El Consejo Maternal Poema de Olegario Victor Andrade


Ven para acá, 
me dijo dulcemente
mi madre cierto día;
(aún parece que escucho 
en el ambiente
de su voz 
la celeste melodía).


Ven, y dime 
qué causas tan extrañas
te arrancan esa lágrima, 
hijo mío,
que cuelga 
de tus trémulas pestañas,
como gota 
cuajada de rocío.

Tú tienes una pena 
y me la ocultas.
¿No sabes 
que la madre más sencilla
sabe leer en el alma 
de sus hijos 
como tú en la cartilla?

¿Quieres que te adivine 
lo que sientes?
Ven para acá, pilluelo,
que con un par de besos 
en la frente
disiparé las nubes 
de tu cielo.

Yo prorrumpí a llorar. 
Nada, le dije;
la causa de mis lágrimas ignoro,
pero de vez en cuando 
se me oprime
el corazón, y lloro.

Ella inclinó la frente, 
pensativa, 
se turbó su pupila,
y, enjugando sus ojos 
y los míos,
me dijo más tranquila:

- Llama siempre a tu madre 
cuando sufras,
que vendrá, 
muerta o viva;
si está en el mundo, 
a compartir tus penas,
y si no, 
a consolarte desde arriba...

Y lo hago así 
cuando la suerte ruda,
como hoy, 
perturba de mi hogar la calma:
¡Invoco el nombre 
de mi madre amada,
y, entonces, 
siento que se ensancha el alma!
Olegario Victor Andrade

Argentina, 1839-1882






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