanas y luego se doblaban unos hacia otros: era casi como un arco triunfal de follaje y flores. Las cajas eran muy altas y los niños sabían que no debían deslizarse sobre ellas; así que a menudo obtenían permiso para salir por la ventana y sentarse en sus pequeños taburetes entre las rosas, donde podían divertirse plenamente. En invierno se acabó este placer. Las ventanas a menudo se congelaron; pero luego calentaron monedas de cobre en la estufa y colocaron las monedas calientes en el cristal de la ventana, y tenían una mirilla bastante bien redondeada; y de cada uno se asomaba un ojo amable y amistoso: eran el niño y la niña quienes miraban hacia afuera. El nombre del niño era Kay, el de la niña era Gerda. En verano, con un salto, podían llegar el uno al otro; pero en invierno se vieron obligados a bajar primero las largas escaleras y luego subir las largas escaleras de nuevo: y fuera había una gran tormenta de nieve.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"Son las abejas blancas las que pululan", dijo la abuela de Kay.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"¿Las abejas blancas eligen una reina?" preguntó el niño; porque sabía que las abejas siempre tienen una.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"Sí", dijo la abuela, "vuela donde el enjambre cuelga en los racimos más densos. Es la más grande de todas; y nunca puede permanecer tranquila en la tierra, sino que vuelve a subir a las nubes negras. Muchas noches de invierno ella vuela por las calles de la ciudad y se asoma por las ventanas; y luego se congelan de una manera tan maravillosa que parecen flores ".</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"Sí, lo he visto", dijeron los dos niños; y entonces supieron que era verdad.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"¿Puede entrar la Reina de las Nieves?" dijo la niña.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"¡Solo déjala entrar!" dijo el niño. "Luego la pondría en la estufa y se derretiría".</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Y luego su abuela le dio unas palmaditas en la cabeza y le contó otras historias.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Por la noche, cuando el pequeño Kay estaba en casa, medio desnudo, se subió a la silla junto a la ventana y se asomó por el pequeño agujero. Caían algunos copos de nieve, y uno, el más grande de todos, quedó tendido en el borde de una maceta.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">El copo de nieve se hizo cada vez más grande; y por fin era como una señorita, vestida con la gasa blanca más fina, hecha de un millón de pequeños copos como estrellas. Era tan hermosa y delicada, pero era de hielo, de hielo deslumbrante y brillante; sin embargo, ella vivía; sus ojos miraban fijamente, como dos estrellas; pero no había tranquilidad ni reposo en ellos. Ella asintió con la cabeza hacia la ventana e hizo una seña con la mano. El niño se asustó y saltó de la silla; le pareció como si, en el mismo momento, un gran pájaro pasara volando por la ventana.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Al día siguiente hubo una fuerte helada, y luego llegó la primavera; el sol brillaba, aparecían las hojas verdes, las golondrinas construían sus nidos, se abrían las ventanas y los niños pequeños volvían a sentarse en su bonito jardín, en lo alto de los corredores de la azotea de la casa.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Ese verano las rosas florecieron con una belleza insólita. La niña había aprendido un himno, en el que había algo sobre rosas; y luego pensó en sus propias flores; y le cantó el verso al niño, quien luego lo cantó con ella:</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"La rosa en el valle está floreciendo tan dulcemente,</p><p style="text-align: justify;">Y los ángeles descienden allí a los niños para saludar".</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Y los niños se tomaron de la mano, besaron las rosas, miraron hacia el claro sol y hablaron como si realmente vieran ángeles allí. ¡Qué hermosos días de verano eran esos! ¡Qué placer estar en el aire, cerca de los rosales frescos, que parece que nunca terminarían de florecer!</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Kay y Gerda miraron el libro de imágenes lleno de bestias y pájaros; y fue entonces —el reloj de la torre de la iglesia daba las cinco— cuando Kay dijo: "¡Oh! ¡Siento un dolor tan agudo en el corazón; y ahora algo me ha entrado en el ojo!"</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">La niña le rodeó el cuello con los brazos. Guiñó sus ojos; ahora no había nada que ver.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"Creo que ya salió", dijo; pero no era así. Era solo uno de esos trozos de vidrio del espejo mágico que se le había metido en el ojo; y el pobre Kay tenía otro pedazo justo en su corazón. Pronto se convertiría en hielo. Ya no dolía, pero ahí estaba.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"¿Por qué lloras?" preguntó él. "¡Te ves tan fea! No me pasa nada. ¡Ah!", Dijo de inmediato, "¡esa rosa está arrugada! ¡Y mira, esta está bastante torcida! ¡Después de todo, estas rosas son muy feas! ¡Son como las caja en la que están plantadas! " Y luego le dio a la caja una buena patada con el pie y levantó las dos rosas.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"¿Qué estás haciendo?" gritó la niña; y al percibir su espanto, arrancó otra rosa, se subió a la ventana y se alejó apresuradamente de la querida Gerda.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Luego, cuando ella le trajo su libro de imágenes, él preguntó: "¿Qué horribles bestias tienes allí?" Y si su abuela les contaba historias, él siempre la interrumpía; además, si podía, se colocaba detrás de ella, se ponía las gafas e imitaba su forma de hablar; copiando todos sus movimientos, haciendo que todos se rieran de él. Pronto pudo imitar el andar y los modales de todos en la calle. Todo lo que era peculiar y desagradable en ellos, eso Kay sabía cómo imitar: y en esos momentos toda la gente decía: "¡El niño es ciertamente muy inteligente!" Pero era el vidrio que tenía en el ojo; el vidrio que se le clavaba en el corazón, que le hacia burlarse incluso de la pequeña Gerda, que le dedicaba toda el alma.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Sus juegos ahora eran bastante diferentes a los que habían sido antes, eran tan complicados. Un día de invierno, cuando los copos de nieve volaban, extendió las faldas de su abrigo azul y recogió la nieve que caía.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"Mira a través de este cristal, Gerda", dijo. Y cada copo parecía más grande y parecía una flor magnífica o una hermosa estrella; ¡Fue espléndido de ver!</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"¡Mira, qué inteligente!" dijo Kay. "¡Eso es mucho más interesante que las flores reales! Son lo más exactas posible; ¡no hay falla en ellas, si no se derriten!"</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Poco después de esto, llegó un día Kay con grandes guantes puestos y su trineo a la espalda, y gritó en los oídos de Gerda: "Tengo permiso para salir a la plaza donde están jugando los demás";</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Allí, en la plaza del mercado, algunos de los muchachos más atrevidos solían atar sus trineos a los carros cuando pasaban, así que los arrastraron y dieron un buen paseo. ¡Fue tan impresionante! Justo cuando estaban en el colmo de su diversión, pasó un gran trineo: pintado de blanco, y había alguien envuelto en un manto blanco de piel áspera, con un gorro de piel blanca en la cabeza. El trineo dio la vuelta a la plaza dos veces, Kay se ató a su trineo lo más rápido que pudo y partió con él. Continuaron avanzando cada vez más rápido hacia la siguiente calle; y la persona que conducía se volvió hacia Kay y lo saludó con un gesto amistoso, como si se conocieran. Cada vez que iba a desatar su trineo, la persona le saludaba con la cabeza y luego Kay se sentaba en silencio; y así siguieron hasta que llegaron fuera de las puertas de la ciudad. Entonces la nieve comenzó a caer tan densamente que el niño no podía ver ni un brazo de distancia por delante de él, pero seguía andando: cuando de repente soltó la cuerda que tenía en la mano para soltarse del trineo, pero no sirvió de nada; el pequeño vehículo seguía avanzando con la rapidez del viento. Lloró tan fuerte como pudo, pero nadie lo escuchó; la nieve se movía y el trineo volaba, y a veces daba una sacudida como si estuvieran conduciendo sobre setos y zanjas. Estaba bastante asustado e intentó repetir el Padrenuestro; pero todo lo que pudo hacer, sólo pudo recordar la tabla de multiplicar. cuando de repente soltó la cuerda que tenía en la mano para soltarse del trineo, pero no sirvió de nada; el pequeño vehículo seguía avanzando con la rapidez del viento. </p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Los copos de nieve se hicieron cada vez más grandes, hasta que por fin parecían grandes aves blancas. De repente volaron por un lado; el gran trineo se detuvo y la persona que lo conducía se levantó. Era una dama; su capa y su gorro eran de nieve. Era alta y de figura esbelta, y de una blancura deslumbrante. Era la Reina de las Nieves.</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEglLqClH8K85ZaQf-xP__2Zm1n9Cu61-ZCZL0hYInJlNt9oGx1MloqC-YDY8hA3sCf-ZfvB-khBllfFiM-S49hpIl0Tqmf9PKJk_RK2rPXfk3B21iejaFKAiAsDOGiy-T1DLkyUkdSPVrIf/s1024/Rudolf_Koivu_-_Lumikuningatar.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em; text-align: center;"><img alt="La Reina de las Nieves" border="0" data-original-height="1024" data-original-width="646" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEglLqClH8K85ZaQf-xP__2Zm1n9Cu61-ZCZL0hYInJlNt9oGx1MloqC-YDY8hA3sCf-ZfvB-khBllfFiM-S49hpIl0Tqmf9PKJk_RK2rPXfk3B21iejaFKAiAsDOGiy-T1DLkyUkdSPVrIf/w253-h400/Rudolf_Koivu_-_Lumikuningatar.jpg" title="La Reina de las Nieves" width="253" /></a></div><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"Hemos viajado rápido", dijo ella; "pero hace mucho frío. Métete bajo mi piel de oso". Y ella lo puso en el trineo a su lado, lo envolvió con la piel y él sintió como si se hundiera en una corona de nieve.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"¿Todavía tienes frío?" preguntó ella; y luego le besó la frente. ¡Ah! estaba más frío que el hielo; le penetró hasta el corazón, que ya era casi un bulto helado; le pareció como si estuviera a punto de morir, pero un momento más y fue muy agradable para él, y no notó el frío que lo rodeaba.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"¡Mi trineo! ¡No olvides mi trineo!" Fue lo primero que pensó. Allí estaba atado a uno de las avees blancas, que volaban con él a lomos del gran trineo. La Reina de las Nieves besó a Kay una vez más, y Kay se olvidó de la pequeña Gerda, de la abuela y de todos los que había dejado en su casa.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"Ahora no tendrás más besos", dijo ella, "¡o de lo contrario debería besarte hasta la muerte!"</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Kay la miró. Ella era muy bella; un semblante más inteligente o más hermoso que no podía imaginarse; y ya no parecía de hielo como antes, cuando se sentó fuera de la ventana y le hizo señas; a sus ojos ella era perfecta, no la temía en absoluto, y le decía que sabía calcular mentalmente y con fracciones, incluso; que sabía cuántos kilómetros cuadrados había en los diferentes países y cuántos habitantes tenían; y ella sonrió mientras él hablaba. Entonces le pareció que lo que sabía no era suficiente, y miró hacia arriba en el gran espacio vacío sobre él, y ella voló con él; voló alto, las nubes negras, mientras la tormenta gemía y silbaba como si cantara una vieja melodía. Sobrevolaron bosques y lagos, mares y muchas tierras; y debajo de ellos la tormenta gélida se precipitó rápidamente, los lobos aullaron, la nieve crujió; sobre ellos volaban grandes cuervos gritando, pero más arriba apareció la luna, bastante grande y brillante; y fue allí donde Kay miró durante la larga noche de invierno; mientras que de día dormía a los pies de la Reina de las Nieves.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><h3 style="text-align: justify;">TERCERA HISTORIA. Del jardín de flores en la casa de la anciana que entendía la brujería</h3><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">¿Pero qué fue de la pequeña Gerda cuando Kay no regresó? Donde podría estar él. Nadie lo supo; nadie pudo dar ninguna inteligencia. Lo único que sabían los muchachos era que lo habían visto atar su trineo a otro grande y espléndido, que recorría la calle y salía del pueblo. Nadie sabía dónde estaba; se derramaron muchas lágrimas tristes, y la pequeña Gerda lloró larga y amargamente; por fin dijo que debía estar muerto; que se había ahogado en el río que corría cerca del pueblo. Oh! ¡Eran tardes de invierno muy largas y deprimentes!</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Por fin llegó la primavera, con su cálido sol.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"¡Kay está muerto y se ha ido!" dijo la pequeña Gerda.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"Eso no lo creo", dijo el rayo de sol.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"¡Kay está muerto y se ha ido!"</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"Eso no lo creo", decían: y al fin la pequeña Gerda tampoco lo pensó más.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"Me pondré los zapatos rojos", dijo una mañana; Kay nunca los ha visto, y luego iré al río y preguntaré allí.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Era muy temprano; besó a su abuela, que aún dormía, se puso los zapatos rojos y se fue sola al río.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"¿Es cierto que te has llevado a mi pequeño compañero de juegos? Te haré un regalo de mis zapatos rojos, si me lo devuelves".</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Y, como le pareció a ella, las olas azules asintieron de una manera extraña; se quitó los zapatos rojos, lo más preciado que poseía, y los arrojó al río. Pero cayeron cerca de la orilla, y las pequeñas olas los llevaron inmediatamente a tierra; era como si la corriente no quisiera llevarse lo que más quería; porque en realidad no se había llevado al pequeño Kay; pero Gerda pensó que no había tirado los zapatos lo suficientemente lejos, así que se subió a un bote que estaba entre los juncos, fue al extremo más alejado y tiró los zapatos. Pero la barca no estaba amarrada y el movimiento que ocasionó la hizo alejarse de la orilla. Ella observó esto y se apresuró a regresar; pero antes de que pudiera hacerlo, el bote estaba a más de un metro de la tierra y se deslizaba rápidamente hacia adelante.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">La pequeña Gerda estaba muy asustada y se puso a llorar; pero nadie la oyó excepto los gorriones, y no pudieron llevarla a tierra; pero volaron a lo largo de la orilla y cantaron como para consolarla: "¡Aquí estamos! ¡Aquí estamos!" La barca iba a la deriva con la corriente, la pequeña Gerda estaba sentada muy quieta sin zapatos, pues ellos estaban nadando detrás de la barca, pero ella no podía alcanzarlos, porque la barca iba mucho más rápido que ellos.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Las orillas de ambos lados eran hermosas; hermosas flores, árboles venerables y laderas con ovejas y vacas, pero no se veía un ser humano.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"Quizás el río me lleve hasta el pequeño Kay", dijo ella; y luego se puso menos triste. Se levantó y miró durante muchas horas las hermosas orillas verdes. Al poco rato navegó por un gran huerto de cerezos, donde había una casita con curiosas ventanas rojas y azules; tenía techo de paja, y ante él dos soldados de madera montaban centinelas y presentaban armas cuando alguien pasaba.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Gerda los llamó, porque pensó que estaban vivos; pero ellos, por supuesto, no respondieron. Se acercó a ellos, porque la corriente arrastraba el bote bastante cerca de la tierra.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Gerda llamó aún más fuerte, y una anciana salió de la cabaña, apoyada en un palo torcido. Llevaba puesto un gran sombrero de ala ancha, pintado con las flores más espléndidas.</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj9Ce1L2HJ6Yab_anyAxmqPiPnPMUeJKd9S3K-VgN-3ZpyCGhNO8Eqxx9pEJ8WKhzOWvQxaUfoj9zF8rdJoUlQyDnYI8M2WfOaeQRh903Put2CJUWYcVmXbjI2QutoUBlTgt4zb6SjHtFi8/s1412/1412px-The_Witch_in_the_Cherry_Garden_drawing_in_Gerda%2527s_boat_with_her_crutch.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="La Reina de las Nieves" border="0" data-original-height="1080" data-original-width="1412" height="306" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj9Ce1L2HJ6Yab_anyAxmqPiPnPMUeJKd9S3K-VgN-3ZpyCGhNO8Eqxx9pEJ8WKhzOWvQxaUfoj9zF8rdJoUlQyDnYI8M2WfOaeQRh903Put2CJUWYcVmXbjI2QutoUBlTgt4zb6SjHtFi8/w400-h306/1412px-The_Witch_in_the_Cherry_Garden_drawing_in_Gerda%2527s_boat_with_her_crutch.jpg" title="La Reina de las Nieves" width="400" /></a></div><br /><p style="text-align: justify;">"¡Pobre niña!" dijo la anciana. "¿Cómo llegaste al gran río rápido, para ser empujada por el ancho mundo?" Y entonces la anciana se metió en el agua, agarró el bote con su bastón torcido, lo arrastró hasta la orilla y sacó a la pequeña Gerda.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Y Gerda se alegró mucho de volver a estar en tierra firme; pero le tenía bastante miedo a la extraña anciana.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"Pero ven y dime quién eres y cómo llegaste aquí", dijo.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Y Gerda se lo contó todo; y la anciana negó con la cabeza y dijo: "¡A-dobladillo! ¡A-dobladillo!" y cuando Gerda le contó todo y le preguntó si no había visto al pequeño Kay, la mujer respondió que no había pasado por allí, pero que sin duda vendría; y le dijo que no se desanimara, sino que probara sus cerezas y mirara sus flores, que eran más finas que las de un libro ilustrado, cada una de las cuales podía contar una historia completa. Luego tomó a Gerda de la mano, la condujo al interior de la casita y cerró la puerta con llave.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Las ventanas estaban muy altas; el cristal era rojo, azul y verde, y la luz del sol brillaba maravillosamente en todo tipo de colores. Sobre la mesa estaban las cerezas más exquisitas, y Gerda comió tantas como quiso, pues tenía permiso para hacerlo. Mientras comía, la anciana se peinaba con un peine dorado, y su cabello se rizaba y brillaba con un hermoso color dorado alrededor de esa carita tan dulce, que era tan redonda y tan parecida a una rosa.</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEid5r_ODe6IiLhl55-Nxf1ciOrWhnKYXWPn2D5EaizkYsJ4QqvHfVU2b17uWVRjdnXAdKjFDhXkVwHmPN04DLb45i-TwP2BareDRbI8kwCWiAgYaOBYf3YSz0xNYtEjk319oEyavU8M9RTY/s701/The_Old_Witch_combing_Gerda%2527s_hair_with_a_golden_comb_to_cause_her_to_forget_her_friend.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="La Reina de las Nieves" border="0" data-original-height="701" data-original-width="536" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEid5r_ODe6IiLhl55-Nxf1ciOrWhnKYXWPn2D5EaizkYsJ4QqvHfVU2b17uWVRjdnXAdKjFDhXkVwHmPN04DLb45i-TwP2BareDRbI8kwCWiAgYaOBYf3YSz0xNYtEjk319oEyavU8M9RTY/w245-h320/The_Old_Witch_combing_Gerda%2527s_hair_with_a_golden_comb_to_cause_her_to_forget_her_friend.jpg" title="La Reina de las Nieves" width="245" /></a></div><br /><p style="text-align: justify;">"A menudo he deseado a una niña tan querida", dijo la anciana. "Ahora verás lo bien que estamos de acuerdo"; y mientras peinaba a la pequeña Gerda, la niña se olvidaba cada vez más de su amigo Kay, porque la anciana entendía la magia; pero ella no era un ser malvado, sólo practicaba un poco la brujería para su propia diversión privada, y ahora deseaba mucho quedarse con la pequeña Gerda. Salió, pues, al jardín, estiró su vara torcida hacia los rosales, que, hermosamente mientras soplaban, se hundieron en la tierra y nadie supo dónde habían estado. La anciana temía que si Gerda veía las rosas, pensaría en las suyas, recordaría al pequeño Kay y huiría de ella.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Luego condujo a Gerda al jardín de flores. ¡Oh, qué olor y qué hermosura había allí! Cada flor que uno podría pensar, y de cada estación, estaba allí en plena floración; ningún libro ilustrado podría ser más alegre o más hermoso. Gerda saltó de alegría y jugó hasta que el sol se puso detrás del alto cerezo; luego le ofreció una bonita cama, con una colcha de seda roja llena de violetas azules. Se quedó dormida y tuvo sueños tan agradables como los de una reina el día de su boda.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">A la mañana siguiente fue a jugar con las flores bajo el cálido sol, y así acabo un día. Gerda conocía cada flor; y, por numerosos que fueran, a Gerda todavía le parecía que faltaba una, aunque no sabía cuál. Un día, mientras miraba el sombrero de la anciana pintado con flores, la más hermosa de todas le pareció una rosa. La anciana se había olvidado de quitarla del sombrero cuando hizo que los demás se desvanecieran en la tierra. Pero así es cuando los pensamientos de uno no se recogen. "¡Qué!" dijo Gerda. "¿No hay rosas aquí?" y corrió entre los macizos de flores, y miró, y miró, pero no se encontró ninguna. Luego se sentó y lloró; pero sus lágrimas calientes caían justo donde se había hundido un rosal; y cuando sus cálidas lágrimas regaron la tierra, el árbol se disparó repentinamente tan fresco y floreciente como cuando lo habían tragado. Gerda besó las rosas, pensó en sus queridas rosas en casa y con ellas en el pequeño Kay.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"¡Oh, cuánto tiempo me he quedado!" dijo la niña. "¡Tenía la intención de buscar a Kay! ¿No sabes dónde está?" preguntó a las rosas. "¿Crees que está muerto y desaparecido?"</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"Ciertamente no está muerto", dijeron las Rosas. "Hemos estado en la tierra donde están todos los muertos, pero Kay no estaba allí".</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"¡Muchas gracias!" dijo la pequeña Gerda; y fue a las otras flores, miró dentro de sus tazas y preguntó: "¿No sabes dónde está la pequeña Kay?"</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Pero cada flor estaba al sol y soñaba su propio cuento de hadas o su propia historia: y todos le contaban muchas cosas, pero nadie sabía nada de Kay.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Bueno, ¿qué dijo el lirio?</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">¿No oyes el tambor? ¡Bum! ¡Bum! Esos son los únicos dos tonos. ¡Siempre bum! ¡Bum! ¡Escucha el canto quejumbroso de la anciana, la llamada de los sacerdotes! La mujer hindú con su larga túnica se para sobre el pila funeraria; las llamas se elevan alrededor de ella y su marido muerto, pero la mujer hindú piensa en el vivo en el círculo circundante; en él cuyos ojos arden más calientes que las llamas, en él, el fuego de cuyos ojos perfora su corazón más que las llamas que pronto reducirán su cuerpo a cenizas. ¿Puede morir la llama del corazón en la llama del funeral? "</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"No entiendo nada de eso", dijo la pequeña Gerda.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"Esa es mi historia", dijo el lirio.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">¿Qué dijo la enredadera?</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"Proyectándose sobre un estrecho sendero montañoso, cuelga un antiguo castillo feudal. En los muros ruinosos crecen tupidos árboles de hoja perenne, y alrededor del altar, donde está parada una hermosa doncella: se inclina sobre la barandilla y mira hacia la rosa. No hay rosa más fresca cuelga de las ramas que ella; sin flor de manzana arrastrada por el viento es más boyante cómo su túnica de seda se susurraba!</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">" ¿es que aún no ha llegado?"</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"¿es Kay que quieres decir", preguntó la pequeña Gerda.?</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"yo estoy hablando de mi historia, de mi sueño ", respondió la enredadera.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">¿Qué dijeron las campanillas de las nieves?</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"Entre los árboles cuelga una tabla larga, es un columpio. Dos niñas están sentadas en ella, y se balancean hacia adelante y hacia atrás; sus vestidos son tan blancos como la nieve, y las cintas largas de seda verde ondean de sus sombreros. Su hermano, que es mayor que ellas, se pone de pie en el columpio; enrosca los brazos alrededor de las cuerdas para sujetarse firmemente, porque en una mano tiene una pequeña taza y en la otra una pipa de barro con burbujas. El columpio se mueve, y las burbujas flotan en encantadores colores cambiantes: la última todavía cuelga del extremo de la tubería y se balancea en la brisa. El columpio se mueve. El perrito negro, ligero como una pompa de jabón , salta sobre sus patas traseras para intentar meterse en el columpio. Se mueve, el perro se cae, ladra y se enfada. Ellos se burlan de él, ¡la burbuja estalla! Un columpio, una burbuja que estalla - ¡tal es mi canción! "</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"Lo que relatas puede ser muy bonito, pero lo dices de una manera tan melancólica y no mencionas a Kay".</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">¿Qué dicen los jacintos?</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"Había una vez tres hermanas, bastante transparentes y muy hermosas. La túnica de una era roja, la de la segunda azul y la de la tercera blanca. Bailaban de la mano junto al lago tranquilo en el claro No eran doncellas elfas, sino niñas mortales. Se olió una dulce fragancia, y las doncellas desaparecieron en el bosque; la fragancia se hizo más fuerte: tres ataúdes, y en ellos tres hermosas doncellas, se deslizaron fuera del bosque y a través del lago: las luciérnagas brillantes volaban como lucecitas flotantes. ¿Duermen las doncellas danzantes o están muertas? El olor de las flores dice que son cadáveres; ¡las campanas de la tarde doblan por los muertos!</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"Me pones bastante triste", dijo la pequeña Gerda. "No puedo evitar pensar en las doncellas muertas. ¡Oh! ¿Está realmente muerto el pequeño Kay? Las Rosas han estado en la tierra y dicen que no".</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"¡Ding, dong!" sonaron las campanas de Hyacinth. "No cobramos por el pequeño Kay; no lo conocemos. Esa es nuestra forma de cantar, la única que tenemos".</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Y Gerda se acercó a los Ranúnculos, que asomaban entre las relucientes hojas verdes.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"¡Eres un pequeño sol brillante!" dijo Gerda. "Dime si sabes dónde puedo encontrar a mi compañero de juegos".</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Y el Ranunculus brilló intensamente y volvió a mirar a Gerda. ¿Qué canción podría cantar el Ranunculus? Era uno que tampoco decía nada sobre Kay.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"En un pequeño patio el sol brillaba en los primeros días de la primavera. Los rayos se deslizaban por las paredes blancas de la casa de un vecino, y cerca de las flores amarillas frescas crecían, brillando como el oro en los cálidos rayos del sol. la abuela estaba sentada en el aire; su nieta, la pobre y encantadora sirvienta acaba de hacer una breve visita. Conoce a su abuela. Había oro, oro puro virgen en ese beso bendito. Ahí, esa es mi pequeña historia, "dijo el Ranunculus.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"¡Mi pobre abuela!" Gerda suspiró. "Sí, ella me está añorando, sin duda: ella está triste por mí, como lo hizo por el pequeño Kay. Pero pronto volveré a casa, y luego traeré a Kay conmigo. No sirve de nada pedir las flores; sólo conocen sus propias rimas antiguas y no pueden decirme nada ". Y se subió el vestido para que pudiera correr más rápido; pero el Narciso le dio un golpe en la pierna, justo cuando iba a saltar sobre ella. Así que se quedó quieta, miró la larga flor amarilla y preguntó: "¿Quizás sabes algo?" y ella se inclinó hacia el Narciso. ¿Y qué dijo?</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"Puedo verme a mí mismo, puedo verme a mí mismo. ¡Oh, qué oloroso soy! En la buhardilla está parada, a medio vestir, una pequeña bailarina. Ella está ahora sobre una pierna, ahora sobre las dos; desprecia todo mundo; sin embargo, vive sólo en la imaginación. Vierte agua de la tetera sobre un trozo de tela que tiene en la mano; es el corpiño; la limpieza es una cosa fina. El vestido blanco cuelga del gancho; era lavado en la tetera y secado en el techo. Se lo pone, se ata un pañuelo color azafrán alrededor del cuello, y luego el vestido se ve más blanco. Me veo a mí misma, ¡me veo a mí misma!</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"Eso no es nada para mí", dijo la pequeña Gerda. "Eso no me concierne". Y luego corrió hasta el otro extremo del jardín.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">La puerta estaba cerrada, pero ella agitó el pestillo oxidado hasta que se aflojó y la puerta se abrió; y la pequeña Gerda se escapó descalza hacia el ancho mundo. Miró a su alrededor tres veces, pero nadie la siguió. Por fin ya no pudo correr; se sentó en una gran piedra, y cuando miró a su alrededor, vio que había pasado el verano; era tarde en el otoño, pero eso no se podía notar en el hermoso jardín, donde siempre brilla el sol y donde hay flores todo el año.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"¡Dios mío, cuánto tiempo he estado aquí!" dijo Gerda. "Ha llegado el otoño. No debo descansar más". Y se levantó para ir más lejos.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">¡Oh, qué tiernas y cansadas estaban sus piernitas! Todo a su alrededor parecía tan frío y crudo: las largas hojas de sauce eran bastante amarillas y la niebla goteaba de ellas como agua; una hoja caía tras otra: las endrinas sólo estaban llenas de fruta, que hacía que uno se pusiera de punta. ¡Oh, qué oscuro e incómodo era el mundo lúgubre!</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><h3 style="text-align: justify;">CUARTA HISTORIA. El príncipe y la princesa</h3><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Gerda se vio obligada a descansar de nuevo, cuando, exactamente frente a ella, un cuervo grande se acercó brincando sobre la nieve blanca. Hacía mucho tiempo que miraba a Gerda y negaba con la cabeza; y ahora dijo: "¡Caw! ¡Caw!" ¡Buen día! ¡Buen día! No podría decirlo mejor; pero sintió simpatía por la niña y le preguntó adónde iba sola. La palabra "sola" Gerda la entendió bastante bien, y sintió cuánto la expresaba; así que le contó al Cuervo toda su historia y le preguntó si no había visto a Kay.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">El Cuervo asintió muy gravemente y dijo: "¡Puede ser, puede ser!"</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"¿Qué, realmente lo crees?" gritó la niña; y casi apretó al Cuervo hasta matarlo, tanto lo besó.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"Suavemente, gentilmente", dijo el Cuervo. —Creo que lo sé; creo que puede ser el pequeño Kay. Pero ahora te ha olvidado por la princesa.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"¿Vive con una princesa?" preguntó Gerda.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"Sí, escucha", dijo el Cuervo; "pero será difícil para mí hablar tu idioma. Si entiendes el idioma de Cuervo, puedo decirte mejor".</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"No, no lo he aprendido", dijo Gerda; "pero mi abuela lo entiende, y también puede hablar galimatías. Ojalá lo hubiera aprendido".</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"No importa", dijo el Cuervo; "Te lo diré lo mejor que pueda; sin embargo, será bastante malo". Y luego dijo todo lo que sabía.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"En el reino donde estamos ahora vive una princesa, que es extraordinariamente inteligente; porque ha leído todos los periódicos del mundo y los ha olvidado de nuevo, tan inteligente es ella. Últimamente, se dice, sentada en su trono, lo cual no es muy divertido después de todo, cuando comenzó a tararear una vieja melodía, y fue simplemente, 'Oh, ¿por qué no debería estar casada?' "Esa canción no carece de significado", dijo, y entonces estaba decidida a casarse; pero tendría un marido que supiera cómo dar una respuesta cuando se le hablara, no uno que solo pareciera un gran personaje, porque eso es muy aburrido. Luego hizo que todas las damas de la corte tocaran el tambor; y cuando escucharon su intención, todos se alegraron mucho y dijeron: 'Estamos muy contentos de escucharlo; es precisamente en lo que estábamos pensando. Puedes creer cada palabra que digo, dijo el Cuervo; "porque tengo una amada mansa que vaga por el palacio completamente libre, y fue ella quien me contó todo esto.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"Los periódicos aparecieron de inmediato con un borde de corazones y las iniciales de la princesa; y en ellos se podría leer que todo joven apuesto tenía la libertad de venir al palacio y hablar con la princesa; y quien hablara de esa manera como se demostró, allí se sentía como en casa, aquella que la princesa elegiría para su marido.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Había una fila entera de ellos de pie desde las puertas de la ciudad hasta el palacio. Yo estaba allí para mirar ", dijo el Cuervo." Ellos tenían hambre y sed; pero del palacio no sacaron nada, ni siquiera un vaso de agua. Algunos de los más inteligentes, es cierto, se habían llevado pan y mantequilla; pero ninguno lo compartía con su vecino, por cada pensamiento: "Que parezca hambriento, y entonces la princesa no lo aceptará".</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">—Pero Kay, el pequeño Kay —dijo Gerda—, ¿cuándo vino? ¿Estaba entre el número?</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"Paciencia, paciencia; acabamos de llegar a él. Fue al tercer día cuando un pequeño personaje sin caballo ni carruaje, llegó marchando con valentía hasta el palacio; sus ojos brillaban como los tuyos, tenía una hermosa cabellera larga, pero su la ropa estaba muy raída ".</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">—Era Kay —gritó Gerda con voz de alegría. "¡Oh, ahora lo he encontrado!" y ella aplaudió de alegría.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"Tenía una pequeña mochila a la espalda", dijo el Cuervo.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"No, ciertamente ese era su trineo", dijo Gerda; "porque cuando se fue, se llevó su trineo".</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"Eso puede ser", dijo el Cuervo; "No lo examiné tan minuciosamente; pero sé por mi amada, que cuando entró en el patio del palacio y vio al guardaespaldas de plata, los lacayos en la escalera, no era el menor avergonzado; asintió con la cabeza y les dijo: "Debe ser muy cansado pararse en las escaleras; por mi parte, entraré". Los salones relucían de lustres, consejeros privados y excelencias andaban descalzos y llevaban llaves de oro, bastaba para incomodar a cualquiera, sus botas también crujían, tan fuerte, pero aún así no tenía miedo. "</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"Ese es Kay, seguro", dijo Gerda. "Sé que tenía botas nuevas; las he escuchado crujir en la habitación de la abuela".</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"Sí, crujieron", dijo el Cuervo. Y prosiguió osadamente hacia la princesa, que estaba sentada sobre una perla del tamaño de una rueca. Todas las damas de la corte, con sus asistentes y asistentes, y todos los caballeros, con sus caballeros, se pararon alrededor; y cuanto más se acercaban a la puerta, más orgullosos se veían. Apenas era posible mirar al caballero del caballero, con tanta altivez estaba en la entrada.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"Debe haber sido terrible", dijo la pequeña Gerda. "¿Y Kay consiguió a la princesa?"</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"Si no fuera un Cuervo, debería haber tomado a la Princesa yo mismo, aunque me lo han prometido. Se dice que hablaba tan bien como yo cuando hablo en el idioma Cuervo; esto lo aprendí de mi amada. Fue valiente y se portó bien; él no había venido a cortejar a la princesa, sino sólo a escuchar su sabiduría. Ella lo complació y él la complació a ella ".</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"Sí, sí; seguro que era Kay", dijo Gerda. "Era tan inteligente; podía calcular fracciones en su cabeza. Oh, ¿no me llevarás al palacio?"</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"Eso se dice muy fácilmente", respondió el Cuervo. "¿Pero cómo vamos a manejarlo? Hablaré con mi amada al respecto: ella debe aconsejarnos; por tanto debo decirte, una niña tan pequeña como tú nunca tendrá permiso para entrar".</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"Oh, sí lo haré", dijo Gerda; "cuando Kay se entere de que estoy aquí, saldrá directamente a buscarme".</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"Espérame aquí en estos escalones", dijo el Cuervo. Movió la cabeza hacia atrás y hacia adelante y se fue volando.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Se acercaba la noche cuando regresó el Cuervo. "¡Caw -caw!" dijó el. "Ella te envía sus felicitaciones; y aquí tienes un panecillo. Lo sacó de la cocina, donde hay pan suficiente. Tienes hambre, sin duda. No es posible que entres en palacio, porque estás Descalza: los guardias de plata, y los lacayos de oro, no lo permitirían; pero no llores, entrarás quieta. Mi amada conoce una pequeña escalera trasera que conduce al dormitorio, y sabe dónde sacar la llave de ella ".</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Y entraron en el jardín de la gran avenida, donde caía una hoja tras otra; y cuando las luces del palacio desaparecieron gradualmente, el Cuervo condujo a la pequeña Gerda hasta la puerta trasera, que estaba entreabierta.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">¡Oh, cómo latía de ansiedad y añoranza el corazón de Gerda! Era como si hubiera estado a punto de hacer algo mal; y, sin embargo, solo quería saber si el pequeño Kay estaba allí. Sí, debe estar allí. Ella recordó sus ojos inteligentes y su cabello largo, tan vívidamente que podía verlo como solía reír cuando estaban sentados bajo las rosas en casa. "Él, sin duda, se alegrará de verte, de saber el largo camino que has recorrido por su bien; de saber lo infelices que estaban todos en casa cuando él no regresó".</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">¡Oh, qué espanto y qué alegría fue!</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Ahora estaban en las escaleras. Allí ardía una sola lámpara; y en el suelo estaba la domesticada Cuerva, volviendo la cabeza a cada lado y mirando a Gerda, que se inclinaba como su abuela le había enseñado a hacer.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"Mi prometido me ha dicho muchas cosas buenas de ti, mi querida jovencita", dijo la dócil Cuerva. Tu relato es muy conmovedor. Si aceptas la lámpara, iré antes. Seguiremos adelante, porque no encontraremos a nadie.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;"></p>"Creo que hay alguien detrás de nosotros", dijo Gerda; y algo pasó precipitadamente: era como figuras en sombras en la pared; caballos de melena suelta y patas delgadas, cazadores, damas y caballeros a caballo.<p></p><p style="text-align: justify;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgvk642f7oQV-I22UysN-g7E4Fc8FuHPAdxj_d1QtRbk3Ym7WylI58CoYPoFDHcNh5pQ5NnpcUkIBJKev8zbPKM8WwU_-jj2d79v9s_tWjUd0mDNzYSAaSxyT09zFcbo6NRSATJmersDCx0/s875/Gerda_and_the_Ravens_-_Anne_Anderson.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><br /><img alt="La Reina de las Nieves" border="0" data-original-height="875" data-original-width="600" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgvk642f7oQV-I22UysN-g7E4Fc8FuHPAdxj_d1QtRbk3Ym7WylI58CoYPoFDHcNh5pQ5NnpcUkIBJKev8zbPKM8WwU_-jj2d79v9s_tWjUd0mDNzYSAaSxyT09zFcbo6NRSATJmersDCx0/w219-h320/Gerda_and_the_Ravens_-_Anne_Anderson.jpg" title="La Reina de las Nieves" width="219" /></a></div>"Son sólo sueños", dijo el Cuervo. "Vienen a buscar los pensamientos de los personajes importantes; está bien, porque ahora puedes observarlos mucho mejor en la cama. Pero déjame descubrir, cuando disfrutes del honor y la distinción, que posees un corazón agradecido. "<p></p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"¡Tut! No vale la pena hablar de eso", dijo el Cuervo de los bosques.</p><br /><p style="text-align: justify;">Entraron ahora en el primer salón, que era de raso color rosa, con flores artificiales en la pared. Aquí los sueños pasaban apresuradamente, pero pasaban tan deprisa que Gerda no podía ver a los personajes importantes. Un salón era más magnífico que el otro; de hecho, uno podría avergonzarse; y por fin entraron en el dormitorio. El techo de la habitación parecía una gran palmera con hojas de vidrio, de vidrio costoso; y en el medio, de un grueso tallo dorado, colgaban dos camas, cada una de las cuales parecía un lirio. Uno era blanco, y en este yacía la princesa; el otro era rojo, y fue allí donde Gerda buscaría al pequeño Kay. Echó hacia atrás una de las hojas rojas y vio un cuello marrón. Oh! ¡Esa era Kay! Ella lo llamó bastante fuerte por su nombre, acercó la lámpara a él, los sueños volvieron a precipitarse a la habitación, se despertó, volvió la cabeza,</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">El Príncipe solo era como él en el cuello; pero era joven y guapo. Y entre las hojas de los lirios blancos, la princesa también se asomó y preguntó qué pasaba. Entonces la pequeña Gerda lloró y le contó toda su historia y todo lo que los Cuervos habían hecho por ella.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"¡Pobre cosita!" dijeron el príncipe y la princesa. Alabaron mucho a los Cuervos y les dijeron que no estaban en absoluto enojados con ellos, pero que no debían volver a hacerlo. Sin embargo, deberían tener una recompensa. "¿Quieres volar por aquí en libertad?", Preguntó la princesa; "¿O te gustaría tener una cita fija como cuervos de la corte, con todos los pedazos rotos de la cocina?"</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Y ambos Cuervos asintieron y pidieron una cita fija; porque pensaron en su vejez y dijeron: "Es bueno tener una provisión para nuestra vejez."</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Y el Príncipe se levantó y dejó que Gerda durmiera en su cama, y más que eso no pudo hacer. Cruzó sus manitas y pensó: "¡Qué buenos son los hombres y los animales!" y luego se durmió y durmió profundamente. Todos los sueños volaron de nuevo, y ahora se parecían a los ángeles; dibujaron un pequeño trineo en el que el pequeño Kay se sentó y asintió con la cabeza; pero todo era solo un sueño, y por lo tanto todo se desvaneció tan pronto como ella despertó.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Al día siguiente estaba vestida de pies a cabeza con seda y terciopelo. Se ofrecieron a dejarla quedarse en el palacio y llevar una vida feliz; pero suplicó tener un carruaje con un caballo al frente y un par de zapatos pequeños; luego, dijo, volvería a salir por el ancho mundo y buscaría a Kay.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Le dieron zapatos y un manguito; ella también iba muy bien vestida; y cuando estaba a punto de partir, un carruaje nuevo se detuvo ante la puerta. Era de oro puro y los brazos del Príncipe y la Princesa brillaban como una estrella sobre él; el cochero, los lacayos y los escoltas, porque los escoltas también estaban allí, todos llevaban coronas de oro. El príncipe y la princesa la ayudaron a subir al carruaje y le desearon todo el éxito. El Cuervo de los bosques, que ahora estaba casado, la acompañó durante los primeros cinco kilometros. Se sentó al lado de Gerda, porque no soportaba cabalgar hacia atrás; la otra Cuervo se paró en la entrada y batió sus alas; no podía acompañar a Gerda, porque le dolía la cabeza porque tenía una cita fija y comía mucho. El carruaje estaba forrado por dentro con ciruelas azucaradas, y en los asientos había frutas y pan de jengibre.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"¡Adiós! ¡Adiós!" gritaron el príncipe y la princesa; y Gerda lloró, y el Cuervo lloró. Así pasaron los primeros kilometros; y luego el Cuervo se despidió, y esta fue la separación más dolorosa de todas. Voló hacia un árbol y batió sus alas negras mientras podía ver el carruaje, que brillaba desde lejos como un rayo de sol.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><h3 style="text-align: justify;">QUINTA HISTORIA. La pequeña doncella ladrona</h3><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Condujeron a través del bosque oscuro; pero el carruaje brillaba como una antorcha y deslumbraba los ojos de los ladrones, de modo que no soportaban mirarlo.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"¡Es oro! ¡Es oro!" ellos lloraron; y se apresuraron hacia adelante, agarraron los caballos, derribaron el postillito, el cochero y los criados, y sacaron a la pequeña Gerda del carruaje.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"¡Qué regordeta, qué hermosa! Debe haber sido alimentada con granos de nuez", dijo la vieja ladrona, que tenía una barba larga y descuidada y unas cejas pobladas que le caían hasta los ojos. "¡Es tan buena como un cordero gordo! ¡Qué bonita será!" Y luego sacó un cuchillo, cuya hoja brilló de tal manera que fue terrible de contemplar.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"¡Oh!" gritó la mujer en el mismo momento. Había sido mordida en el oído por su propia pequeña hija, que colgaba de su espalda; y que era tan salvaje e ingobernable, que fue muy divertido verla. "¡Niña traviesa!" dijo la madre: y ahora no tenía tiempo de matar a Gerda.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"Ella jugará conmigo", dijo la pequeña ladrona. "Me dará su manguito y su bonito vestido; ¡dormirá en mi cama!" Y luego le dio a su madre otro mordisco, de modo que dio un salto y corrió de dolor; y los ladrones se rieron y dijeron: "¡Mira, cómo baila con la pequeña!"</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"Entraré en el carruaje", dijo la pequeña doncella ladrona; y tendría su voluntad, porque era muy malcriada y muy testaruda. Ella y Gerda entraron; y luego se alejaron conduciendo sobre los tocones de árboles talados, adentrándose cada vez más en el bosque. La pequeña doncella ladrona era tan alta como Gerda, pero más fuerte, de hombros más anchos y de tez morena; sus ojos eran bastante negros; parecían casi melancólicos. Abrazó a la pequeña Gerda y dijo: "No te matarán mientras yo no esté disgustada contigo. ¿Eres, sin duda, una princesa?"</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"No", dijo la pequeña Gerda; quien luego contó todo lo que le había sucedido, y cuánto se preocupaba por el pequeño Kay.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">La doncella ladrona la miró con aire serio, asintió levemente con la cabeza y dijo: "No te matarán, aunque yo esté enojada contigo: entonces lo haré yo misma"; y le secó los ojos a Gerda, y puso ambas manos en el hermoso manguito, que era tan suave y cálido.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Por fin, el carruaje se detuvo. Estaban en medio del patio del castillo de un ladrón. Estaba lleno de grietas de arriba a abajo; y por las aberturas volaban urracas y grajos; y los grandes bull-dogs, cada uno de los cuales parecía como si pudiera tragarse a un hombre, saltaron, pero no ladraron, porque eso estaba prohibido.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">En medio del gran y viejo salón humeante ardía un gran fuego en el suelo de piedra. El humo desapareció bajo las piedras y tuvo que buscar su propia salida. En un caldero inmenso hervía la sopa; y se asaron conejos y liebres en un asador.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"Esta noche dormirás conmigo, con todos mis animales", dijo la pequeña doncella ladrona. Tenían algo para comer y beber; y luego se fue a un rincón, donde había paja y alfombras. Junto a ellas, en listones y perchas, se sentaban casi un centenar de palomas, todas aparentemente dormidas; pero aun así se movieron un poco cuando llegó la doncella ladrona. "Son todas mías", dijo ella, al mismo tiempo agarrando por las piernas a una que estaba a su lado y sacudiéndolo para que aleteara. "Bésala", gritó la niña, y le arrojó la paloma a la cara a Gerda. "Allí arriba está la chusma de la madera, continuó ella, señalando varios listones que estaban sujetos ante un agujero en lo alto de la pared;" esa es la chusma; todas volarían inmediatamente, si no estuvieran bien sujetas. Y aquí está mi querido y viejo Bac "; y agarró los cuernos de un reno, que tenía un anillo de cobre brillante alrededor del cuello, y estaba atado al lugar. "Estamos obligados a encerrar a este tipo también, o se escaparía. Todas las noches le hago cosquillas en el cuello con mi cuchillo afilado; ¡está tan asustado!" y la niña sacó un cuchillo largo, de una grieta en la pared, y lo dejó deslizarse sobre el cuello del Reno. El pobre animal pateó; la niña se rió y llevó a Gerda a la cama con ella. y dejo que se deslice sobre el cuello del reno. </p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"¿Tienes la intención de quedarte con tu cuchillo mientras duermes?" preguntó Gerda; mirándolo con bastante miedo.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"Yo siempre duermo con el cuchillo", dijo la pequeña doncella ladrona. "No se sabe lo que puede pasar. Pero ahora, una vez más, cuéntame todo sobre el pequeño Kay; y por qué has comenzado solo en el ancho mundo". Y Gerda contó todo, desde el principio: los pichones arrullaban arriba en su jaula, y los demás dormían. La doncella ladrona pasó su brazo alrededor del cuello de Gerda, sostuvo el cuchillo en la otra mano y roncó tan fuerte que todos pudieron oírla; pero Gerda no podía cerrar los ojos, porque no sabía si viviría o moriría. Los ladrones se sentaron alrededor del fuego, cantaron y bebieron; y la vieja atracadora dio un brinco de tal modo que a Gerda le resultó terrible verla.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Entonces las palomas torcaces dijeron: "¡Coo! ¡Genial, hemos visto al pequeño Kay! Una gallina blanca lleva su trineo; él mismo se sentó en el carruaje de la Reina de las Nieves, que pasó por aquí, justo sobre el bosque, mientras nosotros yacíamos en nuestra nido. Ella sopló sobre nosotros los jóvenes; y todos murieron menos nosotras dos. ¡Coo! ¡Coo! "</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"¿Qué es lo que dices ahí arriba?" gritó la pequeña Gerda. "¿A dónde fue la Reina de las Nieves? ¿Sabes algo al respecto?"</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"Sin duda se ha ido a Laponia, porque siempre hay nieve y hielo allí. Pregúntale al reno, que está atado allí".</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"¡Hay hielo y nieve! ¡Ahí está, glorioso y hermoso!" dijo el Reno. "¡Se puede saltar en los grandes valles brillantes! La Reina de las Nieves tiene su tienda de verano allí; pero su morada fija está en lo alto hacia el Polo Norte,</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"¡Oh, Kay! ¡Pobre Kay!" Gerda suspiró.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"¿Eliges estar callada?" dijo la doncella ladrona. "Si no lo haces, te obligaré".</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Por la mañana, Gerda le contó todo lo que le habían dicho los Palomas Torcaces; y la doncella parecía muy seria, pero asintió con la cabeza y dijo: "Eso no importa, eso no importa. ¿Sabes dónde está Laponia?" le preguntó al reno.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"¿Quién debería saberlo mejor que yo?" dijo el animal; y sus ojos rodaron en su cabeza. “Nací y me crié allí, allí salté sobre los campos de nieve.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"Escucha", dijo la doncella ladrona a Gerda. "Ves que los hombres se han ido; pero mi madre todavía está aquí, y se quedará. Sin embargo, hacia la mañana toma un trago del gran frasco, y luego duerme un poco: luego haré algo por ti". Ahora saltó de la cama, voló hacia su madre; con sus brazos alrededor de su cuello, y tirando de ella por la barba, dijo: "Buenos días, mi dulce niñera de madre". Y su madre le tomó la nariz y se la pellizcó hasta que quedó roja y azul; pero todo esto fue hecho por puro amor.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Cuando la madre hubo cenado en su petaca y estaba durmiendo la siesta, la doncella ladrona se acercó al Reno y le dijo: "Me gustaría mucho hacerte aún muchas cosquillas con el cuchillo afilado, porque son tan divertidos; sin embargo, te soltaré y te ayudaré, para que puedas volver a Laponia. Pero debes hacer buen uso de tus piernas y llevar a esta niña al palacio de la Reina de las Nieves, donde está su compañero de juegos. Supongo que habrás oído todo lo que dijo, porque habló lo suficientemente alto y tú estabas escuchando ".</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">El Reno dio un salto de alegría. La doncella ladrona levantó a la pequeña Gerda y tomó la precaución de atarla con fuerza al lomo del Reno; incluso le dio un pequeño cojín para sentarse. "Aquí tienes tus calzas de estambre, porque hará frío; pero el manguito lo guardaré para mí, porque es muy bonito. Pero no quiero que tengas frío. Aquí tienes un par de guantes forrados de mi madre; sólo llegan hasta el codo. ¡Adelante! ¡Ahora te ves las manos como mi vieja y fea madre! "</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Y Gerda lloró de alegría.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"No puedo soportar verte preocupada", dijo la pequeña doncella ladrona. "Este es el momento en el que debes parecer complacida. Aquí tienes dos panes y un jamón para que no te mueras de hambre". El pan y la carne se sujetaron al lomo del reno; la doncella abrió la puerta, llamó a todos los perros, y luego con su cuchillo cortó la cuerda que sujetaba al animal y le dijo: "¡Ahora, vete, pero cuida bien a la niña!"</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Y Gerda extendió las manos con los grandes guantes acolchados hacia la doncella ladrona y dijo: "¡Adiós!" y el reno voló sobre arbustos y zarzas a través del gran bosque, sobre páramos y brezales, tan rápido como pudo.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"¡Ddsa! ¡Ddsa!" se escuchó en el cielo. Era como si alguien estuviera estornudando.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">-Estas son mis viejas auroras boreales -dijo el Reno-, ¡mira cómo relucen! Y ahora aceleraba aún más, día y noche seguía: los panes se consumían, y el jamón también; y ahora estaban en Laponia.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><h3 style="text-align: justify;">SEXTO PISO. La mujer de Laponia y la mujer de Finlandia</h3><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">De repente se detuvieron frente a una casita que parecía muy miserable. El techo llegaba hasta el suelo y la puerta era tan baja que la familia se veía obligada a arrastrarse de estómago cuando entraban o salían. En casa no había nadie excepto una anciana laponiana, que aderezaba pescado a la luz de una lámpara de aceite. Y el Reno le contaba toda la historia de Gerda, pero antes que nada la suya propia, que parecía para él de mucha mayor importancia, Gerda estaba tan helada que no podía hablar.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"Pobre", dijo la mujer de Laponia, "todavía tienes que correr muy lejos. Te quedan más de cien millas antes de llegar a Finlandia, allí la Reina de las Nieves tiene su casa de campo, y enciende luces azules todas las noches. Te daré unas palabras mías, que escribiré en una mercería seca, por papel que no tengo; esto puedes llevártelo a la mujer de Finlandia, y ella podrá darte más información que yo. "</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Cuando Gerda se hubo calentado, comido y bebido, la laponiana escribió unas palabras en una piel de pescado seca, le suplicó a Gerda que las cuidara, la subió al reno, la ató y se escapó el animal. "¡Ddsa! ¡Ddsa!" se escuchó de nuevo en el aire; las luces azules más encantadoras ardieron toda la noche en el cielo, y por fin llegaron a Finlandia. Llamaron a la chimenea de la finlandesa; porque como puerta, ella no tenía ninguna.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Había tanto calor en el interior que la propia mujer de Finlandia andaba casi desnuda. Ella era diminuta y sucia. Inmediatamente aflojó la ropa de la pequeña Gerda, le quitó los guantes gruesos y las botas; porque de lo contrario el calor habría sido demasiado fuerte, y después de colocar un trozo de hielo sobre la cabeza del reno, leyó lo que estaba escrito en la piel de pescado. Lo leyó tres veces: luego se lo supo de memoria; así que guardó el pescado en la alacena, porque era muy posible que se lo comiera, y nunca tiraba nada.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Luego el Reno relató primero su propia historia y luego la de la pequeña Gerda; y la mujer de Finlandia guiñó los ojos, pero no dijo nada.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"Eres tan inteligente", dijo el Reno; "se puede, lo sé, retorcer todos los vientos del mundo en un nudo. Si el marinero afloja un nudo, entonces tiene un buen viento; si un segundo, entonces sopla bastante rígido; si deshace el tercero y el cuarto, luego se enfurece y los bosques se revuelven. ¿Le darás una poción a la doncella para que posea la fuerza de doce hombres y venza a la Reina de las Nieves?</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"¡La fuerza de doce hombres!" dijo la mujer de Finlandia. "¡Eso sería muy bueno!" Fue a un armario y sacó un gran pellejo enrollado. Cuando lo hubo desenrollado, se veían extraños caracteres escritos en él; y la finlandesa leyó a tal velocidad que el sudor le resbaló por la frente.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Pero el Reno suplicó tanto por la pequeña Gerda, y Gerda miró tan implorante con los ojos llorosos a la finlandesa, que le guiñó un ojo y llevó al Reno a un rincón, donde murmuraron juntos, mientras el animal se ponía un poco de hielo fresco en su cabeza.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Es cierto que el pequeño Kay está en casa de la Reina de las Nieves y encuentra todo allí de su agrado; y él cree que es el mejor lugar del mundo; pero la razón es que tiene una astilla de vidrio en el ojo, y en su corazón. Éstos deben sacarse primero; de lo contrario, nunca volverá a la humanidad y la Reina de las Nieves conservará su poder sobre él ".</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"¿Pero no puedes darle a la pequeña Gerda nada que tomar que le otorgue poder sobre el conjunto?"</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">“No puedo darle más poder del que ya tiene.” ¿No ves lo grandioso que es? ¿No ves cómo los hombres y los animales se ven obligados a servirla? ¿Qué tan bien atraviesa el mundo descalza? Ella no debe escuchar de nosotros su poder; ese poder está en su corazón, porque es una niña dulce e inocente. Si no puede llegar a la Reina de las Nieves por sí misma y deshacerse del vidrio del pequeño Kay, no podemos ayudarla. A tres kilómetros de aquí comienza el jardín de la Reina de las Nieves; allí puedes llevar a la niña. Ponla junto al gran arbusto con frutos rojos, de pie en la nieve; no te quedes hablando, pero apresúrate a volver lo más rápido posible. ”Y ahora la finlandesa colocó a la pequeña Gerda en el lomo del Reno, y salió corriendo con toda la velocidad imaginable.</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhlDPgLLGdYIJbmlUSv88_se3ffp1BmGwCev9w5YbCDCb86LdV83pSdKf0BRfy1h_WTIYcg1iOQNVC4X2iR_9tKBIhyphenhyphen_ZH3x4IF1zLRcSioU1QnXjKZWSf3oiyAx6ARM0CvQrOt21WWRVfs/s1249/Hans_Andersen%2527s_Fairy_Tales_%25281888%2529_-_p._339.png" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img alt="La Reina de las Nieves" border="0" data-original-height="1249" data-original-width="1015" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhlDPgLLGdYIJbmlUSv88_se3ffp1BmGwCev9w5YbCDCb86LdV83pSdKf0BRfy1h_WTIYcg1iOQNVC4X2iR_9tKBIhyphenhyphen_ZH3x4IF1zLRcSioU1QnXjKZWSf3oiyAx6ARM0CvQrOt21WWRVfs/w260-h320/Hans_Andersen%2527s_Fairy_Tales_%25281888%2529_-_p._339.png" title="La Reina de las Nieves" width="260" /></a></div><br /><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"¡Oh! ¡No tengo mis botas! ¡No he traído mis guantes!" gritó la pequeña Gerda. Ella comentó que estaba sin ellos por la helada cortante; pero el Reno no se atrevió a quedarse quieto; Continuó corriendo hasta llegar al gran arbusto de las bayas rojas, y allí dejó a Gerda, le besó la boca, mientras grandes lágrimas brillantes brotaban de los ojos del animal, y luego regresó lo más rápido posible. Allí estaba la pobre Gerda ahora, sin zapatos ni guantes, en medio de la espantosa Finlandia helada.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Ella corrió tan rápido como pudo. Luego vino todo un regimiento de copos de nieve, pero no cayeron desde arriba, y eran bastante brillantes y brillantes desde la Aurora Boreal. Los copos corrían por el suelo y cuanto más se acercaban, más grandes crecían. Gerda recordaba muy bien lo grandes y extraños que parecían los copos de nieve cuando los vio una vez a través de una lupa; pero ahora eran grandes y terribles de otra manera: todos estaban vivos. Eran los puestos de avanzada de la Reina de las Nieves. Tenían las formas más maravillosas; algunos parecían grandes y feos puercoespines; otros, como serpientes anudadas, con la cabeza hacia fuera; y otros, de nuevo, como pequeños osos gordos, con el pelo erizado: todos eran de una blancura deslumbrante, todos eran copos de nieve vivientes.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">La pequeña Gerda repitió el Padre Nuestro. El frío era tan intenso que podía ver su propio aliento, que salía como humo de su boca. Se hizo más y más grueso, y tomó la forma de angelitos, que crecían cada vez más cuando tocaban la tierra. Todos tenían yelmos en la cabeza y lanzas y escudos en la mano; aumentaron en número; y cuando Gerda terminó el Padrenuestro, estaba rodeada de toda una legión. Atacaron los horribles copos de nieve con sus lanzas, de modo que volaron en mil pedazos; y la pequeña Gerda caminaba con valentía y seguridad. Los ángeles le acariciaron las manos y los pies; y luego sintió menos el frío y se dirigió rápidamente hacia el palacio de la Reina de las Nieves.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Pero ahora veremos cómo le fue a Kay. Nunca pensó en Gerda, y menos en que ella estaba parada frente al palacio.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><h3 style="text-align: justify;">SÉPTIMA HISTORIA. Qué sucedió en el Palacio de la Reina de las Nieves y qué sucedió después</h3><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Los muros del palacio eran de nieve torrencial y las ventanas y puertas de vientos cortantes. Había más de un centenar de salas allí, según la nieve arrastrada por los vientos. El más grande tenía muchos kilómetros de extensión; todos estaban iluminados por la poderosa Aurora Boreal, y todos eran tan grandes, tan vacíos, tan gélidos y tan resplandecientes. La alegría nunca reinó allí; nunca hubo ni una pequeña bola, con la tormenta como música, mientras los osos polares andaban sobre sus patas traseras y mostraban sus pasos. Nunca una pequeña merienda de zorras blancas jóvenes; Vastos, fríos y vacíos eran los pasillos de la Reina de las Nieves. Las auroras boreales brillaban con tal precisión que uno podía decir exactamente cuándo estaban en su grado más alto o más bajo de brillo. En medio del vacío e interminable salón de nieve, había un lago helado; estaba partido en mil pedazos, pero cada pieza era tan parecida a la otra, que parecía la obra de un artífice astuto. En medio de este lago estaba sentada la Reina de las Nieves cuando estaba en casa; y luego dijo que estaba sentada en el Espejo del Entendimiento, y que esto era lo único y lo mejor del mundo.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">El pequeño Kay estaba bastante azul, sí, casi negro de frío; pero él no lo observó, porque ella había quitado todo sentimiento de frío de su cuerpo, y su corazón era un trozo de hielo. Estaba arrastrando algunos trozos de hielo planos puntiagudos, que unió de todas las formas posibles, porque quería hacer algo con ellos; al igual que tenemos pequeños trozos de madera planos para hacer figuras geométricas, llamado el rompecabezas chino. Kay hizo todo tipo de figuras, las más complicadas, porque era un rompecabezas de hielo para la comprensión. A sus ojos, las figuras eran extraordinariamente hermosas y de suma importancia; porque el trozo de vidrio que tenía en el ojo causaba esto. Encontró figuras enteras que representaban una palabra escrita; pero nunca logró representar la palabra que quería; esa palabra era "eternidad"; y la Reina de las Nieves había dicho "Si puedes descubrir esa figura, serás tu propio maestro, y te haré un regalo del mundo entero y un par de patines nuevos". Pero no pudo averiguarlo."</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"Me voy ahora a tierras cálidas", dijo la Reina de las Nieves. "Debo echar un vistazo a los calderos negros." Se refería a los volcanes Vesubio y Etna. "Solo les daré una capa de blanco, que así es como debe ser; además, es bueno para las naranjas y las uvas". Y luego se fue volando, y Kay se sentó completamente solo en los pasillos vacíos de hielo que tenían millas de largo, y miró los bloques de hielo, y pensó y pensó hasta que su cráneo casi se partió. Allí estaba sentado, bastante entumecido e inmóvil; uno hubiera imaginado que estaba muerto de frío.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">De repente, la pequeña Gerda atravesó el gran portal hacia el palacio. La puerta estaba formada por vientos cortantes; pero Gerda repitió su oración vespertina y los vientos se calmaron como si durmieran; y la doncella entró en los amplios, vacíos y fríos pasillos. Allí vio a Kay: lo reconoció, voló para abrazarlo y gritó, sosteniéndolo firmemente con los brazos mientras lo sostenía: —¡Kay, dulce y pequeño Kay! ¿Te he encontrado por fin?</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Pero permaneció sentado, inmóvil, entumecido y helado. Entonces la pequeña Gerda derramó lágrimas ardientes; y cayeron sobre su pecho, penetraron hasta su corazón, descongelaron los trozos de hielo y consumieron las astillas del espejo; él la miró, y ella cantó el himno:</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"La rosa en el valle está floreciendo tan dulcemente,</p><p style="text-align: justify;">Y los ángeles descienden allí a los niños para saludar".</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Entonces Kay rompió a llorar; lloró tanto que la astilla se le salió del ojo, la reconoció y gritó: "¡Gerda, dulce Gerda! ¿Dónde has estado tanto tiempo? ¿Y dónde he estado yo?" Miró a su alrededor. "¡Qué frío hace aquí!" dijó el. "¡Qué vacío y frío!" Y se aferró a Gerda, que rió y lloró de alegría. Era tan hermoso, que incluso los bloques de hielo bailaban de alegría; y cuando se cansaron y se acostaron, formaron exactamente las letras que la Reina de las Nieves le había dicho que averiguara; así que ahora él era su propio amo, y tendría todo el mundo y un par de patines nuevos en el trato.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Gerda le besó las mejillas y se le pusieron bastante florecidas; le besó los ojos y brillaron como los suyos; le besó las manos y los pies y él volvió a estar bien y feliz. La Reina de las Nieves podría volver tan pronto como quisiera; allí estaba su descarga escrita en resplandecientes masas de hielo.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Se tomaron de la mano y salieron del gran salón; hablaron de su abuela y de las rosas del tejado; y dondequiera que iban, los vientos dejaron de arder y el sol irrumpió. Y cuando llegaron al arbusto con las bayas rojas, encontraron al Reno esperándolos. Había traído consigo otro, uno joven, cuya ubre estaba llena de leche, que daba a los pequeños y les besaba los labios. Luego llevaron a Kay y Gerda, primero a la mujer de Finlandia, donde se calentaron en la cálida habitación y aprendieron lo que debían hacer en su viaje a casa; y fueron a la mujer de Laponia, quien les hizo ropa nueva y les arregló los trineos.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">El reno y la cría saltaron junto a ellos y los acompañaron hasta el límite del país. Aquí asomó la primera vegetación; aquí Kay y Gerda se despidieron de la mujer de Laponia. "¡Adiós! ¡Adiós!" todos dijeron. Y aparecieron los primeros brotes verdes, los primeros pajaritos empezaron a gorjear; y del bosque salió, montada en un magnífico caballo, que Gerda conocía (era uno de los líderes del carruaje dorado), una joven damisela con un gorro rojo vivo en la cabeza y armada con pistolas. Era la pequeña doncella ladrona, que, cansada de estar en casa, había decidido emprender un viaje hacia el norte; y luego en otra dirección, si eso no le agradaba. Reconoció a Gerda de inmediato, y Gerda también la conoció. Fue un encuentro alegre.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"Eres un buen tipo para caminar", le dijo al pequeño Kay; "Me gustaría saber, fe, si te mereces que uno corra de un extremo del mundo al otro por tu bien".</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Pero Gerda le dio unas palmaditas en las mejillas y preguntó por el príncipe y la princesa.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"Se han ido al extranjero", dijo el otro.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"¿Pero el Cuervo?" preguntó la pequeña Gerda.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"¡Oh! El Cuervo está muerto", respondió ella. "Su amada es una viuda, y lleva un poco de estambre negra alrededor de su pierna; se lamenta muy lastimeramente, ¡pero todo es mera charla y esas cosas! Ahora dime qué has estado haciendo y cómo lograste atraparlo."</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Y tanto Gerda como Kay contaron su historia.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Y "Schnipp-schnapp-schnurre-basselurre", dijo la doncella ladrona; y tomó las manos de cada uno y prometió que si algún día pasaba por el pueblo donde vivían, vendría a visitarlos; y luego se fue. Kay y Gerda se tomaron de la mano: hacía un tiempo primaveral precioso, con abundancia de flores y verdor. Las campanas de la iglesia sonaron y los niños reconocieron las altas torres y la gran ciudad; era aquello en lo que habitaban. Entraron y se apresuraron a subir a la habitación de su abuela, donde todo estaba como antes. El reloj decía "tick! Tack!" y el dedo se movió alrededor; pero al entrar, observaron que ya eran mayores. Las rosas de los cables colgaban floreciendo en la ventana abierta; allí estaban las sillas de los niños pequeños, y Kay y Gerda se sentaron en ellas, tomados de la mano; ambos habían olvidado el frío y vacío esplendor de la Reina de las Nieves, como si hubiera sido un sueño. La abuela se sentó a la luz del sol y leyó en voz alta de la Biblia: "A menos que seáis como niños, no podréis entrar en el reino de los cielos".</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Y Kay y Gerda se miraron a los ojos, y de repente entendieron el viejo himno:</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">"La rosa en el valle está floreciendo tan dulce,</p><p style="text-align: justify;">Y los ángeles descienden allí a los niños para saludar".</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Allí estaban sentados los dos adultos; adultos y, sin embargo, niños; niños al menos de corazón; y era verano; verano, verano glorioso!</p><div style="background: 0px 0px rgb(255, 255, 255); border: 0px; color: #5e5e5e; font-family: "PT Serif", sans-serif; font-size: 15px; margin: 0px; outline: 0px; padding: 0px; text-align: right; transition: all 0.3s ease 0s; vertical-align: baseline;"><a href="http://www.leerparacrecer.me/search/label/Hans%20Christian%20Andersen?&max-results=7" style="background: 0px 0px; border: 0px; color: blue; margin: 0px; outline: 0px; padding: 0px; text-decoration-line: none; transition: all 0.3s ease 0s; vertical-align: baseline;" target="_blank"><b style="background: 0px 0px; border: 0px; margin: 0px; outline: 0px; padding: 0px; transition: all 0.3s ease 0s; vertical-align: baseline;">Hans Christian Andersen</b></a></div><div style="background: 0px 0px rgb(255, 255, 255); border: 0px; color: #5e5e5e; font-family: "PT Serif", sans-serif; font-size: 15px; margin: 0px; outline: 0px; padding: 0px; text-align: right; transition: all 0.3s ease 0s; vertical-align: baseline;">Dinamarca 1805 - 1875 </div>Leer para Crecerhttp://www.blogger.com/profile/15551595965623697609noreply@blogger.com0