El Lobo y la Cigüeña Fabula versiones de Esopo y Samaniego



El Lobo y la Cigüeña Versión de Esopo

Se le atravesó a un lobo un hueso en la garganta, mientras comía, y viéndose en semejante apuro rogó mil promesas a una grulla que se lo extrajera, ya que tenia tan largo el pico. Hizolo así la grulla, pidiéndole después al lobo las dádivas ofrecidas, pero este contestó: "Cuan necia eres: después que he tenido tu cabeza entre mis dientes, de modo que te hubiera podido matar si hubiese querido, ¿aún me pides mayor premio?"

Inutil es hacer bien a los malvados, porque nunca se acuerdan de los beneficios recibidos.
Grecia 620 AC - 564 AC

El Lobo y la Cigüeña Versión de Samaniego

Sin duda alguna que se hubiera ahogado
Un Lobo con un hueso atragantado, 
Si a la sazón no pasa una Cigüeña. 

El paciente la ve, hácela seña; 
Llega, y ejecutiva, 
Con su pico, jeringa primitiva, 
Cual diestro cirujano, 
Hizo la operación y quedó sano. 

Su salario pedía, 
Pero el ingrato Lobo respondía: 
«¿Tu salario? Pues ¿qué más recompensa 
Que el no haberte causado leve ofensa, 
Y dejarte vivir para que cuentes 
Que pusiste tu vida entre mis dientes?» 

Marchó por evitar una desdicha, 
Sin decir tus ni mus, la susodicha. 

Haz bien, dice el proverbio castellano,
Y no sepas a quién; pero es muy llano
Que no tiene razón ni por asomo:
Es menester saber a quién y cómo.
El ejemplo siguiente
Nos hará esta verdad más evidente.

España 1745-1801






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